Lectura obligatoria: La Historia de la Salvación en el Antiguo Testamento: Preparando el Camino para Cristo
La Historia de la Salvación en el Antiguo Testamento: Preparando el Camino para Cristo
Hay una gran cantidad de recursos informativos en la nueva Biblia de Estudio ESV. He aquí un extracto de un artículo llamado Preparando el Camino para Cristo; el cual hace un seguimiento de las referencias hacia la salvación en Cristo a través de los libros del Antiguo Testamento.
El artículo ofrece un breve acercamiento redentor a la historia de la salvación en cada libro del Antiguo Testamento y luego enumera referencias específicas de casi todos los capítulos de cada libro (junto con pasajes del Nuevo Testamento relacionados) que anticipan nuestra redención a través de Jesucristo, lo que Dios ha logrado para nosotros:
La Historia de la Salvación en el Antiguo Testamento: Preparando el Camino para Cristo
Génesis
Después de que Dios crea un mundo de fertilidad y bendición, la caída de Adán interrumpe la armonía. Dios se propone renovar la fertilidad y la bendición a través de la descendencia de la mujer (3:15). Cristo es la descendencia definitiva (Gal. 3:16) que trae la más grande victoria (Heb. 2:14-15). Génesis traza el comienzo de una línea de descendientes piadosos a través de Set, Enoc, Noé, y luego la elección de Dios de Abraham y su descendencia (Gn. 12:2-3, 7; 13:14-17; 15:4-5; 17:1-14; 18:18; 22:16-18; 26:2-5; 28:13-15).
Éxodo
Por medio de Moisés, Dios redime a su pueblo
de la esclavitud de Egipto, prefigurando la redención eterna de Cristo para su
pueblo sobre la esclavitud al pecado.
Levítico
La exigencia de la santidad apunta a la santidad de Cristo (Heb. 7:26-28). Los sacrificios prefiguran el sacrificio de
Cristo (Heb. 10:1-10).
Números
El viaje por el desierto prefigura el viaje cristiano de este mundo hacia
el nuevo mundo (1 Cor. 10:1-11; Heb. 4:3-10).
Deuteronomio
La justicia y la sabiduría de la ley de Dios prefiguran la justicia de
Cristo, la cual es dada a su pueblo. La anticipación de entrar a la Tierra
Prometida prefigura la esperanza de los cristianos del cielo nuevo y la tierra
nueva (Ap. 21:1-22:5).
Josué
La conquista a través de Josué prefigura a Cristo conquistando a sus enemigos;
tanto a Satanás (Heb. 2:14-15), como a los seres humanos rebeldes. La
conquista tiene lugar tanto a través del evangelio (Mt. 28:18-20), como en la destrucción durante la segunda
venida (Ap. 19:11-21).
Jueces
Los jueces salvan a Israel, prefigurando así a Cristo. Sin embargo, los
jueces tienen defectos y fallas, e Israel repetidamente regresa a la idolatría
(2:19), cayendo en espiral haca el caos. Ellos
necesitan un rey (21:25), y no sólo un rey sino un rey perfecto, el
Mesías (Is. 9:6-7).
Rut
La línea de descendientes que conducen a Cristo viene de Judá hacia Booz y
hacia David (4:18-22; Mt. 1:5-6). Booz, el redentor (Rut 2:20), prefigurando a Cristo, permite que la
desgracia de Noemí sea borrada y que Rut, una extranjera, sea incluida en el
pueblo de Dios (prefigurando la inclusión de los gentiles, Gal. 3:7-9, 14-18, 29).
1 Samuel
David, el rey conforme al corazón de Dios (16:7; Hch 13:22), prefigura a Cristo, en contraste con Saúl,
que es el tipo de rey que el pueblo desea (1 Sm. 8:5, 19-20). La persecución de Saúl a David prefigura la
persecución del pueblo mundano en contra de Cristo y del pueblo de Cristo.
2 Samuel
David como rey modelo trae bendición a la nación hasta que cae en pecado
con Betsabé (cp. 11). Aunque se arrepiente, el resto de su
reinado se vuelve imperfecto, señalando la necesidad de la venida de Cristo, el
rey mesiánico perfecto.
1 Reyes
El reinado de Salomón cumple la primera etapa de la promesa de Dios hecha a
David de establecer el reino a través de su descendencia (2 Sm. 7:12). Salomón en cierto modo es un rey modelo,
prefigurando a Cristo. Pero su caída en pecado (1 Re 11), los pecados de su descendencia, la división
y lucha entre Israel y Judá, y los continuos problemas con la adoración falsa
indican la necesidad de un rey perfecto y un reino eterno (Is. 9:6-7) sobrepasando todo el período de la
monarquía. Muchos pasajes en 1 Reyes tienen paralelos en 2 Crónicas.
