Equipamiento de Combate: La Armadura de Dios (últimos capítulos)
Guerra Espiritual:
Uniéndose a Jesús para Vencer al mal
Por David Feddes
Copyright (c) 2013
Publicado por Christian Leaders Press
Tercera Parte (continuación)
Equipo de Combate:
La Armadura de Dios
Capítulo Catorce
El Yelmo de la Salvación
Tomad el yelmo de la salvación. (Efesios 6:17)
El hombre estaba aterrorizado. Él me dijo que tenía miedo de los espíritus sobrenaturales. Había crecido en un ambiente secular y científico, pero sentía curiosidad por los poderes sobrenaturales. Se involucró con personas que hablaban de "magia blanca". Ellos tenían una visión alegre y atractiva acerca de la brujería y de la veneración a la naturaleza. El contacto con los espíritus era emocionante, y la adoración a la naturaleza parecía respetar al medio ambiente. Al principio lo disfrutaba, pero poco a poco los espíritus se volvían más oscuros y más malvados. En unos pocos años, se sintió atrapado por poderes que nunca se había atrevido a imaginar. Para cuando me habló, él deseaba desesperadamente ser libre, pero le costaba trabajo serlo. ¿Cómo podía escapar de estos terribles poderes? ¿Cómo podría recuperarse del daño a su alma? Este hombre había elegido involucrarse con poderes invisibles, y ahora temía que estuviera más allá de toda esperanza.
Otras personas no toman la decisión de involucrarse con los espíritus; ellos nacen en ello. Si tus padres, parientes y cultura están envueltos en el espiritismo, creces tratando de complacer a varios espíritus--quizás el espíritu de una casa o de un río en particular, el espíritu de un árbol o de un animal, o el espíritu que rige toda una región. Crees que tu salud y tu éxito dependen de los espíritus. Si las cosas te salen bien, imaginas que los espíritus te están favoreciendo. Si algo sale mal, piensas que un espíritu está en tu contra. Esto puede ser aterrador. Le temes a los espíritus y le temes a otras personas que puedan influir en los espíritus. Si alguien te odia, te somete a una maldición y vuelve un espíritu en tu contra, podrías temer que nada pueda romper el hechizo. Nada puede salvarte.
Si creces con el espiritismo, es difícil dejarlo por completo, incluso si escuchas el evangelio de Jesús y comienzas a llamarte Cristiano. Es posible que seas bautizado y creas algo acerca de Jesús. Incluso se te puede enseñar la verdad de que Jesús es más poderoso que cualquier espíritu. Pero cuando te golpea una crisis, puedes tomar más en serio a los espíritus que a Jesús. La vieja religión tradicional parece más real que el Cristianismo. Si tienes problemas, puede que no estés satisfecho al orar a Dios por ellos; puedes buscar ayuda de los viejos espíritus. Si te enfermas, un sanador tribal que sabe cómo tratar con los espíritus puede parecerte más valioso que un pastor. Puedes pensar que tu enfermedad proviene de un espíritu que está en tu contra, y que la única forma de curarte es realizar algún ritual o hacer algo que persuada al espíritu para que deje de afligirte.
Algunas personas pueden tratar de convencerte de que el mundo espiritual no es real, que todo es superstición. Podrían intentar volverte más científico y sensato. Pero eso no siempre ayuda. Algunos miedos y creencias en espíritus son solo superstición, pero a veces involucran poderes demoníacos reales. Una vez que has sentido el control de un cruel poder sobrenatural, no funciona negar lo sobrenatural. Sabes que el poder es real. La única forma en la que puedes ser libre es contar con la ayuda de alguien con un poder sobrenatural aún mayor que el de los espíritus que te están perjudicando. Solo el Señor Jesucristo es lo suficientemente fuerte como para salvarte de todos los espíritus malignos.
La Biblia habla de espíritus que afectan nuestras vidas, y la experiencia de muchas personas confirma que estos espíritus son reales. No funcionará decir que no son reales. Pero incluso si son reales, incluso si la gente te maldice, incluso si el espíritu maligno te ataca, no te asustes. No trates de hacer tratos con los espíritus. No uses rituales tradicionales para atraerlos. No trates de complacer a los espíritus para hacerte la vida más fácil. Si haces eso, caes en la trampa de los espíritus. Estás jugando según sus reglas, y nunca ganarás de esa manera. Si los espíritus hostiles te han lastimado en el pasado y todavía quieren lastimarte, no trates de complacerlos. Lucha contra ellos y derrótalos.
Muchas personas tienen demasiado miedo para luchar. Están seguros de que los espíritus controlan el futuro y no se atreven a ir en contra de ellos. Ellos no creen que puedan ganar. Si te sientes así, entonces tu temor se hará realidad--no puedes ganar si no esperas la victoria, si no tienes esperanza de salvación, no tienes certeza de que tu futuro está en manos del Señor Jesús. Pero si perteneces a Jesús y tienes la esperanza segura de la salvación, puedes vencer el miedo, vencer a los demonios y marchar hacia la victoria. La Biblia habla de llevar "la esperanza de salvación como yelmo" (1 Tesalonicenses 5:8).
La Meta de Satanás
Cuando los espíritus malignos atacan, necesitas un yelmo fuerte. El gobernante de los espíritus malignos es Satanás, y se especializa en la desesperación. Él sabe que si no tienes esperanza, también estás indefenso en contra de él. Satanás quiere que pienses que no tienes futuro y que el mundo no tiene futuro.
