El Cristianismo y el Estatismo Racionalista

Por David Feddes


¿Cómo sería la sociedad si fuera dirigida por intelectuales? ¿Qué pasaría si las mejores y más brillantes mentes controlaran el gobierno? ¿Qué pasaría si tuviéramos líderes que fueron enseñados desde temprana edad por destacados pensadores? ¿Qué pasaría si estos líderes implementaran los ideales de los genios que les enseñaron? Durante siglos las personas han soñado con reyes filósofos, gobernantes de intelecto brillante que establecerían metas altas, gobernarían racionalmente y utilizarían la educación para construir un futuro brillante para la sociedad. Eso sería algo grande, ¿no?

No necesariamente. Echemos un vistazo a la historia para ver qué sucedió en varias sociedades bajo la dirección de reyes filósofos.

Un filósofo importante fue Carlos Marx. Mucha gente veía a Marx como el más racional de los pensadores y creía que una sociedad basada en la filosofía de Marx sería casi un paraíso en la tierra. ¿Cuál fue el resultado? El infierno en la tierra. Lenin, Stalin y otros reyes filósofos rusos intentaron construir una sociedad sobre la filosofía de Marx y asesinaron a millones en el proceso. En China, otro rey filósofo, el presidente Mao, apuntó a una sociedad ideal y asesinó a millones. En Camboya, Pol Pot y el gobierno del Khmer Rouge, educados en las mejores universidades de Europa e inspirados por Marx, asesinaron a millones.

Marx no fue el único filósofo cuyas ideas se convirtieron en la base del gobierno. Otro fue Friedrich Nietzsche. Él tenía una mente brillante y vivía en Alemania, el país más educado del mundo en ese momento. Unas décadas más tarde llegó al poder un hombre al que le gustaba la filosofía de Nietzsche y trató de implementarla. El nombre de este rey filósofo (o debería decir el filósofo Fuhrer) fue Adolfo Hitler. Él masacró a millones en su propio país, causó la peor guerra de la historia, y luego se suicidó.

Yendo unos siglos más atrás, encontramos a Jean-Jacques Rousseau, otro filósofo que inspiró a un gobernante. Rousseau engendró cinco hijos ilegítimos y los abandonó a todos en un orfanato público, pero tenía un intelecto poderoso y muchos lo admiraban. Sus ideas sobre la naturaleza humana, la educación, la familia y la política movieron a un líder político a fines del siglo XVIII para declarar: "Rousseau es el único hombre que, a través de la soberbia de su alma y la grandeza de su carácter, se mostró digno del papel de maestro de la humanidad". El hombre que dijo esto, Maximilien Robespierre, estaba tan comprometido con su filosofía que se le llamó "el Incorruptible". ¿El resultado? Los principios "incorruptibles" de Robespierre para gobernar fueron tan inhumanos que mantuvo las guillotinas ocupadas cortando las cabezas de las personas en el Terror de la Revolución Francesa. Finalmente, el propio Robespierre fue decapitado.

Demos un largo salto atrás a una era mucho más antigua y a otro rey filósofo. En el momento en que se escribió el Nuevo Testamento, el filósofo más importante del Imperio Romano era Séneca. Él le enseñó personalmente a un joven que se convirtió en emperador. El alumno de Séneca fue el rey filósofo Nerón, uno de los gobernantes más viles y perversos que jamás haya existido. Séneca era una figura destacada en la administración de Nerón. En algunos aspectos, Séneca era mejor que Nerón, pero la filosofía de Séneca consideraba que algunos humanos eran prescindibles. Séneca declaró: "Ahogamos a niños que al nacer son débiles y anormales". Seneca elogiaba el suicidio cada vez que faltaba la calidad de vida, y su influencia continúa hoy en las personas que llaman al suicidio "muerte con dignidad". El hecho de que Seneca no respetara toda la vida humana se magnificó en su alumno, Nerón, y dio lugar a innumerables atrocidades, incluido el asesinato de su propia madre, lo cual Séneca defendió. Finalmente, el filósofo Séneca se suicidó bajo la presión de Nerón, y unos años después, Nerón, el rey filósofo, se suicidó cuando su reinado colapsó.

