La Verdad Sobre el Aborto por David Feddes

Los políticos que favorecen el derecho al aborto a veces hablan como si la enseñanza Cristiana no fuera clara con respecto al aborto. Hablan como si la iglesia Cristiana a lo largo de los siglos hubiera tenido una variedad de opiniones sobre el aborto. Esto es falso. La enseñanza Cristiana es clara en oposición al aborto. La iglesia Cristiana desde el primer siglo ha condenado el aborto como asesinato.

Los bebés por nacer no pueden votar. No pueden hablar por sí mismos. Pero la Palabra de Dios y la iglesia de Dios hablan en su defensa. La gran mayoría de las personas en América del Norte afirman ser Cristianas, pero muchos ignoran lo que dice el Cristianismo sobre el aborto. Los políticos deben defender a los débiles, pero algunos apoyan el aborto e incluso sugieren que no hay una posición Cristiana clara en contra de él. Déjame decir nuevamente: eso es falso.

Doctrina Cristiana Clara

La Biblia habla acerca de la manera maravillosa en la que Dios nos forma en el vientre de nuestra madre. El salmo 139 dice: "Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre... Mi embrión vieron tus ojos" (v. 13, 16). Cuando la Biblia habla de personas como Jeremías y Juan el Bautista, y del propio Jesús, habla de ellos incluso antes de su nacimiento, no solo después. La Biblia trata claramente a los niños por nacer como vidas humanas sagradas modeladas por Dios. Y Dios protege toda la vida humana en el mandamiento, "No matarás". La iglesia Cristiana, viviendo a la luz de la Palabra de Dios, siempre ha entendido que el aborto es una ofensa horrible contra la humanidad y contra Dios.

Dos de los primeros documentos Cristianos, que datan de menos de un siglo después de la resurrección de Jesús, fueron la Didache y la Epístola de Bernabé. La Didache, un título griego que significa "La Enseñanza", decía explícitamente, "No matarás a un niño a través del aborto". La Epístola de Bernabé decía exactamente lo mismo: "No matarás a un niño a través del aborto".

Los Padres de la Iglesia en los siglos siguientes declararon el mismo mensaje. Clemente de Alejandría escribió: "Aquellos que ocultan su inmoralidad tomando drogas para abortar pierden por completo su propia humanidad junto con el feto". Atenágoras escribió: "Las mujeres que provocan abortos son asesinas, y tendrán que dar cuenta a Dios de ello". Tertuliano dijo que "obstaculizar un nacimiento no es más que una matanza más rápida, no importa si quitas una vida que ha nacido o si destruyes una que está naciendo". Las Constituciones Apostólicas declaraban: "No matarás a tu hijo cometiendo aborto... Porque todo lo que es formado y ha recibido un alma de Dios, si es muerto, será vengado".

Cuando los líderes Cristianos de aquellos primeros siglos hablaban sobre el aborto, dejaban en claro que los hombres tenían tanta culpa como las mujeres. Juan Crisóstomo se quejaba contra los hombres que explotaban sexualmente a las mujeres y que luego las presionaban para que abortaran. Crisóstomo denunció lo que él llamó "asesinato antes de nacer" y dijo:

El adulterio conduce al asesinato, o más bien a algo incluso peor que el asesinato. Porque no tengo nombre para darlo, ya que no te deshaces de lo que nace, sino que impides que nazca. ¿Por qué, entonces, abusas del don de Dios y peleas con sus leyes ... y conviertes la cámara de la vida [el útero] en una cámara para el asesinato, y armas para la masacre a la mujer que estaba destinada a dar a luz? ... Porque incluso si la acción atrevida fuera de ella, sin embargo, tú eres la causa.

Crisóstomo sabía muy bien que por cada mujer que aborta un bebé, hay un hombre que es culpable.

Incluso cuando los Católicos Romanos y los Protestantes se separaron en algunas cosas, seguían convencidos de que el aborto era incorrecto. Por ejemplo, el reformador protestante Juan Calvino escribió,

El feto, aunque está encerrado en el vientre de su madre, ya es un ser humano, y es casi un crimen monstruoso el robarle la vida que aún no ha comenzado a disfrutar. Si parece más horrible matar a un hombre en su propia casa que en un campo, porque la casa de un hombre es su lugar de refugio más seguro, seguramente debería considerarse más atroz destruir a un feto en el útero antes de que haya llegado a ver la luz.

