Artículo: El Cristianismo y la Compasión
El Cristianismo y la Compasión
Por David Feddes
El hombre fue capturado en el acto de cometer un delito. Su crimen fue
considerado una grave ofensa a la sociedad al grado que el Gobierno lo ejecutó.
¿Qué obra le trajo la pena de muerte? Él alimentó y cuidó de niños mutilados y
deformes que sobrevivieron a intentos de aborto o de abandono. Se pensaba que
la sociedad sería mejor sin esos niños, por lo que el hombre que salvó sus vidas
era un enemigo del pueblo y tenía que morir. Este hombre, Benigno, era un
cristiano del Imperio Romano. Su compasión se enfrentó a las prácticas romanas
aceptadas de abortar, abandonar, o ahogar a los niños con discapacidades.
Cuando él violó las normas romanas, otorgándoles la vida a estos niños, Benigno
tuvo que ser castigado con la muerte.
¿Suena extraño que la compasión cristiana pueda ser un delito castigable con pena de muerte? Tú podrías pensar que el cuidado y la compasión son virtudes valoradas por casi todas las personas civilizadas en casi todas las culturas. Pero esto no es así. El filósofo griego Platón decía que un hombre pobre que ya no era capaz de trabajar a causa de una enfermedad debía ser abandonado para morir. El filósofo romano Plauto declaró, "le haces mal a un mendigo al darle comida y bebida; desperdicias lo que le das y prolongas su vida para mayor miseria." En otras palabras, es mejor gastar tu dinero en ti mismo, y es mejor que la persona pobre esté muerta. La civilización grecorromana pensaba que la compasión por el débil debilitaba a la sociedad, y diversas culturas han adoptado un enfoque similar, adorando la riqueza y la guerra y viendo la compasión como algo malo.
La compasión hacia las personas necesitadas no ha sido valorada en cada cultura o en cada religión. Algunas religiones sofocan la compasión al enseñar ideas como el karma y la reencarnación. Ellos dicen que si las personas sufren, sus problemas se deben al mal karma resultante del mal comportamiento en vidas anteriores. El mal karma puede ser removido sólo al dejar que la gente siga sufriendo y pague por lo que hizo en una vida anterior. Este tipo de religión tiende a producir un sistema de castas, donde la gente de cierto nivel de la sociedad se felicita por su buen karma y considera que es muy malo conectarse con gente de otro nivel o ayudarles de cualquier manera.
Si la compasión no es un impulso humanitario natural, y si no es apreciada por todas las religiones y culturas, entonces ¿cómo es que millones de personas viven en sociedades que honran el ideal de la compasión y que creen que es importante cuidar de los pobres, de los enfermos y de los desfavorecidos? Es por el impacto de Jesucristo en estas sociedades.
La Vida y la Enseñanza de Jesús
Cuando Jesús caminó en esta tierra, las civilizaciones dominantes de su tiempo les hicieron más daño a los necesitados, a los débiles y a los enfermos de lo que les ayudaron. Pero cuando Jesús vio a las multitudes de personas necesitadas, "tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos" (Mateo 14:14). Él ayudó a los ciegos a ver, a los sordos a oír y a los paralíticos a caminar. Cuando vio a la gente hambrienta, tuvo compasión de ellos, y los alimentó (Marcos 8:1-8). Cuando envió a sus discípulos, él los envió "a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos" (Lucas 9:2). Las palabras del evangelio siempre estaban acompañadas de actos de compasión y de sanidad.
En el Imperio Romano, los emperadores y la élite de la sociedad no creían en la compasión. Si el gobierno no hacía nada para ayudar a los pobres, era sólo para evitar disturbios y para ganar puntos políticos ante la gente. Si las personas ayudaban a otros, generalmente sólo ayudaban a sus parientes o a personas con dinero o con influencia y reputación, porque tales personas podrían pagar su ayuda incluso con más favores. Se consideraba tonto ayudar a las personas que no podían ofrecer nada a cambio, y podría ser francamente criminal ayudar a quienes se consideraba que estarían mejor muertos.
Contrariamente a este pensamiento, Jesús les dijo a sus seguidores que no limitaran su amabilidad a parientes y a vecinos ricos que pudieran pagarles. En lugar de ello, Jesús dijo, "llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos" (Lucas 14:12-14).