Retrocediendo aún antes, más de 300 años antes de Cristo, llegamos a Aristóteles, más tarde conocido simplemente como "el filósofo" debido a su poderoso intelecto y lógica. Aristóteles tuvo la oportunidad de entrenar a un rey filósofo, enseñando a Alejandro Magno de joven. Alejandro era un gran genio militar, pero no hubieses pensado que Alejandro Magno era tan bueno si hubieses vivido en uno de los muchos países que invadió o si hubieses estado en una de las ciudades que destruyó o si hubieses sido el amigo cercano que él asesinó en una furia de borracho o si hubieses sido una de las innumerables personas masacradas o vendidas como esclavos por sus ejércitos o si te hubiesen obligado a inclinarte ante Alejandro como un dios. Alejandro era impulsado por la ambición personal, pero también se veía a sí mismo como un rey filósofo que educaría al mundo. El mentor de Alejandro, Aristóteles, era brillante, pero consideraba que las mujeres eran inferiores y promovía la eugenesia y el control de la población. Según Aristóteles, para que una sociedad fuera saludable, debía asesinar a algunos niños. Él escribió, "Debe haber una ley acerca de que ningún niño imperfecto o mutilado sea criado. Y para evitar un exceso de población, algunos niños deben estar expuestos [a un basurero para morir]. Porque un límite debe ser fijado a la población del estado". Este punto de vista era común entre los Griegos y los Romanos, y Aristóteles veía la esclavitud y la matanza de bebés como asuntos de un gobierno racional. No es de extrañar que el alumno de Aristóteles, Alejandro, estuviera tan dispuesto a destruir vidas humanas en sus conquistas. Por cierto, el propio Alejandro murió a los treinta años después de años de guerra y de una vida salvaje.

Tal vez no deberíamos estar demasiado ansiosos por una sociedad dirigida por intelectuales, dado este historial. Los monstruos de Marx, los Nazis de Nietzsche, Rousseau y el Reinado del Terror de Robespierre, el Nerón de Séneca y el Alejandro de Aristóteles colocaron las ideas abstractas delante de la gente real, con resultados mortales. Estas filosofías diferían unas de otras de varias maneras, pero tenían en común la esperanza de producir una sociedad ideal a través de la combinación perfecta de educación y gobierno.

Este sueño de ingeniería social y de reyes filósofos fue descrito de una manera más famosa por el predecesor de Aristóteles, el filósofo Griego Platón. Platón escribió: "Hasta que los filósofos sean reyes, o los reyes y príncipes de este mundo tengan el espíritu y el poder de la filosofía, y la grandeza política y la sabiduría se encuentren en uno ... las ciudades nunca descansarán de sus males,--ni la raza humana, como yo creo,-- y entonces solo nuestro Estado tendrá la posibilidad de vida y contemplará la luz del día". Desde Platón, intelectuales y políticos han soñado con una sociedad ideal controlada por la sabiduría humana y por el poder humano.


Sabiduría y Poder

En contraste con todo esto, ¿qué dice la Biblia? Para aquellos que están tentados a confiar en la sabiduría humana, las Escrituras dicen: "¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?" (1 Corintios 1:20). Para aquellos que están tentados a confiar en el poder humano, las Escrituras dicen: "Los príncipes de este siglo, que perecen" (1 Corintios 2:6). La Biblia lo dice, y la historia lo confirma: los genios humanistas se vuelven tontos, y los gobiernos humanistas llegan a la nada, uno tras otro. El problema humano más básico es tan grave que no puede ser resuelto por la sabiduría humana o el poder humano.

Platón y los filósofos que vinieron después de él pensaban que nuestro mayor problema es la ignorancia y que si, a través de la educación, desarrollábamos los poderes de la razón humana y condicionábamos a las personas debidamente, nuestros principales problemas personales serían resueltos. Ellos suponían que el mayor problema con la sociedad era la falta de un buen gobierno y que si solo se gobernara bien la sociedad, nuestros principales problemas sociales se resolverían. Muchas personas todavía piensan de esta manera. A pesar del mensaje de la Biblia y de las duras lecciones de la historia, las personas todavía esperan que los reyes filósofos salven el día.