Para lograr este objetivo, Satanás y sus espíritus malignos usan diferentes tácticas con diferentes personas y diferentes culturas. En algunas culturas, los espíritus hacen obvio su poder en un esfuerzo por esclavizar a las personas. En otras culturas, los espíritus mantienen un bajo perfil y buscan socavar la creencia en cualquier cosa sobrenatural, incluyendo a Dios. Satanás convence a algunas personas y culturas de que los espíritus de su religión tradicional controlan el futuro. Satanás convence a otras personas y culturas de que el mundo sobrenatural ni siquiera existe, que no hay espíritus ni Dios, que las leyes mecánicas de la naturaleza son la única realidad, que no hay vida después de la muerte para ningún individuo y que el universo mismo se dirige hacia un futuro de muerte total. Los métodos de Satanás difieren, pero su objetivo es el mismo: la desesperanza.
Las personas que se enorgullecen de una mentalidad científica pueden no sentirse atadas por espíritus enemigos, pero pueden ser igual de sombrías sobre el futuro. Por ejemplo, el columnista George Will escribió un artículo que hace eco a la creencia de muchas personas educadas de que el sol eventualmente se consumirá y toda la vida se extinguirá. "La Tierra se dirige hacia la frígida falta de vida". George Will acepta la teoría de la biología de que nuestro pasado está enraizado en ancestros animales, y acepta la teoría de la geología de que la tierra, la cual le proporciona a los humanos un ambiente habitable por el momento, algún día cambiará y hará imposible la vida. "Aunque el planeta es hospitalario por el momento, éste es indiferente--al final será letalmente indiferente--con sus pasajeros humanos". La mentalidad secular y científica se encuentra tan desconsolada como una mentalidad aterrorizada de espíritus hostiles. Un universo sin esperanza ni significado--eso es lo que Satanás quiere que creas.
Si vas a escuelas que enseñan sobre un universo mecánico, si crees que la humanidad se dirige hacia la extinción, necesitas la esperanza de la salvación como tu yelmo. La idea de que el mundo pre enviado llegará a su fin y que las personas se dirigen hacia la muerte no es exactamente una noticia, por supuesto. La Biblia dice lo mismo. En Isaías 51:8 Dios dice: "Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos". Incluso después de que mueras, incluso después de que el mundo termine, existe una vida nueva y una creación nueva. Cuando crees eso, tienes un fuerte yelmo de esperanza.
La Biblia es asombrosa. Toma el mundo de los espíritus tan seriamente como cualquier religión tribal tradicional, sin embargo, pone a estos espíritus en su lugar al declarar la autoridad suprema de Jesús y su victoria sobre los espíritus malignos. La Biblia toma la muerte de los humanos y el fin del mundo tan en serio como el materialista científico más sombrío, sin embargo, Dios declara la esperanza viva de la resurrección y de una tierra nueva. ¡Qué diferencia contar con el yelmo de la salvación! ¡Qué diferencia saber que el máximo poder no son los espíritus de las religiones tradicionales o las fuerzas de la materia y de la energía, sino el poder omnipotente del Señor resucitado Jesucristo!
La Esperanza Bienaventurada
Efesios 6:17 dice: "Tomad el yelmo de la salvación". Una declaración similar en 1 Tesalonicenses 5:8 habla de vestirse "con la esperanza de salvación como yelmo". A veces, cuando la Biblia habla de salvación, se refiere al perdón de nuestros pecados, a ser hechos rectos con Dios y a ser rescatados del control de Satanás. En este contexto, sin embargo, la Biblia está hablando de la salvación final. La esperanza de la salvación es la confianza en la segunda venida de Jesús, la derrota final de Satanás y de las fuerzas del mal, la resurrección de los muertos y la vida en el cielo nuevo y en la tierra nueva.
Esta gran esperanza para el futuro es una fuerte protección en contra de Satanás en el presente. Para resistir las tentaciones de Satanás y obedecer a Dios, debes estar seguro de que incluso si el mal parece traer éxito por el momento, la santidad triunfa al final. Esta poderosa esperanza te permite seguir diciéndole "No" a Satanás y "Sí" a Dios.
Debido a que la gracia de Dios que trae salvación ha surgido para todos los hombres. Ésta nos enseña a decirle "No" a la impiedad y a las pasiones mundanas, y a vivir una vida ecuánime, recta y piadosa en esta era presente, mientras esperamos la esperanza bienaventurada: la gloriosa aparición de nuestro gran Dios. y Salvador, Jesucristo (Tito 2:11-13).
Cuando la Biblia dice que debemos tomar el yelmo de la salvación o tomar la esperanza de la salvación como un yelmo, esto es lo que significa: "aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo".
No te dejes atrapar por el miedo a los espíritus o a los hechizos. Incluso si tales cosas te han dominado a ti y a las personas que te rodean, Jesús abre un futuro fantástico. Si solo piensas en el corto plazo y no en el futuro eterno, podrías pedirles ayuda a varios espíritus, e incluso eso podría funcionar durante un tiempo. Si solo te importa sobrellevar una enfermedad o mejorar tus ingresos, y si estás dispuesto a vender tu alma buscando la ayuda de los espíritus, ellos pueden ayudarte a conseguir lo que quieres, pero serás su esclavo. No dejes que eso suceda. Confía en Jesús. Jesús es más poderoso que todos los espíritus combinados, y él puede liberarte de sus garras. Ahora mismo él puede ayudarte a vivir en la libertad espiritual, y en su segunda venida, alegrará a todos los que confían en su salvación.