Mientras Jesús practicaba la compasión y la enseñaba a otros, dejó en claro que la compasión estaba estrechamente ligada al destino eterno. Jesús habló acerca de un hombre rico que no hizo nada por ayudar al mendigo pobre y enfermo que se hallaba en la calle afuera de su casa. El mendigo terminó feliz en el cielo, mientras que el rico terminó en el infierno, rogando por una gota de agua para enfriar el ardor de su lengua (Lucas 16:19-24). Jesús no quiso decir que la gente se gana la vida eterna por ser bueno, más bien quiso decir que aquel que realmente está cimentado en Cristo, lleva el fruto de la compasión.
Jesús trae la vida eterna en el mundo futuro para aquellos que confían en él y lo siguen, y su evangelio también hace una diferencia en este mundo. La fe en Jesús ha cambiado a innumerables personas y las ha hecho más compasivas y con más ganas de sanar a los demás. La compasión de Cristo también ha hecho a los cristianos pioneros en fundar hospitales, orfanatos, y muchas otras organizaciones de beneficencia. El impacto de Cristo incluso llega más allá de los cristianos, hasta quienes personalmente no creen en Jesús como su Salvador. Muchas de estas personas valoran la compasión, debido al efecto dominó de la influencia de Cristo en la cultura, y se benefician de las instituciones y de las organizaciones que tienen raíces cristianas.
La Compasión Conquista
Jesús vino al mundo como el rey de la compasión, y su reino resultó ser superior a los reinos que se oponen a la compasión. A medida que el reino de Dios creció en Cristo y su influencia se propagó, la compasión se desarrolló y se propagó.
La iglesia de Jesús creció rápidamente en sus primeros siglos bajo el gobierno romano. Esto es sorprendente cuando consideramos que llegar a ser cristiano parecía ir en contra del interés propio. Si te volvías cristiano, la iglesia te enseñaba a compartir con la gente en necesidad. Los cristianos debían dar al menos una décima parte de sus ingresos a la caridad. ¿Quien quiera ser cristiano si esto significaba tener menos dinero para gastar en uno mismo? Peor aún, ¡volverse cristiano podía propiciar que te mataran! Los gobernantes romanos persiguieron, torturaron y asesinaron a muchos cristianos. ¿Por qué alguien habría de volverse cristiano bajo tales circunstancias? Sin embargo, muchos lo hicieron. Ellos fueron atraídos a la verdad y al amor de Jesús. Prefirieron mostrar compasión y sufrir en comunión con un salvador en lugar de vivir una vida sin él, y creyeron en la promesa de la vida eterna.
La cultura romana veía de poca utilidad la compasión, pensando que la bondad a los débiles debilitaría a toda la cultura. Sólo los fuertes sobreviven, pensaban. Pero como resultó, la fría y cruel cultura finalmente fracasó, mientras que amable y compasivo cristianismo se siguió propagando. El cristianismo era supuestamente débil, pero terminó por conquistar al imperio más poderoso del mundo. La compasión no era una debilidad, sino un arma para ganar.
Cuando los paganos abortaban o abandonaban a los niños no deseados, ellos reducían la población pagana. Cuando los cristianos se hacían cargo de los niños y los mantenían vivos, ampliaban la población cristiana.
Otra manera en la que la población cristiana sobrepasó a la población no cristiana fue a través de la compasión por los enfermos. En aquellos tiempos de pocas curas médicas, las enfermedades contagiosas a menudo se convertían en epidemias y mataban a un gran número de personas. Los paganos abandonaban a otros en el primer signo de una enfermedad, pero muchos cristianos se quedaban con los enfermos y cuidaban de ellos.
El obispo cristiano Dionisio relató sobre una plaga mortal en la ciudad de Alejandría alrededor del año 250. Los adoradores de dioses y diosas paganas "apartaban a quienes comenzaban a lucir enfermos, y mantenían su distancia incluso con sus amigos más queridos, y arrojaban a los enfermos en los caminos públicos medio muertos, y los dejaban sin sepultura, y los trataban con el mayor desprecio cuando morían". En contraste, dice Dionisio, "Muchos de nuestros hermanos cristianos mostraban amor y lealtad ilimitadas, sin escatimar esfuerzos y pensando sólo el uno del otro. Haciendo caso omiso del peligro, se hacían cargo de los enfermos, atendiendo cada una de sus necesidades y ministrándolos en Cristo, y a su lado partían de esta vida serenamente felices, porque habían sido contagiados por otros que padecían la enfermedad, llevando en sí mismos la enfermedad de sus vecinos y aceptando alegremente sus dolores".