La Biblia enseña que nuestro problema es mucho más serio de lo que se dan cuenta los filósofos y los políticos humanistas, por lo que la solución debe ser algo diferente a cualquier cosa que la sabiduría humana y el poder puedan ofrecer. Nuestro problema básico es el pecado, la alienación de Dios. Ninguna cantidad de razonamiento y educación puede devolvernos a Dios. Ningún sistema político puede convertir a una sociedad malvada en un lugar maravilloso para vivir. El pecado infecta tanto a nuestro carácter individual como a nuestra sociedad, que nada menos que la intervención divina puede salvar a las personas y cambiar el mundo. No solo necesitamos educación humana, sino revelación divina. No necesitamos solo la política humana, sino el reino de Dios.

La sabiduría de Dios nos llega en una revelación que la sabiduría humana consideraría tonta. El poder de Dios nos llega en una acción que la política humana vería como debilidad. La sabiduría y el poder de Dios vienen a nosotros en Jesucristo: nacido en la pobreza, criado sin una gran escuela o educador, ejecutado como un criminal. La cruz de Jesucristo—su sufrimiento, muerte y resurrección—no es el tipo de cosa con la que cuentan los educadores y los políticos humanistas para cambiar a las personas o para mejorar la sociedad. Y, sin embargo, el Cristo crucificado y resucitado ha hecho más para salvar a los individuos y para cambiar a las sociedades para bien que todos los filósofos y los políticos combinados.

En el libro de la Biblia de 1 Corintios, el apóstol Pablo escribió a los Cristianos rodeados de una cultura que adoraba la educación y el poder. Pablo dijo que Cristo lo envió "a predicar el evangelio, no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios "(1:17-18,25). ¿Alguna vez algún filósofo razonó que el peor problema de la humanidad podría resolverse con la vida y la muerte de un humilde carpintero Judío? ¿Algún gobernante descubrió el secreto poder evangélico del Espíritu de Dios para liberar y glorificar a las personas? No, dice Pablo, "Ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria" (2:8).

Para cualquier rey filósofo, Jesús y su evangelio habrían parecido tonterías y debilidades, pero el Cristo crucificado y resucitado resultó ser más inteligente que cualquier otro filósofo y más fuerte que cualquier rey. "Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres " (1:25). Es en este contexto que Pablo dice "Dios ha enloquecido la sabiduría del mundo" y habla de "los príncipes de este siglo, que perecen".

¿Significa esto que el Cristianismo está totalmente en contra de la educación y del gobierno? De ningún modo. Sin embargo, significa que la educación y el gobierno no importan tanto como Jesucristo, y que la educación y el gobierno a menudo hacen más daño que bien, alejados de Cristo. La educación puede impartir sabiduría transformadora real solo si se trata de una educación centrada en Cristo. El gobierno puede gobernar bien solo si honra al gobierno superior del Rey de reyes y Señor de señores. Hay un fuerte contraste entre "Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios" (1:24) y entre la esperanza humanista de los reyes filósofos por mejorar las cosas. Para una comprensión más detallada sobre este contraste, veamos la sociedad ideal de Platón y veamos cómo la realeza de Cristo es muy diferente.


La República de Platón

La República de Platón, su libro más influyente, introdujo la idea de los reyes filósofos. Platón escribió la República hace unos 24 siglos, pero plantea ideas que han afectado la historia y que aún nos persiguen hoy. Platón enseñó acerca de la salvación de la sociedad a través de la educación y la acción del gobierno. Platón quería que las clases más altas eliminaran el matrimonio, la familia y la propiedad privada. En un Estado ideal, dijo, los mejores hijos serían criados y educados no por su propio padre y madre, sino por el Estado en su conjunto. Las mujeres de clase alta se centrarían más en la política y en la acción militar que en criar a sus propios hijos. Platón elogió las relaciones homosexuales entre los jóvenes y los hombres mayores. Dijo que los hombres y las mujeres podían tener relaciones sexuales con quien quisieran, siempre que se deshicieran de bebés no deseados. Platón dijo que era necesario que el gobierno dijera algunas mentiras importantes para poder gobernar adecuadamente a las clases más bajas. Y él enseñó estas cosas, fíjate, para mostrar cómo sería una sociedad ideal, basada en la justicia y en la razón. Esa es una muestra rápida de los planes de Platón. Ahora echemos un vistazo más de cerca a algunos detalles.

