Médicos del Alma: Los Ingleses Puritanos
Revista Historia Cristiana, Número 89
Médicos del Alma: Los Ingleses Puritanos
Por J.I Packer
J. I. Packer habla sobre los Ingleses Puritanos, sobre su búsqueda de la santidad, y de por qué siguen siendo dignos de recordar.
Aunque J. I. Packer se ha ganado el apodo de "El Último Puritano", sus muchas décadas de estudio con enfoque Puritano, su enseñanza y su escritura han ayudado a crear una nueva generación de protegidos Puritanos. Su libro de 1990, Una Búsqueda de la Piedad, ha sido especialmente influyente. El Dr. Packer también tiene una profunda deuda personal con los puritanos. El Dr. Packer, actual miembro del Consejo de Gobernadores y Profesor de Teología en el Regent College de Vancouver, British Columbia, recientemente habló con Historia Christiana & Biografía acerca de la naturaleza del Puritanismo y de su legado continuo.
¿Qué tipo de movimiento fue el Puritanismo?
El Puritanismo de Inglaterra fue un movimiento de santidad-- buscaba la santidad en la iglesia, en la familia y en la comunidad, así como en la vida personal. Éste comenzó alrededor de 1564 cuando ciertos clérigos comenzaron su campaña para alcanzar mayor santidad en la liturgia del Libro de Oración de la Iglesia de Inglaterra. Ellos se quejaban de que el Libro de Oración Común todavía contenía "harapos Romances" y rituales ofensivos. Pronto surgieron otras preocupaciones, y quedó claro que el Puritanismo en el fondo era un movimiento para elevar los estándares de la vida cristiana en Inglaterra, con la conversión de Inglaterra como meta final.
No era que el clero Puritano o los miembros del Parlamento, quienes los apoyaban, desearan crear un grupo. Era más bien que había surgido un grupo de personas con ideas afines. El clero Puritano reunía congregantes a su alrededor. Ellos encontraron el mayor apoyo en las ciudades, donde había personas piadosas dispuestas a tomar en serio el hecho de que ellos no eran muy buenos en la religión de la Biblia y necesitaban mejorar en ello. Y el movimiento creció, se desarrolló, y se convirtió en una comunidad de afiliados.
En los años 1580 William Perkins comenzó a producir libros pequeños sobre religión personal que para 1640 se habían convertido en la cabecera de un torrente. Los pastores Puritanos insistían en que parte de ser un buen cristiano era leer libros devocionales Puritanos, y por lo tanto una literatura común vinculada a la afiliación.
¿Cómo lucían la iglesia perfecta y la sociedad
perfecta para los Puritanos? ¿Cuál era su sueño?
Su sueño era la santidad en sus propias vidas y en las vidas de quienes los rodeaban. Los Puritanos no hablaban sobre el "estado"; ellos simplemente hablaban sobre conducir todos los aspectos de la vida de una manera que honrara a Dios y respetara a otras personas. Esa era su idea de comunidad. La iglesia perfecta era una iglesia con familias que practicaban la santidad y adoraban con una liturgia depurada bajo el liderazgo de un ministro, quien era un predicador poderoso de la Biblia.
Los Puritanos esperaban que Inglaterra algún día fuera una nación convertida. Como un país cristiano, éste sería el parangón de una nación verdaderamente piadosa que sería la envidia del resto del mundo. Las personas se formarían y dirían, "Por favor, díganos cuál es su secreto, por favor, díganos cómo podemos llegar a ser como ustedes." El clero Puritano y los congregantes que los seguían estaban impresionados por el hecho de que en Inglaterra nunca ha habido una guerra por la religión--que no era el caso en cualquier otro lugar donde la Reforma había ocurrido. Ese era un regalo maravilloso de Dios para Inglaterra. La sensación de que Inglaterra tenía una misión única fue reforzada por la ruina de la Armada Española. Dios había luchado para Inglaterra. Eso significaba que Dios tenía una vocación especial por Inglaterra.
Esto dio forma a las oraciones de los Puritanos a partir de ese momento. Ellos creían que hacer todo lo posible para lograr el avance del reino de Dios en Inglaterra era enormemente importante para el bienestar del mundo. Cuando Oliver Cromwell invitó a los judíos a instalarse en Inglaterra, fue porque él creía que estaba llegando el día cuando el mundo sería bendecido por la conversión de los judíos. Esto sería parte del cumplimiento de la vocación de Inglaterra. Mirando hacia atrás hacia la época de Cromwell, Richard Baxter escribió que nunca hubo una época que se haya registrado en la memoria en la que la palabra de Dios haya traído a tanta gente a la fe como durante esos años, y si las condiciones de la Comunidad Británica de Naciones hubiesen continuado durante un cuarto de siglo más, Inglaterra se habría convertido en un reino de santos y en una maravilla del mundo.
