Lutero y los Judíos
Lutero y los Judíos
Citas de Lutero tomadas del artículo de Wikipedia
En sus primeros escritos, Lutero expresó su compasión por los Judíos y esperaba convertirlos con la enseñanza pura del evangelio que no era como los errores papistas. Lutero escribió en contra del Antisemitismo. En 1519 escribió, "Teólogos absurdos defienden el odio hacia los judíos. ... ¿Qué Judío consentirá entrar en nuestras filas cuando ve la crueldad y la enemistad que causamos en ellos—que en nuestro comportamiento hacia ellos parecemos menos cristianos que bestias?" "Deberíamos...no tratar a los judíos con un espíritu tan poco amable, ya que entre ellos hay futuros cristianos".
En su ensayo de 1523, Jesucristo Nació Judío, Lutero declaró,
Si yo hubiera sido judío y hubiera visto a tales majaderos y zopencos gobernar y enseñar la fe cristiana, yo hubiera preferido convertirme en un cerdo que en un Cristiano. Ellos se han relacionado con los judíos como si fueran perros en lugar de seres humanos; han hecho poco más que burlarse de ellos y confiscar sus bienes. Cuando ellos los bautizan no les muestran nada sobre la doctrina o sobre la vida cristiana, sino que sólo los someten a las prácticas católicas y al monacato...Si los apóstoles, quienes también eran judíos, nos hubieran tratado a nosotros los Gentiles como los Gentiles tratan a los judíos, nunca hubiera habido un Cristiano entre los Gentiles ... Cuando nos inclinamos a presumir acerca de nuestra posición [como Cristianos] debemos recordar que no somos sino gentiles, mientras que los judíos son del linaje de Cristo. Somos extranjeros y parientes políticos; ellos son parientes de sangre, primos y hermanos de nuestro Señor. Por lo tanto, si uno va a presumir sobre la carne y la sangre, los judíos están en realidad más cerca de Cristo que nosotros...Si realmente queremos ayudarlos, debemos ser guiados en nuestras relaciones con ellos no por ley papal sino por la ley del amor Cristiano. Debemos recibirlos cordialmente, y permitirles comerciar y trabajar con nosotros, darles la ocasión y la oportunidad de asociarse con nosotros, de escuchar nuestra enseñanza cristiana, y de ser testigos de nuestra vida cristiana. Si algunos de ellos pudieran resultar de dura cerviz, ¿qué pues? Después de todo, no todos somos buenos cristianos.
En 1528, el príncipe Federico de Lutero prohibió a judíos hacer negocios o viajar a través de su territorio. Le fue solicitado a Lutero que intercediera a favor de los judíos, pero él se negó. Dijo que no quería ningún tipo de amabilidad de su parte para hacerlos sentir cómodos en su negativa a convertirse.
En 1543, Lutero escribió Sobre los Judíos y sus Mentiras", donde dijo,
Dios ha golpeado [a los Judíos] con 'locura, ceguera y confusión mental.' De modo que tenemos la culpa de no haber vengado toda esta sangre inocente de nuestro Señor y de los cristianos que la derramaron por trescientos años después de la destrucción de Jerusalén, y de la sangre de los niños que la han derramado desde entonces (que aún resplandece en sus ojos y en su piel). Tenemos la culpa de no matarlos. Más bien, les permitimos vivir libremente en medio de nosotros a pesar de todos sus asesinatos, maldiciones, blasfemias, mentiras y difamaciones; protegemos y blindamos sus sinagogas, sus casas, sus vidas y sus propiedades. De esta manera los hacemos perezosos y seguros, y los alentamos a despojarnos audazmente de nuestro dinero y nuestros bienes, así como a burlarse de nosotros y ridiculizarnos, con miras a vencernos definitivamente.