2 Reyes
Continuando con la historia de 1 Reyes, Israel y Judá siguen en declive a
través de su falsa adoración y desobediencia, situación que los conduce al
exilio (2 Re 17; 25). Algunos buenos reyes (notablemente Ezequías
y Josías, cps. 18-20; 22:1-23:30) prefiguran la necesidad de Cristo, el rey
perfecto, mientras que Eliseo prefigura la necesidad de Cristo, el profeta
definitivo (Heb. 1:1-3). Muchos pasajes en 2 Reyes tienen paralelos
en 2 Crónicas.
1 Crónicas
David, como el líder y rey justo prefigura a Cristo el rey, no sólo en su
gobierno sobre el pueblo de Dios, sino en su papel para la preparación de la
construcción del templo. Las primeras crónicas miran hacia atrás a la fidelidad
de Dios para su gente en el período entero de Adán (1:1) a David (3:1), e incluso más allá (3:10-24; 9:1-34), indicando la constancia del propósito de
Dios en la preparación para la venida del Mesías como descendiente de Adán (1:1; Gn. 3:15; Lc. 3:38), descendiente de Abraham (1 Cr. 1:28; Gal. 3:16), y descendiente de David (1 Cr. 3:1; 17:11, 14; Lc 3:23-38; Hch 13:23).
2 Crónicas
Salomón como un rey sabio y constructor del templo prefigura a Cristo, el
rey y constructor del templo. Después de Salomón, continúa la línea de reyes
davídicos que conducen hacia Cristo, el gran descendiente de David (Mt. 1:6-16). Pero muchos de los reyes posteriores se
extravían de Dios, y ellos junto con el pueblo sufren por ello, mostrando la
necesidad de Cristo como el rey perfecto. Ezequías (2 Cr. 29-32) y Josías (cps. 34-35) como reyes justos
prefiguran a Cristo. 2 Crónicas tiene paralelos en 1-2 Reyes, pero se centra en
el reino del sur (Judá) y en la línea de David, y muestra una preocupación
centrada en el templo y su adoración, anticipando el cumplimiento del templo y
la adoración con la venida de Cristo (Jn. 2:19-21; 4:20-26; Ef. 2:20-22; Ap. 21:22-22:5).
Esdras
La restauración y reconstrucción después del exilio, en cumplimiento de la
profecía (1:1), prefiguran la salvación de Cristo (Col. 1:13) y la construcción de la iglesia (Mt. 16:18; Ef. 2:20-22). También apuntan hacia la consumación de la
salvación en el cielo nuevo y en la tierra nueva (Ap. 21:1).
Nehemías
La restauración y reconstrucción después del exilio prefiguran la salvación
de Cristo (Col. 1:13) y la edificación de la iglesia (Mt. 16:18; Ef. 2:20-22).
Ester
Dios trae providencialmente la liberación a su pueblo a través de Ester,
prefigurando la liberación final por medio de Cristo.
Job
El sufrimiento y el alivio de Job prefiguran el sufrimiento y la gloria de
Cristo.
Salmos
Al expresar las alturas y profundidades emocionales de la respuesta humana
hacia Dios, los Salmos proporcionan un tesoro permanente para ser usados por el
pueblo de Dios en la expresión de sus necesidades y alabanzas, tanto colectiva
como individualmente. Cristo como hombre representativo experimentó nuestra
condición humana, aunque sin pecado, y por lo tanto los Salmos se convierten en
sus oraciones hacia Dios (ver esp. Heb. 2:12; cf. Mt. 27:46 con Sal. 22:1). Los Salmos deben ser vistos como sus
palabras, y a través de nuestra unión con él, se vuelven nuestros.
Proverbios
La sabiduría en última instancia proviene de Dios y de su instrucción, que
anticipa el hecho de que Cristo es la sabiduría de Dios (1 Cor. 1:30; Col. 2:3) y que en él y en su instrucción encontramos
el camino de la vida y la justicia (Jn. 14:6, 23-24). Por medio del Espíritu podemos andar en el
camino correcto (Gal. 5:16-26).
Eclesiastés
La falta de sentido, las frustraciones y las injusticias de la vida
"debajo del sol" requieren una solución de parte de Dios. Cristo a
través de su sufrimiento y resurrección provee la primera entrega (1 Cor. 15:22-23) de significado, satisfacción y vida nueva (Jn. 10:10), para disfrutarlos
plenamente en la consumación (Ap. 21:1-4).
Cantares
Los Cantares de Salomón representan el amor marital. Sin embargo, después
de la caída, el amor meramente humano está siempre por debajo del ideal de
Dios, y de esta manera buscamos el remedio de Dios en el amor perfecto de
Cristo (Ef. 5:22-33; 1 Jn. 3:16; 4:9-10). La conexión con Salomón (Cant. 1:1; 3:7, 9, 11;
8:11) nos invita a pensar especialmente en el matrimonio del rey de
la línea de David (Sal. 45:10-15), y los reyes señalan a Cristo el gran rey,
quien tiene como su esposa a la iglesia (Ap. 19:7-9, 21:9).