Eso es lo que todos querían. Debido a la restauración de la monarquía y a las ejecuciones de los ministros Puritanos en 1662, esto nunca ocurrió. Pero lo hicieron extraordinariamente bien, teniendo en cuenta cuánto estaba apilado en su contra desde el comienzo.
¿Por qué algunos Puritanos se marcharon de Inglaterra para ir a Europa
continental o al Nuevo Mundo, mientras que otros se quedaron?
Aquellos que salieron de Inglaterra principalmente lo hicieron bajo una nube. Jacobo I, un Presbiteriano, vino desde Escocia para ser rey de Inglaterra en 1603. Él había dicho sobre los Puritanos no conformistas--Los Puritanos que no usarían pequeñas partes del Libro de Oración que no les gustaban--que tendrían que adaptarse o él los "sacaría de la tierra, o haría algo peor." Los Puritanos sabían que estaban en una situación similar a la de los Cristianos del Imperio Romano en el segundo siglo D.C. Ellos estaban practicando la religión de una forma que implicaba una violación técnica de la ley. No había fuerza policial, por supuesto, pero cada magistrado local tenía su propio grupo de soldados que enviaría a arrestar a los clérigos inconformes y luego los reportaría al obispo, quien era el encargado de aplicar la disciplina en cada diócesis.
Algunos Puritanos decidieron que podían amoldarse bajo la protesta y la tolerancia, simplemente recalcando que no les gustaban esos rituales. Ellos no creían que pecaban al usarlos. Pero otros puritanos sí.
Creo que es justo decir que las personas que salieron de Inglaterra fueron los clérigos y congregantes que sintieron más fuertemente la inadecuación de la religión en Inglaterra. El Libro de Oración los ofendía porque esas ceremonias estaban todavía allí. El clero, a sabiendas de que Jacobo I pensaba que conformarse con el orden del Libro de Oración era muy importante, se sentía amenazado por las autoridades si desobedecía. Por lo tanto, ellos tuvieron una nueva idea: si iniciaban una colonia en el Nuevo Mundo, Nueva Inglaterra estaría fuera del alcance de los poderes restrictivos que los estaban paralizando en la Inglaterra antigua, y de esta manera podrían llevar a cabo su ideal sobre la comunidad piadosa y ser un faro para el mundo. La vocación de Inglaterra bajo la dirección de Dios estaba agitando sus mentes, pero ellos habían renunciado a la esperanza de conseguir esto en casa.
Aquellos que se quedaron en Inglaterra creían que el sufrimiento paciente bajo presión es parte de la vocación Cristiana, y estaban dispuestos a hacerlo. La mayoría de estos clérigos Puritanos se convirtieron en expositores--personas contratadas por una parroquia para predicar sermones una vez a la semana (normalmente el jueves) para compensar el hecho de que el rector que se había hecho cargo de los servicios de los domingos en la iglesia no era un hombre de predicación. Los Puritanos creían que la palabra es el principal instrumento de la gracia, de modo que era importante contar con expositores en lugares donde no se llevaba a cabo una buena predicación.
¿Qué ideas clave caracterizaban la visión Puritana sobre la vida Cristiana?
Todo el mundo es pecador, y los Puritanos invirtieron mucho tiempo y energía para establecer ese hecho. Dios en Su gracia ha enviado a su Hijo para salvarnos a través de su muerte, la cual es la base de nuestra justificación. Ahora él brinda un pacto con promesa para aquellos que tienen fe. La fe es comprometerte con el Dios de las promesas, y específicamente con Jesucristo el Señor vivo. Te conviertes en su discípulo penitente y obediente.
Como cristiano, debes creer que eres aceptado a través de Cristo, que has sido adoptado en la familia de Dios, que eres un heredero de la gloria, y que ahora eres un peregrino en el camino hacia el cielo. Cada día de tu vida debes ser moldeado nuevamente. Eso es el discipulado. Los Puritanos hacían buen uso de la categoría del "deber", es decir, simplemente aquello que le debemos a Dios por habernos salvado del pecado a través de su gracia. Los Puritanos eran muy fuertes en la enseñanza moral, pero no eran legalistas: El deber se hace por gratitud a Dios quien te ha salvado. Esa es la santificación, y exigía que no sólo pusieras tu vida personal en orden, sino también la vida de tu familia. Los Puritanos tenían una idea clara acerca de Dios--creyendo en la vida familiar y en una doctrina muy fuerte y humana sobre el matrimonio como una sociedad con el Señor.