Ahora bien, parecería que si los cristianos se ponían en riesgo y contraían las enfermedades mortales de las personas que ayudaban, habría cada vez menos cristianos. Pero en realidad, la compasión cristiana ayudó al cristianismo a seguir creciendo, mientras que el paganismo seguía disminuyendo. Muchos Cristianos morían, mientras cuidaban de otras personas durante estas epidemias, pero también salvaban a un gran número de personas, proporcionándoles alimentos, saneamiento y alivio. Un historiador calcula que la compasión cristiana redujo la tasa de mortalidad infantil en dos terceras partes. Como resultado, las comunidades cristianas tenían muchos más sobrevivientes que las comunidades paganas. También, muchos sobrevivientes paganos les debían sus vidas a los cristianos que se habían ocupado de ellos mientras sus propias familias y amigos los habían abandonado. Tal compasión ganó a muchos paganos para Cristo. Después de cada epidemia, los cristianos crecían a un mayor porcentaje de la población que antes.
Incluso aquellos que rechazaban a Cristo todavía tenía que reconocer el poder de la compasión cristiana. El emperador anti Cristiano Juliano el Apóstata, observó que los cristianos tenían cuidado el uno por el otro y por los no cristianos. Juliano dijo que era vergonzoso que los paganos pudieran esperar más ayuda de los cristianos que de sus propias familias y compañeros paganos.
Otro escritor no cristiano, Luciano, se mostró francamente asombrado por los cristianos y exclamó, "la seriedad con la que el pueblo de esta religión se ayuda mutuamente en sus necesidades es increíble. Ellos no escatimaban nada para este fin. Su primer legislador [Jesús] les enseñó que todos eran hermanos." Si los cristianos no tenían recursos para ayudar a una persona hambrienta, ellos ayunarían durante un día o dos, y luego, con lo que habían ahorrado por no comer, ayudarían a la persona necesitada.
Los cristianos de los primeros siglos de la iglesia no eran perfectos, por supuesto, pero le pertenecían al rey de la compasión, y lo demostraban a través de innumerables actos de bondad personal: al alimentar a los hambrientos, al dar cobijo a aquellos sin hogar, al cuidar de los enfermos. Finalmente, esto no sólo se reflejó en obras personales, sino también en instituciones de compasión.
Instituciones de Compasión
Durante los primeros siglos de la terrible persecución, no les era posible a los Cristianos establecer edificios e instituciones. Pero en la época del gran Concilio ecuménico de Nicea del año 325, la persecución había terminado y el cristianismo era legal. El Concilio de Nicea confirmó la doctrina de la Trinidad, pero esto no sólo permitió una enseñanza precisa. El Consejo también les ordenó a las congregaciones que establecieran un hospital en cada ciudad que contara con una catedral. Estos hospitales proporcionaban alojamiento para los extranjeros que se encontraban de viaje y un lugar para la recuperación de las personas que estaban enfermas. En los siglos posteriores, los hospitales desarrollaron más habilidades en la curación, pero ya en los primeros días éstas eran instituciones que proporcionaban cuidados básicos y mostraban el amor de Cristo. Cada hospital que ves le debe su origen a la compasión cristiana.
Los cristianos también establecieron orfanatos. Esto no sucedió de inmediato. En los primeros siglos de la persecución y de adorar en secreto, las iglesias cristianas no pudieron establecer orfanatos, pero regularmente recaudaban fondos especiales durante los servicios de la iglesia para ayudar a los huérfanos, y muchos huérfanos eran llevados a hogares cristianos donde eran adoptados. La enfermedad era común y la esperanza media de vida era corta, por lo que la Iglesia trató de proteger que los niños de la Iglesia nunca se quedaran solos. Cuando la iglesia bautizaba a los bebés, con frecuencia involucraban padrinos, y gran parte de la razón de esto era que, si los padres morían, los padrinos cuidarían de los hijos. Por supuesto, si los padres vivían, los padrinos orarían por los niños y apoyarían su desarrollo como cristianos.