Sin embargo, a corto plazo es posible que Jesús no te dé todo el éxito o la salud que estabas esperando. ¿Eso significa que debes renunciar a Jesús, volver a los espíritus y tratar de obtener favores de ellos? No, incluso si Jesús no te da lo que quieres de inmediato, sigue confiando en él de todos modos. Él sabe lo que es mejor para ti, y si confías en él, al final te alegrarás.
En algunas religiones tradicionales, los espíritus ofrecen maneras de ponerse de tu lado, o al menos de evitar que te hagan miserable. Pero estos espíritus son demonios, y es mortal lidiar con demonios. ¿Harías negocios con alguien en quien no puedes confiar, alguien que miente constantemente? Si no, ¿por qué tratar de hacer tratos con Satanás? Él miente todo el tiempo. A veces amenaza a las personas que ya pertenecen a Jesús e intenta hacerles creer que no pueden liberarse de sus espíritus, pero el hecho es que un espíritu no puede tomar la vida de alguien que pertenece a Jesús. Si las amenazas no le funcionan a Satanás, él y sus espíritus pueden prometer que te harán más feliz, e incluso podrían darte algunos resultados a corto plazo, pero su objetivo a largo plazo es alejarte de Cristo y hacer que sufras en el infierno por la eternidad. No hagas tratos con espíritus engañadores. Incluso si por un tiempo obtienes lo que quieres, no lo olvides: Satanás con mucho gusto te deja tener menos problemas si puede llevarte al infierno por la eternidad.
Piensa en Satanás como un general que quiere destruir un país, pero que primero necesita poner a algunas personas de su lado antes de poder eliminarlas. Él ofrece sobornos y hace amenazas para poner a las personas de su lado, pero todavía odia a los que lo acompañan. Después de que los haya utilizado, los atormentará y los arruinará.
O piensa en Satanás como un criminal asesino que incita a las personas a hacer lo que él quiere o que les paga para cometer actos delictivos. Eventualmente las asesina después de que ya no las usa más. A las personas de un sindicato de crimen les puede gustar el dinero extra y los beneficios que les da su jefe, pero ¿de qué sirven esos favores después de que los asesina? E incluso si te deja vivir más tiempo, ¿de qué sirven sus favores cuando el jefe del crimen es arrestado por las autoridades y castigado? Cuando él es castigado, también tú eres castigado por acompañarlo y por hacer su trabajo. Satanás es un jefe criminal que se dirige a la prisión del infierno. Aquellos que hacen tratos con él y con sus espíritus también serán encarcelados en el infierno por la eternidad, a menos que se alejen de Satanás y se acerquen a Dios.
Aun así, puede ser muy tentador aceptar a Satanás, así como puede ser tentador aceptar sobornos por ayudar a un general en jefe o a un jefe criminal. Si te ofrecen suficiente dinero o te amenazan con dureza, puedes pensar que tu prosperidad y tu propia supervivencia dependen de los espíritus. Pero lidiar con los espíritus te destruye al final. Es por eso que Dios te advierte que no busques ayuda de otros espíritus o realices rituales para complacerlos. Dios sabe que esos espíritus solo quieren usarte y arruinarte. Dios quiere que tengas su alegría y vida eterna con él. Dios te dice que le ores a él, y solo a él. No cometas traición en contra de Dios yendo con espíritus que son enemigos de Dios.
Si estos espíritus te amenazan, no hagas tratos con ellos, y no te rindas a la desesperación. ¡Toma el yelmo de salvación! Pon tu fe en Jesús. Ponte bajo su protección ahora mismo y sigue esperando que Jesús regrese. Prepárate para conocerlo. Jesús ya ganó la batalla decisiva sobre Satanás, y cuando vuelva, la victoria estará completa. Así que cuenta con su victoria sobre el espíritu malvado, no dejes que los demonios te engañen. No dejes que te sobornen y te corrompan con sus promesas de favores y poderes especiales. No dejes que te desanimen o te aplasten con miedo. Deja que la esperanza de la salvación sea tu yelmo.
Cuando te pones el casco de la salvación, tú y el Señor tienen cascos iguales. La Biblia visualiza al Señor poniéndose el "yelmo de salvación en su cabeza " y promete que, "vendrá el Redentor" (Isaías 59:17,20). Cuando tu yelmo de salvación coincide con el yelmo de Jesús, estás seguro de ganar.
Cuenta Con Su Venida.
¿Cómo te pones el yelmo de la salvación? Al contar con la segunda venida de Jesús y al desear que llegue. La venida de Jesús no es una parte menor y opcional del Cristianismo. Se encuentra en el corazón de la fe, junto con el perdón a través de la muerte de Jesús. La Biblia dice: "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan" (Hebreos 9:27-28). Si naces de nuevo, tienes un enfoque futuro. La Biblia dice que Dios " nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos... sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero... os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas" (1 Pedro 1:3-9).