Lutero abogó por un plan de ocho puntos para deshacerse de los judíos por conversión religiosa o por expulsión:
1. "Primero prender fuego a sus sinagogas o escuelas y enterrar y cubrir con tierra lo que no se queme, de manera que ningún hombre jamás vuelva a ver una piedra o ceniza de ellos. ..."
2. "Segundo, yo aconsejo que sus casas también sean arrasadas y destruidas. ..."
3. "Tercero, aconsejo que sus libros de oración y escritos Talmúdicos, en los que se enseñan esa idolatría, mentiras, insultos y blasfemias, les sea arrebatados. ..."
4. "Cuarto, aconsejo que a sus rabinos se les prohíba enseñar en lo sucesivo bajo pena de pérdida de la vida y de la integridad física. ..."
5. "Quinto, aconsejo que el salvoconducto en las carreteras sea abolido completamente para los judíos. ..."
6. "Sexto, aconsejo que la usura le sea prohibida, y sea arrebatado todo su dinero y sus tesoros de oro y plata. ... Ese dinero debe usarse ahora en ... La siguiente [forma]... Cuando un judío se convierta sinceramente, él debe entregar [cierta cantidad]...".
7. "Séptimo, recomiendo poner un azote, un hacha, un azadón, una pala, una rueca o un huso en las manos de los jóvenes Judíos, fuertes y en las de las Judías y permitirles que se ganen el pan con el sudor de su frente... Porque no es justo que nos dejen maldecir a los Goyim por el sudor de nuestros rostros mientras ellos, el pueblo santo, pierden su tiempo detrás de la estufa, del banquete y del ventoseo, y encima de todo, presumiendo blasfemamente de su señorío sobre los cristianos por medio de nuestro sudor. No, uno debe arrojar a estos canallas perezosos por la sien de sus pantalones".
8. "Si queremos lavarnos las manos de la blasfemia de los Judíos y no compartir su culpabilidad, tenemos que separarnos de ellos. Deben ser expulsados de nuestro país" y "hay que sacarlos como perros rabiosos".
En el tratado, Lutero escribe que los judíos son unas "personas perversas y fastidiosas, es decir, ningún pueblo de Dios, y su alarde sobre el linaje, la circuncisión y la ley deben ser contadas por inmundicia." Lutero escribió que ellos están "llenos de heces del diablo ... en las que se revuelcan como cerdos", y la sinagoga es una "prostituta incorregible y una ramera malvada ..." sostiene que sus sinagogas y escuelas sean incendiadas, que sus libros de oración sean destruidos, que a los rabinos se les prohíba predicar, que sus hogares sean arrasados, y que sus posesiones y su dinero sean confiscados. No se les debe mostrar piedad ni misericordia, no se les debe brindar protección legal, y estos "gusanos tóxicos envenenados" deberían ser reclutados en trabajos forzados o expulsados en todo tiempo. Él también parece defender su asesinato, escribiendo "somos culpables de no matarlos".
Comentario de David Feddes:
Lutero dijo algunas cosas atroces sobre los judíos y sugiere formas de tratarlos que eran horribles. También alentó una reacción extrema y feroz de los gobernantes contra los campesinos rebeldes. Debido a la enorme estatura e influencia de Lutero en Alemania, su temperamento violento y su lenguaje áspero ayudó a incitar a muchos a la masacre. Su percepción de la gracia de Dios sigue siendo sólida, y podemos dar gracias a Dios por Lutero. Pero también tenemos que comprender por qué algunas personas judías (especialmente tras el holocausto nazi) denunciaron el impacto de Lutero sobre la historia. Grandes personas tienen un gran impacto, para bien y para mal. Cuando tienen razón a través de la gracia de Dios, pueden traer enormes avances. Cuando se equivocan, sus defectos y pecados, hacen más daños generalizados que los fallos de las personas que no son tan extraordinarios. Los propios defectos de Lutero, incluso después de su conversión, muestran que todos nosotros necesitamos desesperadamente de la gracia y del perdón de Dios.