Desde los primeros días, los Cristianos tuvieron una preocupación especial por los niños y los huérfanos, y una vez que el cristianismo se hizo legal, la Iglesia trató de ayudar a los huérfanos en una escala todavía mayor. En lugar de dejar que los niños murieran en la calle, la iglesia estableció orfanatos para proporcionar vivienda, alimentos, educación, amor, y doctrina cristiana. Esto estaba en consonancia con el llamado bíblico de "visitar a los huérfanos … en sus tribulaciones" (Santiago 1:27).
Los historiadores señalan que no existían los orfanatos antes de que los cristianos los iniciaran. No había hospitales para los pobres o para el público en general hasta que los cristianos los iniciaron. Hay pocas pruebas de que los romanos pudieran haber tenido algunos servicios médicos para el personal militar y para la gente rica, pero lo cierto es que nadie se molestó por construir algo para los enfermos en general hasta que los cristianos hicieron lo propio.
El sociólogo Alvin Schmidt dice, "Es un misterio deslumbrante que los griegos, quienes construyeron grandes templos en honor a sus numerosos dioses y diosas … nunca construyeran hospitales… La situación fue similar con los romanos, quienes eran grandes constructores de templos, de grandes arenas, de impresionantes acueductos, y de la avanzada Vía Apia". ¿Por qué los griegos y los romanos no construyeron hospitales? Obviamente no fue por una falta de capacidad para construir cosas, tampoco fue por una falta de interés en la anatomía y en la medicina. Fue por una falta de compasión.
El rey de la compasión cambió las cosas. A medida que más y más personas llegaron a conocer a Cristo, más y más instituciones de compasión aparecieron. Incluso en países donde la mayoría no llegaban a ser cristianos, unos pocos cristianos a menudo hacían una gran diferencia. La India, por ejemplo, estaba tan esclavizada por las ideas falsas del karma, de la reencarnación, y del sistema de castas que pocas personas exitosas querían ayudar a los pobres y a los enfermos. Los misioneros cristianos no sólo llevaron el evangelio del perdón y de la vida eterna a través de la fe en Cristo, sino que también trajeron la compasión cristiana y las instituciones, tales como hospitales y orfanatos, a la India. La madre Teresa es un famoso ejemplo de la compasión cristiana en la obra de la India, pero ha habido otros Cristianos como ella en muchas naciones, todos motivados por Cristo.
La influencia de Cristo es responsable no sólo por los hospitales sino también de la profesión de la enfermería y de la Cruz Roja Internacional. Los primeros monjes y monjas enfermeros fueron financiados por ofrendas Christianas. La persona que tomó la enfermería moderna a un nuevo nivel fue Florence Nightingale, quien dijo, "El reino de Dios está en el interior, pero también debemos exteriorizarlo." El fundador de la Cruz Roja Internacional fue Jean Henri Dunant, quien recibió el primer Premio Nobel de la Paz en 1901. Dunant dijo, "Yo soy un discípulo de Cristo… y nada más." Después, la Media Luna Roja fue formada por los musulmanes a quienes no les gustaba el signo de la cruz, pero el asunto radica en que la Media Luna Roja no existiría si los cristianos no hubieran iniciado con la Cruz Roja.
Muchas iglesias tienen organizaciones especiales dedicadas a combatir el hambre, al desarrollo, a la atención médica y otras expresiones de compasión. El Ejército de la Salvación fue iniciado por los cristianos evangélicos en 1887. Conducir a las personas hacia la fe en Cristo y hacia la salvación personal siempre ha sido una motivación básica, pero el Ejército de la Salvación trabaja también con muchas iglesias para proporcionar alimento, ropa, ayuda médica, misiones de rescate y centros de rehabilitación para adictos.
También, en 1887, los líderes cristianos se reunieron en Denver para iniciar la Sociedad de Organizaciones de la Caridad. Este fue el inicio de lo que posteriormente pasó a ser conocido como United Way. United Way ya no es específicamente cristiano, pero fue iniciado por los cristianos.
Alcohólicos Anónimos y diversos programas de recuperación de doce pasos tienen sus raíces en los principios cristianos y fueron iniciados por personas cuyo pensamiento fue moldeado por el cristianismo.
Los cristianos encabezaron la campaña a favor de las leyes sobre el trabajo infantil, que pusieron fin a la explotación de niños como mano de obra barata.