A lo largo de los siglos, la iglesia Cristiana y sus líderes han aplicado la enseñanza de la Biblia al tema del aborto y lo han denunciado en los términos más enérgicos posibles. Michael Gorman investigó la actitud de la iglesia primitiva hacia el aborto, y encontró tres temas principales que surgieron una y otra vez: "el feto es creación de Dios, el aborto es asesinato; y el juicio de Dios recae sobre los culpables del aborto". Esa es la Posición Cristiana sobre el aborto. Cualquiera que diga lo contrario, por razones personales o políticas, está equivocado.

Hasta las últimas décadas, esto era entendido por todas las naciones con una influencia Cristiana significativa. Incluso Planificación Parental solía oponerse al aborto. Un panfleto de Planificación Parental de 1963 decía: "Un aborto quita la vida de un bebé una vez que ésta ha comenzado. Es peligroso para tu vida y para tu salud". Entonces, ¿qué cambió? Planificación Parental cambió. La política pública cambió. Pero la verdad no ha cambiado. Dios no ha cambiado. El Cristianismo no ha cambiado. La revelación de la Biblia de que la vida humana debe ser protegida desde el útero hasta el sepulcro no ha cambiado. La ciencia confirma lo que el Cristianismo ha estado diciendo todo el tiempo: un individuo humano único aparece en el momento de la concepción. Esa puede ser una verdad incómoda, pero la verdad es así, y no debemos ignorarla o buscar formas de evitarla. La vida humana comienza en la concepción y debe recibir protección.

Hemos visto que la Biblia habla de la vida humana en el útero como algo precioso para Dios, y hemos visto que la iglesia Cristiana desde el siglo primero hasta ahora ha defendido la vida no nacida y ha condenado el aborto. Si esa es la verdad invariable del Cristianismo acera del aborto, ¿qué ha cambiado? ¿Cómo pueden los individuos, los políticos y los tribunales abandonar su obligación de proteger el derecho a la vida de los humanos por nacer?

Los Dioses del Sexo y de la Muerte

Lo que cambió es esto: la gente cayó de nuevo en el más antiguo y horrible de todos los errores religiosos. Muchas religiones antiguas, que no reconocen al único Dios verdadero, convirtieron a los dioses del sexo y de la muerte en sus realidades últimas. Colocan a las orgías y a los sacrificios humanos, al sexo y a la muerte, en el centro de sus prácticas religiosas. Hoy el antiguo error ha vuelto. Las personas ven la indulgencia sexual como el mayor bien. Pero incluso con todos nuestros anticonceptivos y educación sexual, el sexo sigue haciendo lo que Dios diseñó que hiciera: todavía hace bebés. De hecho, la revolución sexual ha producido millones de bebés que los padres no querían. La única manera de adorar el sexo es darle a la muerte lo que es debido también. Si quieres que el sexo venga antes que cualquier otra cosa, el precio es que tienes que estar dispuesto a matar a un bebé de vez en cuando--o cincuenta millones, si es necesario.

En la antigüedad, cuando las personas mataban a un bebé para mejorar su propio estado, se le llamaba sacrificio de niños. Hoy lo llamamos "elección". En la antigüedad, cuando las personas ingerían la carne de un niño muerto, se le llamaba canibalismo. Hoy en día, se le llama investigación de tejido fetal. Del mismo modo que los antiguos sacrificaban a los niños con la aprobación y la ayuda de los hombres vestidos con túnicas sacerdotales, hoy sacrificamos niños con la aprobación y la ayuda de jueces con túnicas negras y de doctores con túnicas blancas. La Biblia dice: "Homicidio tras homicidio se suceden ... Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento" (Oseas 4:2,6). Cuando Dios dice eso, no solo les está hablando a las personas de la antigüedad. Él nos está hablando a nosotros. La falta de conocimiento, la ignorancia de la realidad, la mentira para cubrir el asesinato--es por eso que el derramamiento de sangre sigue al derramamiento de sangre en las clínicas de aborto en todo el continente y en todo el mundo.