Esta alegre anticipación de la venida de Jesús es un yelmo de defensa que protege en contra del enredo de los espíritus y de la religión falsa. También protege en contra del secularismo sin futuro. El secularismo niega lo sobrenatural, enseña que la muerte es nuestro fin, y que el mundo seguirá funcionando según las leyes mecánicas de la naturaleza hasta que termine en la ruina. Esa perspectiva sin esperanza destruye la moralidad y el significado y se convierte en una excusa para perseguir el placer. La Biblia dice que si este punto de vista fuera cierto, la respuesta lógica sería: "Comamos y bebamos, porque mañana moriremos" (1 Corintios 15:32). Diviértete mientras puedas. ¿Por qué no hacer lo que te plazca? no importa cuán equivocado estés, no importa quién resulte herido. Si no hay Dios ni futuro eterno--no hay recompensas por el sacrificio doloroso y no hay castigo por el pecado egoísta, entonces perseguir el placer es el único punto de la existencia. No es un accidente que en las sociedades locas por el placer del secularismo moderno, nuestros educadores enseñen teorías que niegan lo sobrenatural y niegan un futuro eterno. Satanás ataca a muchas mentes con tal pensamiento. Cuando tu cabeza está bajo ataque, necesitas un yelmo: la esperanza de la salvación.
Vimos anteriormente que las personas que se vuelven Cristianas después de crecer en una cultura de espiritismo pueden sentirse tentadas a volver a los espíritus antiguos cuando los tiempos se ponen difíciles y la Cristiandad no parece obtener resultados. Pero, ¿y si eres un Cristiano en una cultura no de espiritismo sino de laicismo? Bueno, allí también, Satanás tratará de desanimarte en los tiempos difíciles y hará que te preguntes si el Cristianismo es verdadero y si vale la pena. Él te tienta a renunciar a todo.
Satanás no siempre trata de persuadirte con argumentos ingeniosos. A veces trata de abrumar tu fe con desilusión y desaliento. Si las oraciones no obtienen la respuesta que deseas, si año tras año pasa sin que Jesús regrese, te sientes decepcionado, y Satanás te hace preguntarte si el Señor es real en absoluto. Si has estado luchando para ser una mejor persona y para hacer del mundo un lugar mejor, pero no ves mucha mejoría, te sientes desanimado y te preguntas si la lucha vale la pena. ¿Por qué seguir luchando? Si luchas en tu vida personal, si ves que la iglesia pierde terreno, si ves que la sociedad va en la dirección equivocada, puedes sentir el deseo de renunciar a Cristo. Te sientes agotado y Satanás susurra: "¿De qué sirve? Jesús nunca volverá. El futuro eterno es solo un sueño. El mundo es como siempre ha sido y siempre será. Se realista. Ríndete. Solo intenta disfrutar durante unos años antes de morir".
En tales momentos, toma el yelmo de la salvación. Recuérdate a ti mismo que el tiempo de Dios puede ser diferente al tuyo, pero que Jesús seguramente vendrá para traer la salvación a aquellos que lo están esperando y que trabajan para él. La Biblia dice,
Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche... Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día... Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios... habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tesalonicenses 5:1-9).
Cuando Satanás te tienta a renunciar a Jesús, no lo hagas. Ponte tu yelmo y di: "Dios me ha designado para recibir la salvación. No sé cuándo llegará el día final, pero lo estoy esperando. Mientras tanto, no voy a dejar que Satanás me desaliente o me desanime. No voy a escuchar a los que se burlan de la segunda venida de Jesús y dicen que no sucederá. Voy a orar para que lleguen a creer en Jesús y se unan a su causa antes de que sea demasiado tarde. Mientras tanto, hasta que venga Jesús, tomaré esta esperanza de salvación como mi yelmo y seguiré luchando en contra de Satanás." Sigue recordándote a ti mismo, "ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos" (Romanos 13:11).
Jesús dice que habrá tiempos difíciles antes de que él venga, y que algunos que se llaman a sí mismos Cristianos se darán por vencidos. "Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará", dice Jesús, "Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo" (Mateo 24:12-13). El yelmo de salvación te protege del miedo y del desánimo para que puedas mantenerte firme hasta el final. No tienes que estar aterrorizado por los eventos que aterrorizan a otras personas, especialmente si estos eventos son señales de que estamos llegando al fin. De hecho, cuando las cosas están en su peor momento, Jesús puede estar justo en la puerta. Jesús dice: "Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca" (Lucas 21:28).
Satanás está en el negocio de la desesperación, de negar un futuro feliz. Ya sea que use el secularismo o el espiritismo o algún otro método, él no quiere que las personas vean que el futuro es Jesús. Satanás quiere que los no Cristianos sigan ignorando el hecho de que Jesús viene. Satanás quiere que los Cristianos se cansen de esperar y que renuncien a la venida de Jesús. Pero Jesús proporciona el yelmo de la salvación, la esperanza de su venida.
Si usas ese yelmo y vives con la esperanza del regreso de Jesús, tu esperanza será recompensada. Jesús promete: "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones... como yo también la he recibido de mi Padre... Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono" (Apocalipsis 2:26-27, 3:21). Usa tu yelmo ahora, sabiendo que algún día Jesús reemplazará tu yelmo con una corona.