Cuando abordaban el carácter cristiano, los Puritanos subrayaban la humildad ante Dios, la sujeción a las Escrituras, y la integridad, es decir, la honestidad, decir la verdad, ser un hombre o una mujer de palabra en todas las relaciones. También debías ser un filántropo, generoso al dar a los pobres.
Los Puritanos insistían en guardar el Sábado santo. Esto quería decir que desde el momento en que se levantaban en la mañana hasta la hora de ir a la cama en la noche, debían estar haciendo cosas que honraran a Dios y que alimentaran el alma. Baxter dice que para el piadoso los Sábados son días alegres--no hay nada más que ellos prefirieran estar haciendo.
Los Puritanos eran contundentes en su visión de la vida. Ser un Puritano era mirar hacia la gloria que habría de venir y prepararse para una buena muerte--la cual sería el último acto de una vida de bien y de un fiel discipulado.
Los Puritanos se llamaban a sí mismos "médicos del alma." ¿Qué querían
decir con esto?
El negocio de un médico es revisar, restaurar y mantener la salud de aquellos que les encomiendan su cuidado. De la misma manera, el ministro debe conocer a las personas de su iglesia y alentarlos a consultarse con él como su médico del alma. Si hay algún tipo de problema espiritual, de incertidumbre, de desconcierto, o de angustia, van al ministro y se lo comentan, y el ministro necesita saber lo suficiente para brindarles salud--dándoles consejos. Ese es el ideal Puritano.
De la misma forma en la que un médico debe saber sobre fisiología, el ministro cristiano debe saber qué es la salud espiritual. Es el conocimiento puro de la voluntad de Dios, el verdadero evangelio de Dios. Es la alabanza regular y la oración regular. Es la aceptación de la responsabilidad en la familia, en la iglesia y en la comunidad donde haces negocios. Esa es la salud espiritual. Y quedarse corto en ello, requiere de intervención, de reprensión, de corrección, y de instrucción en justicia.
Los Puritanos creían que una conciencia educada es absolutamente necesaria para la salud espiritual. Esto era conocer las exigencias morales de Dios, de modo que tu conciencia te apoye cuando estés haciendo lo correcto y te condene cuando estés haciendo lo incorrecto.
¿Este énfasis fomenta una relación especial entre un pastor Puritano y su
congregación?
Sí. Por supuesto, esto variaba de un clérigo a otro. Richard Baxter lleva la delantera en esto. Baxter dijo que, al igual que vas con tu médico para una revisión de vez en cuando, también debes acudir regularmente con tu pastor para una revisión espiritual. Y siempre debes estar preparado para escuchar con humildad las orientaciones, la dirección y la redirección sobre la vida cristiana. Asesorar a las personas sobre las enfermedades espirituales era un énfasis Puritano distintivo, y esto indica el grado de compromiso de la grey, lo cual el pastor Puritano consideraba ideal. No creo que su dominio en este campo del ministerio espiritual, con todos los principios de corrección adoptados de la Escritura misma, haya sido superada nunca.
¿Qué estereotipos falsos tienen las personas sobre los Puritanos?
H. L. Mencken en una ocasión dijo, "el Puritanismo es el temor atormentador de que alguien, en algún lugar, pueda ser feliz". Eso no tiene sentido. Los Puritanos eran, en realidad, personas agradables y alegres. Muchos de ellos tenían un ingenio bromista y la capacidad de reír y de hacer reír a los demás. No es el caso, tampoco, que todos ellos se vistieran de negro y se presentaran como si estuvieran yendo hacia un funeral. John Owen, cuando fue vice canciller de Oxford, ¡fue muy criticado por ser alguien que se vestía elegantemente!
¿De qué forma fueron innovadores los Puritanos?
Ellos introdujeron el Sábado Cristiano a Inglaterra. También introdujeron la familia Cristiana a Inglaterra, en el sentido que desarrollaron completamente las responsabilidades del padre y de la madre al interior del hogar, el patrón de las oraciones familiares dos veces al día, la manera en la que se debía enseñar la Biblia a todo el mundo y la enseñanza de orar por uno mismo, tanto a los adultos como a los niños. Por lo que se apropiaron de la idea del hogar santo más de lo que jamás se había hecho.