La sociedad ideal de Platón tendría tres clases diferentes: obreros, soldados y gobernantes, quienes serían los reyes filósofos. Los gobernantes serían personas iluminadas con una sorprendente comprensión de la realidad. Les proporcionarían a las personas una especie de educación, pero gran parte de esta educación serían mentiras para mantener a las personas en su lugar, permitiendo a los gobernantes iluminados manejarlas y manipularlas, ¡todo por el bien de la gente, por supuesto! Como dijo Platón: "Nuestros gobernantes encontrarán una dosis considerable de falsedad y engaño necesaria para el bien de sus súbditos". El gobierno sabe más; las personas insignificantes no pueden manejar la verdad.

Platón quería difuminar las diferencias entre lo masculino y lo femenino. El sexo no debía limitarse a una unión de marido y mujer. Platón elogió la práctica griega común de las relaciones homosexuales entre un oficial militar y un adolescente en formación o entre un maestro y un joven a quien estaba enseñando.

Platón también quería educar a las mujeres de las clases altas para que fueran lo más parecidas posible a los hombres. Quería que ambos sexos se ejercitaran desnudos en los mismos gimnasios. Él quería mujeres en el ejército. "Déjenlas compartir los trabajos de la guerra", dijo, "usando armadura y montando a caballo". Debido a que las mujeres son más débiles, dijo, deberían recibir tareas más livianas, pero deberían estar capacitadas para ser lo más parecidas posible a los hombres y ser tratadas como hombres en lo mayor posible. Platón comparaba a los guardianes—las elites gobernantes y militares—con perros guardianes. Señalaba que los perros guardianes debían hacer su trabajo. No divides a los perros guardianes entre machos y hembras, y no dejas a las hembras en casa para cuidar a los cachorros.

Entre la élite, dijo Platón, no debería haber matrimonio de un esposo a una esposa, y los padres no deberían criar a sus propios hijos biológicos. Todos los hombres y mujeres vivirían juntos, compartiendo sus propiedades y sus cuerpos. Platón quería una ley en que "las esposas de nuestros guardianes sean comunes, y sus hijos sean comunes, y ningún padre conozca a su propio hijo, ni a ninguno de sus hijos". Los niños no serían criados por padres individuales sino por el Estado en general.

Los niños se producirían a través de apareamientos planificados. Los hombres más fuertes, más inteligentes y más valientes serían emparejados con las mejores mujeres. Después de todo, dijo Platón, solo criamos los mejores perros de caza, caballos y pájaros, entonces ¿por qué no hacemos lo mismo con las personas? En palabras de Platón, "Dios proclama como un primer principio a los gobernantes ... que no hay nada ... de lo cual deberían ser tan buenos guardianes, como de la pureza de la raza".

En la sociedad ideal de Platón, cada vez que una mujer tuviera un bebé, los oficiales inmediatamente tomarían al bebé. Si era un bebé de padres inferiores, o si tenía buenos padres, pero se deformaba por alguna razón, sería desechado en "un lugar misterioso y desconocido". Cuando los bebés superiores nacían de un apareamiento de padres superiores, los oficiales los llevaban a enfermeras que vivían en lugares separados. Esto permitiría a las mujeres de élite tener bebés, mejorar el conjunto genético del Estado y aun así regresar casi de inmediato a su trabajo. Se necesita una aldea para criar a un niño y liberar a una mujer para que viva como un hombre.

Sólo los bebés nacidos de apareamientos aprobados entre hombres y mujeres en su mejor edad podían sobrevivir. Los hombres y las mujeres de una edad no adecuada podían tener relaciones sexuales con quienes quisieran, siempre que comprendieran que cualquier descendencia debía ser destruida. "Les permitimos que se extiendan a voluntad", dijo Platón, "acompañando el permiso con órdenes estrictas de evitar que cualquier embrión que pueda surgir al ver la luz; y si hay alguna fuerza para el nacimiento, los padres deben comprender que la descendencia de tal unión no se puede mantener, y arreglar en consecuencia".

Platón impulsó la promiscuidad, el control de la población, el aborto y el infanticidio, con el objetivo eugenésico de criar una raza maestra y tener un Estado perfecto. La educación correcta y la ingeniería social entre las clases élites, en palabras de Platón, "serán su salvación, y serán los salvadores del Estado". Platón declaró: "Nuestro estado, si está bien ordenado, es perfecto". Todos serían pacíficos y felices, sin peleas ni divisiones.