Capítulo Quince
La Espada del Espíritu
Tomad… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. (Efesios 6:17)
En las películas de La Guerra de las Galaxias, ¿cuál es el arma más poderosa? El sable de luz. Los mejores guerreros son los caballeros Jedi, y su arma principal es el sable de luz. Cuando pasamos del mundo imaginario de las películas al mundo real de la guerra espiritual, el arma más poderosa es también un sable de luz. Para luchar en contra de Satanás, de sus demonios y de las fuerzas del mal, necesitas algo que sea tanto una espada como una luz, en otras palabras, un sable de luz.
"Tomad… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios " (Efesios 6:17). "La palabra de Dios es… más cortante que toda espada de dos filos" (Hebreos 4:12). La Palabra de Dios es una espada, y al mismo tiempo, es una luz. Los escritores bíblicos declaran: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino... La exposición de tus palabras alumbra" (Salmos 119:105, 130). "Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz" (Proverbios 6:23). "Estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro" (2 Pedro 1:19). La Biblia es el sable de luz que necesitamos para luchar en contra del emperador oscuro, Satanás, y de su imperio malvado.
De alguna manera, la espada del Espíritu es como algunas espadas especiales en la fantasía épica de J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos. Frodo el hobbit tenía una espada especial llamada Sting. Cuando los orcos malvados estaban cerca, Sting sentía su presencia y resplandecía con una luz azulada, advirtiéndole a Frodo que se avecinaba un ataque. De manera similar, cuando tienes al Espíritu Santo y tu pensamiento está en sintonía con la Biblia, la espada del Espíritu detecta el mal. Alguien presenta una enseñanza no bíblica, y te suena mal: tu espada está brillando. Alguien sugiere un curso de acción tentador, y lo sientes mal--tu espada está brillando. Puedes sentir cuando el mal está cerca, incluso si no puedes explicar exactamente qué está mal. Un escritor bíblico dice: "Los mandamientos de Jehová son rectos... Tu siervo es además amonestado con ellos" (Salmos 19:8, 11). Si alguien está tratando de desviarte, la presencia del Espíritu Santo y la verdad de su Palabra impresa en tu corazón evitan que te engañen fácilmente. "La unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe... la unción misma os enseña todas las cosas" (1 Juan 2:26-27). Frodo sabía que los orcos vendrían cuando su espada resplandecía, y tú puedes saber que el mal está atacando cuando la espada del Espíritu resplandece.
La espada del Espíritu no solo te alerta del mal; también derrota al mal. Piensa en otra espada brillante del Señor de los Anillos, Anduril, la espada del futuro rey, Aragorn. En palabras de Tolkien, "La espada brillante de Anduril brillaba como una llama repentina." Hace mucho tiempo, esta misma espada había cortado el anillo del poder de la mano del señor oscuro, Sauron. Cuando la espada estaba activa de nuevo en la mano de Aragorn, significaba que el señor oscuro pronto encontraría su derrota final. Al igual que la espada Anduril tenía una historia, la espada del Espíritu tiene una historia. La espada del cuento de Tolkien había derrotado al ficticio Sauron, pero la espada que Dios nos dio ha vencido a Satanás mismo, quien es real y más terrible que cualquier señor oscuro de ficción. La Palabra de Dios derrotó a Satanás antes--y lo hará de nuevo. Es el arma que más teme Satanás.
No sé cuánto de esto tenía en mente Tolkien cuando escribió El Señor de los Anillos. Como un autor Cristiano, ciertamente creía en el gran conflicto entre el bien y el mal, pero su trilogía épica no es una alegoría. Tolkien no quería decir que cada detalle tuviera un paralelo bíblico. Aun así, la capacidad de la espada Sting para detectar atacantes enemigos, y la historia de la espada Anduril en la derrota del señor oscuro, pueden darnos indicios de lo que la espada del Espíritu puede hacer en la batalla en contra de Satanás.
El Maestro Espadachín
¿Conoces el poder de la espada que Dios nos ha dado? ¿Sabes qué victorias poderosas ya ganó? ¿Sabes quién usó esa espada antes de pasártela? La espada que Dios nos da es la misma espada que usó Jesús. Para conocer el valor total de esta espada y aprender a usarla, debemos ver cómo la ha utilizado el maestro espadachín.
Justo antes de que Jesús comenzara su ministerio público, enfrentó a Satanás directamente. Antes de que sanara a otros, los liberara de los demonios y de que trajera el reinado amoroso de Dios a sus vidas, Jesús primero tuvo su propio enfrentamiento contra el maligno. Antes de ayudar a alguien más, Jesús primero probó que él mismo podía resistir las tentaciones de Satanás y desautorizarlo. ¿Cómo tuvo éxito? ¡Usando la espada del Espíritu! Con el Espíritu Santo en su corazón y la Palabra de Dios en sus labios, Jesús derrotó a Satanás.
Jesús, lleno del Espíritu Santo... fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.
Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan.
Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre.
Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: a ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
Respondiendo Jesús, le dijo: vete de mí, Satanás, porque escrito está: al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. (Lucas 4:1-13)
Satanás se tambaleó, derrotado por la espada del Espíritu.