Nos hemos alejado de Dios; hemos idolatrado la gloria del sexo y el poder de la muerte, y estamos de regreso con esas personas antiguas, revolcándonos en la misma inmoralidad y derramamiento de sangre. Dios está hablando sobre nuestra cultura; él está hablando sobre nosotros, cuando dice en la Biblia: "Derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas" (Salmo 106:38). "Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos... y aun a sus hijos que habían dado a luz para mí, hicieron pasar por el fuego"(Ezequiel 23:37). Lo sé, lo sé. No es cortés hablar de esta manera. Se supone que no debemos usar palabras duras, y se supone que no debemos arrastrar convicciones religiosas al debate sobre el aborto. Pero Dios no es tan cortés. Ve la idolatría, el adulterio, el sacrificio de niños y el canibalismo por lo que son, y declara su ira contra todo el desastre sangriento.

La Historia de Norma

Pero esa no es toda la historia. El Señor también ofrece una oportunidad de cambiar, y promete perdón a aquellos que se arrepienten y confían en él.

Norma McCorvey es la mujer que una vez fue identificada como "Jane Roe" en la histórica decisión de aborto Roe v. Wade de la Corte Suprema de los EE. UU. La acción legal de Norma fue la ocasión para hacer del aborto un derecho nacional, destruyendo a millones de bebés. Ella estaba muy orgullosa de esto y una vez le dijo a un periodista: "Vivo, como, respiro y pienso todo sobre el aborto".

Pero un día, Norma McCorvey aceptó la invitación de un niño para ir a la iglesia. Allí rompió a llorar y siguió diciendo: "Solo quiero deshacer todo el mal que he hecho en este mundo. Lo siento mucho, Dios. Lo siento mucho". Finalmente ella dejó de llorar y comenzó a sonreír. "Ya no sentía la presión de mi pecado que presionaba sobre mis hombros", dijo. "La liberación fue tan rápida que sentí que casi podía flotar".

Norma llegó a comprender lo que realmente es el aborto. "Es como si las vendas simplemente hubieran caído de mis ojos y de repente entendí la verdad--'eso es un bebé'. El aborto ... se trataba acerca de niños siendo asesinados en el vientre de su madre. Todos esos años me equivoqué". Pero a pesar de que ella estaba tan equivocada, todavía podía ser perdonada por medio de la fe en la sangre de Jesús derramada por los pecadores cuando murió en la cruz. Norma McCorvey declaró: "Estoy cien por ciento vendida a Jesús y cien por ciento a favor de la vida. Sin excepciones. Sin concesiones". En 2005, ella solicitó a la Corte Suprema revocar su decisión de aprobar el aborto. Su petición fue denegada, pero el hecho es que Norma McCorvey, la Jane Roe de Roe v. Wade, ahora piensa que la corte estaba completamente equivocada, y ahora defiende al nonato. En el verano de 2008, declaró: "Me dedico a difundir la verdad sobre la preservación de la dignidad de toda la vida humana desde la concepción natural hasta la muerte natural".

Norma McCorvey es una prueba viviente de que la gracia de Dios es mayor que cualquier pecado. Si has pecado al abortar o al apoyar políticas que permiten y promueven el aborto, puedes ser perdonado. Jesús dio su sangre para salvar a las personas con sangre en sus manos. Pero Jesús perdona solo a aquellos que admiten su culpabilidad, le piden perdón y buscan ser diferentes. En la Biblia, el Señor dice,

"Llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien... Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana" (Isaías 1:15-18).

La verdad sobre el aborto es que destruye a un precioso ser humano. La verdad sobre el aborto es que puede ser perdonado a través del arrepentimiento y de la fe en Jesús. La verdad sobre el aborto es que los Cristianos deben oponerse a él y que el derecho a la vida debe ser respetado en la vida pública.

 

Modifié le: mercredi 3 janvier 2018, 18:02