También diseñaron un estilo de predicación que Inglaterra nunca antes había experimentado. Éste era expositivo, pero era claro e indagatorio, mientras que la predicación de los teólogos Anglicanos era más a menudo una manera de mostrar su aprendizaje. Esto es lo que los Puritanos hicieron mejor--la predicación de la Biblia, predicando el evangelio.
¿Qué aspectos del mundo moderno o del Cristianismo moderno tiene sus raíces en el movimiento Puritano?
Desde que la época Puritana llegó a su fin, las personas de Occidente han estado tratando de asegurarse que no caigamos de nuevo en algo que pudiera traer a la memoria a los Puritanos. Pero la idea de la familia Cristiana como evangélicos Estadounidenses, la albergaron en alguna forma de religión familiar, en oraciones familiares y en la responsabilidad del padre como líder espiritual--este era un ideal Puritano. Asimismo, el ideal Occidental, en ambos lados del Atlántico, sobre la integridad en la vida pública es algo que los Puritanos establecieron y que todavía esperamos, porque sabemos que esto es correcto. Cuando ocurren fallas morales, creemos que son un escándalo. Esa es una reacción Puritana.
Hasta mediados del siglo XIX, casi todos los Cristianos serios leían la literatura
Puritana. Desde entonces, parece que los Puritanos han caído en descrédito.
¿Por qué?
A mediados del siglo XIX, una gran cantidad de literatura devocional nueva comenzó a producirse, y era sencillamente más fácil comprar y leer esos pequeños libros que los grandes volúmenes Puritanos anticuados. La piedad evangélica se había vuelto más superficial y simplista de lo que había sido antes. Los Puritanos eran bastante exigentes. La única parte de la herencia literaria Puritana que continuó siendo impresa, vendida y leída fue El Progreso del Peregrino de Bunyan, la cual es una obra impresionante. Es brillante desde un punto de vista literario, así como desde un punto de vista espiritual.
Desde mediados del siglo XIX en adelante, la devoción popular se comenzó a centrar en el hombre y el modo de ser Puritano centrado en Dios (doxológico) había sido marginado. Los Puritanos, escribieron sobre los desafíos de vivir para Dios en una época conflictiva como la nuestra, en la que existen batallas espirituales por ser libradas. Ellos eran minuciosos en su Cristianismo de una forma que pocos desde su época han igualado.
Pero ha habido un resurgimiento de interés en los puritanos. Sus libros nuevamente se han vuelto disponibles y han encontrado un público. Los seminarios tienen cursos de teología y devoción Puritana. A su manera, el Puritanismo es ahora, una vez más, todo un poder en el mundo evangélico. Los cristianos se desilusionaron con la clase de literatura devocional que estaba disponible en el extranjero cuando yo era un creyente joven. Ellos quieren algo con más fibra.
¿Suficientemente Reformado?
Muchos aspectos del Libro de Oración Común Anglicano fueron objeto de críticas por parte de los Puritanos desde finales del siglo XVI en adelante. Todos los Puritanos estaban de acuerdo en que cuatro requisitos ceremoniales en particular eran anti bíblicos y revelaban la influencia católica persistente:
Vestiduras. El clero estaba obligado a vestir un sobrepelliz blanco durante el culto público. Los Puritanos objetaban que estos ornamentos estaban demasiado asociados en las mentes de los congregantes con el sacerdocio católico. Un uniforme especial implicaba que el clero era más santo y estaba más cerca de Dios que otras personas, negando así el sacerdocio de todos los creyentes.
Arrodillarse en la mesa de la comunión. El Libro de Oración requería que los comulgantes se arrodillaran a medida que recibían el pan y el vino. Pero los Puritanos argumentaban que esto invitaba a las personas a creer en la transubstanciación--la doctrina Católica Romana de que la sustancia del pan y el vino se convertían en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo--y a venerar los elementos. Los Puritanos preferían sentarse en una mesa y pasar el pan y el vino el uno al otro, como se hacía en las iglesias reformadas de otros países.
La señal de la cruz en el bautismo. Según las especificaciones del Libro de Oración, el sacerdote vertía agua sobre la cabeza del niño que estaba siendo bautizado y luego hacía la señal de la cruz sobre la frente del niño. Los Puritanos creían que la esencia del bautismo era el agua simbolizando la nueva vida en Cristo; el signo de la cruz era una adición humana anti bíblica.
Anillos de boda. En días anteriores a la Reforma, el matrimonio era considerado un sacramento; el anillo dado por el novio a la novia era el signo exterior y visible de esta gracia invisible. Según los artículos Anglicanos, el matrimonio no era un sacramento sino una sociedad humana bendecida por Dios. Un anillo, decían los Puritanos, era, por tanto, innecesario.