Jesús cortó las tres tentaciones de Satanás citando la Biblia. Cuando Satanás tentó a Jesús para usar mal los poderes milagrosos con propósitos egoístas y poner los deseos corporales sobre su relación con su Padre celestial, Jesús respondió: "¡escrito está!" Cuando Satanás le ofreció a Jesús un camino sin dolor hacia el poder, diciéndole que podría eludir el camino de Dios de sufrimiento para reclamar el mundo y que podría dominar el mundo simplemente honrando a Satanás en lugar de al Padre celestial, Jesús respondió: "¡escrito está!" Finalmente, Satanás trató de usar la Biblia misma en contra de Jesús, tentándolo a dar un salto suicida y ver si las promesas bíblicas de protección angelical eran realmente ciertas. Pero la Biblia no es la espada de Satanás; es la espada del Espíritu. Jesús, lleno del Espíritu Santo, supo de inmediato que Satanás estaba usando mal las Escrituras, y Jesús contraatacó citando la verdad bíblica que se ajustaba realmente a la situación: "No tentarás al Señor tu Dios". Todas las tres citas de Jesús provenían del libro de la Biblia de Deuteronomio. Algunos de nosotros casi no conocemos esa parte de la Biblia, pero Jesús las sabía porque conocía su Biblia tan bien y porque la usaba en la sabiduría y en la fortaleza del Espíritu Santo, él podía reconocer lo que estaba mal con las tentaciones de Satanás y podía cortar en pedazos esas tentaciones.
Cuando la Biblia dice que el Espíritu Santo condujo a Jesús al desierto para ser tentado por el diablo, a veces me he preguntado por qué el Espíritu Santo pondría a Jesús en esa posición. Pero he llegado a comprender que el Espíritu lo hizo para no poner en peligro a Jesús, sino para asestarle un golpe a Satanás y hacer que Jesús fuera más efectivo en traer el reino de Dios a otros al ganar primero su batalla personal en contra de Satanás. Si eres un seguidor de Jesús lleno del Espíritu, a veces el Espíritu hará algo similar contigo: te llevará a un desierto de dificultades y de tentaciones, no para poner tu alma en riesgo, sino para asestarle un golpe a Satanás, y para hacer que seas más efectivo en traer el reino de Dios a otros al ganar primero tu propia batalla personal en contra de Satanás. Puedes derrotar a Satanás y hacerlo huir. Lo intentará de nuevo en otro momento, así como siguió buscando otras oportunidades para tentar a Jesús. Pero si tomas la armadura de Dios como tu protección y la espada del Espíritu como tu máxima arma, puedes seguir haciendo que Satanás retroceda.
Jesús, el maestro espadachín, ha vencido a Satanás y nos ha mostrado cómo se hace. Ahora él pone la espada en nuestra mano y nos dirige a usarla en la fuerza del Espíritu Santo. Durante el tiempo de Jesús en la tierra, predicó el evangelio del reino de Dios, sanó a los enfermos y expulsó a los demonios, y no fue el único en hacer esas cosas. Jesús envió a sus seguidores a hacer lo mismo. Él comenzó con su núcleo interno, los doce apóstoles.
Les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos... Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes (Lucas 9:1-6).
Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. Y les decía, "...sanad a los enfermos... y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios... El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió".
Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos" (Lucas 9:1-16, 10:1-20).
En todo esto, Jesús "se regocijó en el Espíritu" (Lucas 10:21). Los nombres de sus amigos estaban registrados en el libro de la vida de Dios, y la espada que él había puesto en sus manos estaba derrotando al enemigo y abriendo el camino para que otros entraran al reino de Dios.
Estas no son solo cosas que sucedieron hace mucho tiempo. Éstas pueden seguir sucediendo ahora mismo. Si sigues a Jesús y pones tu confianza en él, el mismo Espíritu Santo que facultó a Jesús y a sus primeros misioneros te facultará a ti. La misma espada del Espíritu, la Palabra de Dios escrita en la Biblia y que habla en tu testimonio, es la espada que puedes utilizar para luchar en contra de la tentación, hacer caer a Satanás con estrépito, y ganar a más personas y más territorio. Jesús, el maestro espadachín, te ofrece la misma espada que usó con éxito en contra de Satanás. Conviértete en aprendiz de Jesús. Aprende del Maestro cómo usar esta espada con mayor eficacia.
Una Arma Descuidada
Si echamos una mirada honesta hoy a las personas que poseen una Biblia y que dicen creer en Jesús, puede que no parezca que tienen el arma definitiva en contra del mal. Muchas personas que poseen la Biblia no están luchando en contra de Satanás o derrotándolo; en cambio, Satanás los está venciendo. ¿Eso es porque la Biblia no es un arma lo suficientemente fuerte? No, es porque las personas no la están utilizando. La Biblia no es un arma débil; es un arma descuidada. Si posees una Biblia, pero la colocas sobre un estante y no la usas, y luego entras en un mundo dominado por el pecado y sin la Palabra de Dios como tu arma, es como entrar en el campo enemigo y bajar tu arma. El ejército del Señor tiene la máxima arma, la espada del Espíritu, y no podemos darnos el lujo de bajar el arma. Pero eso es lo que muchas personas están haciendo.