El Reino de Cristo

El reino de Dios revelado por Jesús en la Biblia es muy diferente al de la sociedad imaginada en la República de Platón. Jesús sostenía el matrimonio entre un hombre y una mujer, no la homosexualidad o la promiscuidad. En las Escrituras, los padres y las madres son responsables de amar e instruir a sus propios hijos, no de contar con las instituciones gubernamentales para cuidarlos desde la cuna hasta la tumba. Jesús enseñó que todos los bebés debían ser cuidados; ninguno podía ser despreciado o destruido. La Biblia honra a los hombres como hombres y a las mujeres como mujeres, sin convertir a las mujeres en hombres jóvenes. Jesús les enseñó a las personas a dar su máxima lealtad a Dios, no al Estado. Jesús enseñó a las personas a buscar la verdad máxima en la Palabra de Dios, no en su propio pensamiento. Jesús identificó el problema humano básico como pecado, no como ignorancia. Él proporcionó la salvación no a través de un programa de educación sino a través de la muerte para pagar nuestra culpa. Mientras que Platón creía que los cuerpos son obstáculos temporales y que la eternidad incluiría solo a lo intelectual, no a lo físico, Jesús resucitó de entre los muertos para darnos vida nueva y para proporcionarnos cuerpos de resurrección algún día.

Muchos intelectuales a lo largo de la historia han presentado su propia versión del sueño de Platón, y muchos filósofos reyes han intentado utilizar la educación y la legislación para crear una civilización superior. Muchos en la actualidad todavía lo intentan de varias maneras. Pero tales esfuerzos han llevado a un horror tras otro, mientras que el Cristo crucificado y resucitado ha traído vida y amor, y también ha mejorado la educación y el gobierno y todas las demás esferas de la cultura más que todos los filósofos no Cristianos combinados.

Si hay una lección que aprender de la historia, es que la sabiduría humana y el poder humano, alejados de Dios, producen miseria y degradación humana, mientras que la sabiduría y el poder de Dios en Cristo producen dignidad y alegría humanas. La civilización Griega y Romana a menudo son admiradas por los eruditos humanistas como una Edad de Oro. Pero en esa "Edad de Oro", se estima que alrededor tres cuartas partes de la población de Atenas eran esclavos, y aproximadamente la mitad de todas las personas de todo el Imperio Romano eran esclavos. Incontables niños fueron asesinados o abandonados sin remordimientos de conciencia. Alrededor de la época en que nació Jesús, un hombre llamado Hilarión le escribió a su esposa embarazada: "Si das a luz un hijo, si es niño, consérvalo, si es niña, deséchala. Los hombres superaron en número a las mujeres en un 30% porque tantas niñas bebés eran eliminadas cuando eran bebés. La pornografía estaba en todas partes. Los platos estaban decorados con escenas de orgías entre hombres y mujeres, entre personas del mismo sexo y entre personas y animales. El famoso y culto Demóstenes dijo con naturalidad: "Las prostitutas son para nuestra diversión; nuestras esclavas son para nuestro servicio personal, y nuestras esposas deben darnos hijos ".

En contraste con esto, el Cristianismo enseñaba que los esclavos son tan importantes para Dios como los reyes, y que ser esposa y madre es algo glorioso. Un pagano exclamó con asombro y admiración: "¡Qué mujeres tienen estos cristianos!" Los seguidores de Jesús buscaban ser sexualmente puros y fieles en el matrimonio. Cuidaban de sus propios hijos y a menudo rescataban y adoptaban a los niños que habían sido abandonados por otros. Cuando Cristo cambiaba sus corazones, también cambiaba su pensamiento y su comportamiento.

Los Cristianos nunca han producido una sociedad perfecta y nunca se espera que produzcan una. Una sociedad perfecta no existirá hasta el regreso de Cristo. Pero da gracias por las maravillosas formas en que la sabiduría y el poder de Cristo ya han cambiado el mundo para bien, y por fe, podemos regocijarnos en la seguridad de la salvación futura. Mientras esperamos un nuevo cielo y tierra, pasemos nuestro tiempo en esta tierra honrando a Cristo y sirviendo a otros lo mejor que podamos, reconociendo humildemente nuestros límites.

Al depender de Cristo, debemos tener cuidado con todos los esfuerzos para construir una sociedad mejor basada en la educación humanista y en la legislación humanista. Eso ha sido probado antes. Los filósofos reyes siempre fallan. "¿Dónde está el sabio? Los príncipes de este siglo, que perecen".

Modifié le: mercredi 8 novembre 2017, 10:50