Isaías
Isaías profetiza el exilio debido a la infidelidad de Israel. Pero
posteriormente Dios traerá a Israel de vuelta del exilio; esta restauración
prefigura la salvación culminante en Cristo. Cristo como Mesías y
"siervo" del Señor limpiará a su pueblo de pecado, los llenará de
gloria y extenderá su bendición a las naciones. Cristo cumple la profecía tanto
en su primera venida como en su segunda venida.
Jeremías
La acusación profética de Jeremías en contra de Israel es grandemente
rechazada, prefigurando el rechazo del mensaje profético de Cristo para el
pueblo de Israel (Lc. 11:49-51). El juicio de Dios sobre Israel debido a la
apostasía, prefigura el juicio que carga Cristo como sustituto de la apostasía
de la humanidad (1 Jn. 2:2). También prefigura el juicio final (Ap. 20:11-15). La restauración del exilio prefigura la restauración
final con Dios a través de Cristo (Heb. 10:19-22).
Lamentaciones
Las lamentaciones sobre Jerusalén anticipan el lamento de Cristo por la
futura caída de Jerusalén (Lc. 19:41-44). En ambos casos, Jerusalén sufre debido a
sus propios pecados. Pero el sufrimiento por el pecado encuentra un remedio
cuando Cristo sufre como sustituto de los pecados de su pueblo (2 Cor. 5:21; 1 Pe. 2:22-24).
Ezequiel
Dios juzga la apostasía de Israel a través del exilio. Israel sufre por su
propio pecado y, al hacerlo, anticipa el juicio final de Dios contra el pecado
(Ap. 20:11-15). Pero el sufrimiento también anticipa el
sufrimiento de Cristo por los pecados de otros. La bendición posterior en la
restauración prefigura las bendiciones de la salvación eterna en Cristo (Ef. 1:3-14).
Daniel
Daniel y sus amigos ejemplifican el conflicto entre el reino de Dios y los
reinos de este mundo, un conflicto que llegará a su clímax en Cristo, tanto en
su primera venida como en su segunda venida.
Oseas
La infidelidad de Israel demanda un remedio permanente, que vendrá en la
fidelidad de Cristo al Padre y la fidelidad que Cristo entonces obra por medio
del Espíritu en su pueblo. El amor de Dios por Israel es una sombra del amor de
Cristo por la iglesia (Ef. 5:25-27).
Joel
El día del Señor, el día de la venida de Dios (véase la nota de Is. 13:6), trae el juicio sobre el pecado, pero
también puede incluir la bendición. Ambos aspectos se cumplen tanto en la
primera venida como en la segunda venida de Cristo.
Amós
Dios viene a Israel tanto con juicio en contra del pecado, como con
promesas de restauración. El juicio y la restauración anticipan la crucifixión
y la resurrección de Cristo, así como el juicio final (Ap. 20:11-15). La exigencia de justicia se cumple en la
justicia de Cristo (Rom. 8:1-4).
Abdías
El juicio en contra de Edom, un enemigo tradicional de Israel, contribuye a
la bendición del pueblo de Dios. El juicio y la vindicación prefiguran la
vindicación de Cristo y los juicios en contra de sus enemigos, tanto en su
primera venida como en su segunda venida.
Jonás
El rescate de Jonás de la muerte prefigura la resurrección de Cristo (Mt. 12:39-40). El arrepentimiento de los Ninivitas
prefigura el arrepentimiento de los gentiles que atienden al evangelio (Mt. 28:18-20; Lc. 24:47).
Miqueas
Dios pronuncia juicio sobre Israel, prefigurando el juicio final (Ap. 20:11-15) y el juicio que cayó sobre Cristo (Gal. 3:13). Él promete bendición a través del Mesías,
anticipando las bendiciones de la salvación en Cristo (Ef. 1:3-14).
Nahum
El juicio sobre Nínive, un enemigo tradicional del pueblo de Dios,
prefigura el juicio final y la liberación final de la opresión (Ap. 20:11-21:8).
Habacuc
El uso de una nación perversa por parte de Dios para cumplir su justicia,
representa una sombra en el uso de oponentes malvados para lograr su propósito
en la crucifixión de Cristo.
Sofonías
Los juicios sobre las personas malvadas anticipan el juicio final (Ap. 20:11-15) e indican la necesidad de la obra de Cristo
y su carga del pecado para salvarnos del juicio (ver nota en Is. 13:9).
Hageo
La reconstrucción del templo prefigura la construcción de los templos del
NT: la iglesia (1 Cor. 3:16; Ef. 2:20-22) y la nueva Jerusalén (Ap. 21:9-22:5).
Zacarías
La reedificación en el tiempo de la restauración del exilio prefigura la
salvación eterna que viene con Cristo.
Malaquías
La desobediencia y el compromiso son eliminados con la venida de Cristo y
su purificación.
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