En ninguna parte del mundo las personas tienen más Biblias que en América del Norte. Pero en la mayoría de los hogares, la Biblia permanece en la repisa, con el resultado de que Satanás está venciendo a muchos Estadounidenses y Canadienses. El nivel de divorcio, de desesperanza, de pornografía, de egoísmo, de avaricia, de adicción, de error y de violencia es alta en estos países donde tantos cuentan con Biblias y se dicen a sí mismos Cristianos. Las encuestas encuentran que la mayoría de los Canadienses y de los Estadounidenses creen en Dios y en Jesús como el Hijo de Dios. Dios puede estar bien en las encuestas, pero las encuestas no son la gran cosa en la guerra espiritual. Responder a una encuesta es una cosa; derrotar a Satanás es otra muy distinta. Muchos Canadienses y Estadounidenses creen en Jesús y poseen Biblias, pero muy pocos triunfan sobre Satanás, superan la tentación, discipulan a otros, y hacen su cultura más parecida a la imagen de Cristo. Una gran parte de la razón de este fallo es que la mayoría no están usando la espada del Espíritu. Poseen Biblias, pero no las leen. Ellos se consideran parte de una iglesia, pero rara vez asisten o escuchan la predicación bíblica.
De la gran cantidad de adolescentes estadounidenses que dicen que ser Cristianos, dos de cada tres creen que Satanás no es un ser real, sino sólo un símbolo del mal. Más de la mitad dijeron que Jesús cometió pecados mientras estaba en la tierra. ¡Qué confusión! ¿Cómo puede ser Jesús divino y cometer pecados? ¿Cómo puede alguien afirmar que toma en serio la Biblia y sin embargo decir que Satanás es sólo un símbolo? Tales ideas le sonarían ridículas a cualquier persona que realmente conoce la Biblia, pero muchos que afirman el Cristianismo casi no tienen idea de lo que realmente dice la Biblia. La mayoría de las personas poseen Biblias, pero ¿cuántos realmente leen la Biblia, la creen y la ven como la máxima arma en una guerra en contra de un enemigo mortal, demoníaco? Tenemos la espada del Espíritu, pero no tenemos idea de cómo usarla en contra de Satanás porque no conocemos las Escrituras, y no reconocemos al enemigo.
El problema no es la escasez de Biblias, sino la falta de lectura de la Biblia y la vida bíblica. A medida que menos personas leen la Biblia en casa, y conforme un menor número de iglesias sostienen la verdad bíblica, se vuelven más débiles espiritualmente. Sus matrimonios se vuelven menos estables, sus hijos se vuelven más propensos a los problemas y se interesan menos en la iglesia, y varios otros problemas se hacen más frecuentes. Si más personas vivieran por la Palabra de Dios y la llevaran ante los demás, el resultado sería más bendición divina y menos víctimas de los ataques de Satanás.
Las iglesias y las denominaciones que hacen caso omiso de las doctrinas bíblicas y de la moral en su mayoría se han ido reduciendo, mientras que aquellas que enseñan la verdad bíblica y un alto nivel de santidad están atrayendo a las personas. Aquellos que descuidan la espada del Espíritu están perdiendo, mientras que aquellos que usan la espada están avanzando en la lucha en contra del pecado y en contra de Satanás. Esto es cierto no sólo en América del Norte, sino en África y en cualquier otra parte del mundo. Innumerables personas dicen ser Cristianas, pero sólo aquellos que leen fielmente la Biblia y viven por el Espíritu pueden vencer a Satanás y vivir de manera diferente del mundo que les rodea.
Lucha con Confianza
Cuando menciono el descuido generalizado de la Escritura, no sólo estoy diciendo, "¡Malo, malo! ¡Qué vergüenza que no leas la Biblia más a menudo!", Leer la Biblia no es una cuestión de hacer tu tarea para obtener una estrella dorada de tu profesor. Es una cuestión de usar tu sable de luz para luchar en contra del enemigo y hacer que se retire. Mi principal preocupación es que muchas personas están perdiendo en contra de Satanás cuando podrían estar ganando. La retirada y la derrota podrían convertirse en victoria si tan sólo comenzaran a usar la espada del Espíritu.
Olvidemos los sondeos y las encuestas y hablemos sobre ti. ¿Con qué frecuencia lees la biblia? ¿Qué tan bien la conoces? ¿Conoces verdades específicas que rechacen el error y luchen contra la tentación? Si el mismo Hijo de Dios dependía de las Escrituras para luchar en contra de Satanás, ¿cómo es posible luchar en contra de Satanás sin ellas? Toma la espada. Domina tu sable de luz. Lee la Biblia con fidelidad--no sólo semanalmente, sino todos los días. Escucha la Biblia predicada fielmente en la iglesia. Cuanto mejor domines la espada del Espíritu, más podrás derrotar a Satanás. Los cónyuges que leen la Biblia y que oran juntos todos los días casi nunca se divorcian. Los niños que se entrenan cada día en la Palabra de Dios están mucho menos propensos a caer en las garras de Satanás. El pecado no es sólo un asunto de malicia y de culpa. El pecado hiere y arruina tu vida. Y la palabra de Dios es el arma definitiva en contra del pecado. Como un escritor bíblico dice, "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti" (Salmo 119:11). Así que ármense tú, tu familia y tus amigos con la máxima arma. ¡Si tienes una Biblia, úsala!
