El Perfil de Francis Schaeffer
CONOCIENDO Y HACIENDO
Una Enseñanza Trimestral para el Discipulado del Corazón y de la Mente
Este artículo apareció originalmente en el otoño de 2001, como una publicación del informe del Instituto C. S. Lewis.
LOS PERFILES EN LA FE
Francis Schaeffer (1912-84)
Por el Dr. Art Lindsley, Académico Residente
Francis August Schaeffer nació el 30 de enero de 1912 en la pequeña ciudad de Germantown, Pennsylvania. Su vida, sus libros y el ministerio suizo L'Abri han tenido un impacto inmenso y de gran alcance en esta generación, tocando personalmente a muchas personas, incluyéndome a mí. ¿Cómo fue que Francis, junto con su esposa Edith, pudieron impactar a tanta gente? Primero, él logró que las personas pensaran sobre los grandes problemas de la vida y sobre la realidad. Recuerdo cuando Schaeffer vino a hablar en un servicio de capilla en la Universidad de Seattle del Pacifico donde yo era estudiante universitario. Al igual que la mayoría de mis compañeros de clase, yo había crecido como creyente, pero nunca había escuchado algo como lo que Schaeffer estaba discutiendo. Abordó la Trinidad, la naturaleza de la Creación, la realidad de la Caída y la credibilidad intelectual de la fe en Cristo. En muchos sentidos, eso estaba en mi cabeza en ese momento, e incluso puedo recordar que me dolió la mente cuando traté de seguirlo. Sin embargo, estaba tan fascinado por lo que dijo que, después de su charla, asistí al tiempo de preguntas y respuestas en la Unión de Estudiantes. Esa primera exposición más tarde me llevó a leer sus libros Escape de la Razón y El Dios que Está Allí, los cuales abrieron nuevas arenas para la exploración.
A lo largo de los años, cuando me encontraba y hablaba con otras personas que se encontraban con Schaeffer, mi respuesta parece haber sido típica. Al igual que yo, muchos creyentes habían sido expuestos a una perspectiva más estrecha sobre la fe y no tenían idea sobre las implicaciones comprehensivas de esa fe o sobre cómo es que la cosmovisión bíblica respondía preguntas de una manera única y persuasiva. En muchos sentidos, la vida es como un llavero que contiene muchas llaves, solo una de ellas desbloquea el candado. La fe en Cristo es esa llave según Schaeffer; ningún otro punto de vista es adecuado para explicar la naturaleza de la realidad.
El método de Schaeffer fue empujar al no creyente a la conclusión lógica de sus falsas suposiciones. Alternativamente, él empujaría al no creyente hacia una base equitativa para sus más altas aspiraciones. Por ejemplo, un joven llegó a L'Abri siendo ateo, aunque comprometido apasionadamente con la justicia social. Él fue persuadido gentilmente acerca de que si su ateísmo fuera verdadero no existiría una base segura para ningún valor absoluto, incluida la justicia. Él podía renunciar a su pretensión de saber lo que era justo o encontrar una base para ello en un estándar absoluto sobre lo correcto y lo incorrecto, más adecuadamente basado en un Dios infinitamente personal.
Schaeffer a menudo argumentaba que, cuando se trata de eso, nuestras opciones son pocas. Nuestros orígenes surgen de: 1) Nada, 2) El Impersonal, o 3) El Personal. Schaeffer argumentaba que solo el Dios Personal Infinito era la llave que desbloqueaba los secretos del Cosmos.
Una segunda razón para el enorme impacto de Francis Schaeffer era su énfasis en la dignidad y en la caída de la humanidad. En uno de sus sermones clásicos, "No Personas Pequeñas", dice:
Aunque somos limitados y débiles en talento, en energía física y en fuerza psicológica, no somos menos que un palo de madera. Pero, al igual que la vara de Moisés tenía que convertirse en la vara de Dios, entonces lo que yo soy debe convertirse en el yo de Dios. Entonces puedo ser útil en las manos de Dios. La Escritura enfatiza que mucho puede venir de lo poco si lo poco está consagrado verdaderamente a Dios. No hay personas pequeñas ni personas grandes en el verdadero sentido espiritual, sino solo personas consagradas y no consagradas. El problema para cada uno de nosotros es aplicar esta verdad a nosotros mismos. . . solo una cosa es importante: ser personas consagradas en el lugar de Dios para nosotros, en cada momento. Aquellas que son consideradas personas pequeñas en lugares pequeños, si están comprometidos con Cristo y viven bajo Su Señorío en la totalidad de la vida, pueden, por la gracia de Dios, cambiar el flujo de nuestra generación.