Los cristianos fueron pioneros en los ministerios para los reclusos y sus familiares, mostrando compasión por las personas por las que pocos se preocupan.
Los cristianos fueron los primeros en crear hogares con atención médica especial para las personas mayores con necesidades demasiado grandes como para ser sufragadas por ellos mismos o por sus familias.
Podría seguir mencionando las innovaciones e instituciones establecidas a través de la compasión cristiana, pero confío en que es claro que Jesús, el rey de la compasión, ha sido realmente un transformador del mundo. En todas las épocas, los cristianos han sido impulsados por el conocimiento de que Jesús toma personalmente nuestro tratamiento hacia los pobres y que cuando servimos, le estamos sirviendo a él. En el fin del mundo, Jesús les dirá a los cristianos que muestran compasión, "Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí … en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" (Mateo 25:35-36).
En Mi Nombre
Hemos visto que algunas civilizaciones tenían tan poca compasión que incluso trataban a la compasión como un delito. La enorme influencia de Jesús, sin embargo, ha hecho de la compasión un ideal apreciado y admirado, incluso por aquellos que a menudo distan mucho de la idea o que no son cristianos en absoluto. Un escritor dice: "Los ideales cristianos han permeado la sociedad hasta los no cristianos, quienes afirman vivir una 'vida decente' sin religión, han olvidado el origen del contenido y del contexto de sus 'decencia'".
Muchas personas—incluso aquellas que consideran la compasión como algo bueno—no conocen a Cristo y no conocen las raíces cristianas de la compasión en su civilización. Ellos pueden dar por sentado que la compasión es buena, pero nosotros no podemos darnos el lujo de tomarlo por sentado. Si no conocemos el origen de la compasión, no sabremos por qué las personas y su sociedad son cada vez menos compasivos hasta que sea demasiado tarde. Incluso, podemos llegar a un punto en que la sociedad trate a los cristianos compasivos como delincuentes, al igual que el Imperio Romano en ocasiones lo hacía. De hecho, ese punto puede estar más cerca de lo que creemos.
Por ejemplo, algunos funcionarios de gobierno a veces investigan los centros de crisis de embarazo, requiriendo información sobre todas sus actividades y de cada uno de los clientes que han atendido alguna vez. ¿En qué cosas sombrías están implicadas estos centros? Proporcionan pruebas de embarazo gratis, ecografías gratis, ropa de bebé, nutrición, formación para padres, aliento y orientación a las mujeres embarazadas en situaciones difíciles. Los funcionarios del gobierno no hostigan a las clínicas de aborto, pero acosan a las personas que ayudan a las mujeres embarazadas y sus bebés, diciendo que podrían estar "practicando la medicina sin licencia" o podrían no estar siguiendo los procedimientos publicitarios adecuados. Cuando los asesinos de bebes tienen la aprobación oficial del gobierno, mientras que las fuerzas de la compasión son casi criminalizadas, es evidencia de que la compasión no pueden prosperar sin una conexión viva con Cristo.
La fe en Cristo es la raíz que nutre la compasión en la sociedad y en las personas. Es un hecho que la mayoría de las organizaciones de beneficencia tienen raíces cristianas. También es un hecho que, a nivel individual, la compasión depende en gran medida de la fe en Cristo. Los cristianos comprometidos son más generosos en promedio que sus vecinos no cristianos. Las encuestas sobre los patrones de dar, muestran que los donantes más generosos son Cristianos o tienen la influencia de una familia Cristiana en una generación o dos.
Jesús habló de dar " un vaso de agua en mi nombre" (Marcos 9:41). La Compasión no tiene la misma calidad si no se practica en el nombre de Jesús, y a largo plazo, tampoco será en la misma cantidad. Si se ignoran el nombre y el reinado de Jesús, entonces, compartir una taza de agua fría y otros actos de bondad se vuelven menos y menos comunes. Por lo tanto, da gracias por todo lo que Cristo ha hecho para hacer de su pueblo y de su sociedad más compasivos. Da gracias por todo lo que se ha hecho y se sigue haciendo en el nombre de Jesús. Y asegúrate de poner tu fe en ese nombre. Cree en Jesús, el único nombre por el cual puedes ser salvo. Confía en el rey de la compasión, y alístate en sus ejércitos de compasión.