Una forma en la que él demostró este respeto por la dignidad de las personas fue a través de horas de escuchar y de hablarles con amor la verdad de Cristo a las personas que conoció. De hecho, su esposa Edith sostiene que gran parte de su educación se basó en las conversaciones con otras personas en lugar de solo libros. Edith escribe en L'Abri:
En lugar de estudiar volúmenes en una torre de marfil separada de la vida y de desarrollar una teoría separada sobre el pensamiento y la lucha de los hombres, durante trece años Fran ha estado hablándoles a hombres y mujeres en medio de sus luchas. ¡Ha hablado con existencialistas, con positivistas lógicos, con Hindúes, con Budistas, con Protestantes liberales, con Católicos Romanos liberales, con Judíos Reformados y con Judíos ateos, con Musulmanes, con miembros de cultos ocultos... con profesores brillantes, con estudiantes brillantes y con desertores brillantes! Ha hablado con jóvenes rebeldes, con hippies, con drogadictos, con homosexuales y con personas psicológicamente perturbadas ... Las respuestas han sido dadas, no por investigación académica (aunque constantemente él hace volúmenes de lectura para mantenerse al día), sino fuera de este ámbito de conversación en vivo. Él responde preguntas reales con respuestas cuidadosamente pensadas, las cuales son respuestas reales....
Francis Schaeffer creía en involucrarse en la vida--en responder a las preguntas reales de las personas reales.
En tercer lugar, la base misma de su vida era la pasión por Cristo, la cual se muestra en su libro La verdadera Espiritualidad. En un momento dado, habiendo llegado a Europa después de varios años como pastor de una iglesia Presbiteriana conservadora, tuvo una crisis de fe. Durante varios meses, luchó con si su fe fuera una "verdad verdadera", no solo su propia percepción de las cosas, sino objetivamente real. Al final de ese período, reafirmó fuertemente su fe y su pasión de vivir confiando en Cristo. Una de las formas en que esto se demostraba era orando por las finanzas, pero sin enviar cartas pidiendo dinero. Muchas veces Dios contestaba sus oraciones en el momento justo dándole la cantidad necesaria exacta. La oración era una forma de vida en L'Abri. Anky Rookmaaker escribe: "Lo que más me impresionaba ... era que los Schaeffers creían en la oración, y que sus oraciones a menudo eran respondidas de una manera muy directa... Esto era tan diferente de lo que a menudo es la oración--no solo una la esperanza ciega, sino en fe, creyendo que Dios escuchaba y que Él respondería..." Schaeffer no solo se involucraba en las vidas de personas reales, sino que también demostraba la fe en un Dios real.
En cuarto lugar, Schaeffer manifestaba un lugar para la importancia de las artes y de los artistas. Puedo recordar vívidamente haber escuchado a Schaeffer hablar en la Universidad de Ginebra sobre lo que más tarde se convirtió en un libro corto, El Arte y La Biblia. Habló de la tragedia de muchos jóvenes Cristianos apasionados por la música, la pintura, la escultura, el cine, etc., pero que se desanimaban de esa búsqueda debido a padres bien intencionados y a líderes de la iglesia. Ellos no podían ver una visión sobre la verdad, la bondad y la belleza que no se centrara únicamente en temas específicamente bíblicos y redentores, sino en toda la creación. Por ejemplo, Schaeffer señalaba que Salomón pronunció 3,000 proverbios y 1,005 cantos. Señalaba especialmente que Salomón "disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo, disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces" (1 Reyes 4:32-33). En otras palabras, sus temas no eran meramente "religiosos" sino que incluían a toda la creación. Por lo tanto, hay un lugar no solo para la "música Cristiana", sino también para la música que puede glorificar a Dios. Schaeffer también señalaba la importancia de escuchar a la cultura contemporánea (obras de teatro, música, películas y literatura) como un acto de amor que nos permite hablarle a nuestra generación con una mayor compasión.
En quinto lugar, Schaeffer enfatizaba la importancia de la antítesis. Él afirmaba que el punto de vista bíblico, implica reconocer una contradicción entre los verdaderos profetas y los falsos, entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal, entre la salvación y el juicio, entre el camino amplio y el camino angosto. J.I. Packer escribe: "Para Schaeffer, lo más trágico--por ser lo más anti humano--en la vida era el rechazo deliberado de un ser humano por enfrentar la antítesis o más bien la serie de antítesis, con las que Dios nos confronta en las Sagradas Escrituras, y en esta percepción, creo que él tenía razón".
Schaeffer ha recibido muchas críticas tanto por estar equivocado en detalles de filosofía como por ser demasiado simplista en la historia del arte u otras áreas. Él era un evangelista que no siempre se preocupaba por los matices del especialista académico. El suyo era el lugar del "dibujante" de la cruzada, cuyos sencillos bocetos ofrecen información valiosa sobre la vida. De nuevo, Packer escribe: "Creo que sus dibujos animados verbales y visuales, simplistas pero brillantes como me parecen, sobrevivirán a todo lo demás. Sin embargo, estoy seguro de que no estaré equivocado en absoluto cuando considero a Francis Schaeffer... como uno de los grandes Cristianos verdaderos de mi época ". Aunque podía ocuparse de los detalles de la discusión académica, el mayor regalo de Francis Schaeffer era identificar los asuntos religiosos y personales más grandes que se encuentran detrás de las diversas pantallas de humo intelectuales. En su enfoque sobre lo que era realmente importante y en su negativa por dejar que sus oyentes permanecieran en el nivel de lo superficial, su legado perdurará.