Al luchar en contra de Satanás, utiliza la misma espada que Jesús usó. Lucha en el poder del mismo Espíritu que facultó a Jesús. La Biblia es la espada del Espíritu, porque el Espíritu Santo la produjo, el Espíritu Santo te guía en cómo usarla, y el Espíritu Santo le da vida y la hace efectiva. La Biblia "nunca… fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2 Pedro 1:21). El Espíritu Santo hizo esta espada, y el Espíritu Santo te enseña a utilizarla. Sin el Espíritu de Dios, no puedes entender las cosas de Dios, y no puedes darle un buen uso a su arma, pero el Espíritu te da "la mente de Cristo" (2 Corintios 2:11-16). El Espíritu le da vida a las palabras de la Biblia, lo que te permite pensar como Jesús, entender la verdad espiritual como Jesús, y derrotar a Satanás como lo hizo Jesús. Y cuando Satanás ataca, el gran poder sin límites del Espíritu entra en tu espada, derrotando a Satanás y destruyendo sus fortalezas. "Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Corintios 10:4-5). El evangelio es el poder de Dios para vencer a Satanás y para traer salvación a todos los que creen (Romanos 1:18).
Cuando utilizas la espada del Espíritu, el Espíritu Santo puede llevarte a algunas situaciones difíciles, al igual que él llevó a Jesús al desierto para ser tentado por Satanás. El Espíritu puede hacer esto para ayudar a probar tu fuerza y para hacerte crecer hacia la madurez.
Leí acerca de un pueblo en el que un niño era considerado un hombre cuando cumplía trece años. En la noche de su cumpleaños número trece, algunos aldeanos le vendaban los ojos al niño y lo llevaban lejos al bosque. Cuando se retirara la venda de los ojos, el niño se encontraría solo en la oscuridad total. Allí pasaría la noche. Sin poder ver nada él podría oír el aullido de un lobo, el gruñido de un oso, el rugido de un león de montaña. Podía oír ramitas quebrarse y ramas romperse cerca y no saber qué clase de enemigo o depredador podría estar acercándose. Entonces, mientras se acercaba el alba y aumentaba la luz, empezaría a ver el verde de las hojas y el color de las flores. Y entonces vería algo más: un hombre fuerte, un guerrero fuertemente armado, haciendo guardia a corta distancia. Era su padre. El padre había estado allí todo el tiempo, listo para defender a su hijo de los peligros que acechaban en la oscuridad. El niño se convertía en un hombre al pasar por el peligro, pero aun así como un hombre, no estaba solo. Tenía un guardia y un defensor.
Podrías pasar por algo similar. Podrías sentirte solo, rodeado por los poderes de la oscuridad. Eso puede dar miedo, pero también puede ser una oportunidad para una mayor madurez. Como dice la Biblia, "Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes" (1 Corintios 16:13 NVI). Pero incluso a medida que te haces más fuerte, más maduro, más experto en el uso de su espada, el Espíritu Santo está ahí, a tu lado y dentro de ti. Esa es una razón más para vivir con confianza y para luchar con confianza. El Espíritu no sólo te da la máxima arma; él mismo es el máximo amigo y defensor.
Capítulo Dieciséis
La Oración del Guerrero
Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. (Efesios 6:18).
Napoleón dijo una vez: "Un ejército marcha sobre su estómago." Él no quiso decir que los soldados siempre se arrastran sobre sus vientres. Se refería a que las tropas necesitan buenas comidas en sus estómagos para marchar hacia la victoria. No importa lo brillante de los generales, no importa lo valiente de los soldados, ellos no pueden ganar batallas si están hambrientos o congelándose. Las tropas necesitan alimentos y otros suministros.
Napoleón sabía esto, pero la escasez de suministros todavía resultó ser su caída. En 1812, invadió Rusia con un ejército enorme, más grande de lo que nadie había visto jamás. Conforme Napoleón avanzaba, los Rusos hicieron poco para detenerlo. En lugar de luchar una batalla de frente, los rusos se retiraron. A medida que se retiraban, no dejaban nada para que el ejército invasor lo usara como suministro. Cuanto más lejos avanzaba Napoleón hacia Rusia, las líneas de suministro se hacían más largas. Pequeños grupos de Rusos siguieron atacando las líneas de suministro en varios puntos.
Con el tiempo las líneas de suministro eran tan largas y tan poco confiables que el ejército de Napoleón se enfrentó a la escasez devastadora. Había una escasez de alimentos, y muchos soldados sufrieron por falta de alimento. Había una escasez de suministros médicos y de vendas, y muchos perecieron por la falta de un tratamiento adecuado. Había una escasez de ropa y de combustible para las fogatas y para la calefacción, y cuando golpeó el terrible invierno Ruso, muchos de los hombres de Napoleón se estremecieron y murieron de hipotermia y de enfermedades relacionadas con el frío. Por cada hombre que moría en la batalla, cinco morían de otras causas, sobre todo debido a la escasez de suministros. Napoleón tuvo que salir de Rusia con su ejército por los suelos.
En 1941, otro dictador decidió invadir Rusia. Adolfo Hitler había conquistado fácilmente la mayor parte de Europa, y su ejército parecía invencible. Hitler invadió Rusia con un ejército aún mayor que el de Napoleón--más de tres millones de soldados, con miles de tanques, artillería y aviones. Las fuerzas de Hitler avanzaron rápidamente, y los Rusos se retiraron, dejando poco que los alemanes pudieran utilizar como comida y suministros. Cuanto más lejos se trasladaba el ejército alemán hacia Rusia, las líneas de suministro se hacían más largas. Llegó el invierno. Los francotiradores Rusos siguieron atacando las líneas Alemanas de suministro y de comunicación. Las tropas de Hitler carecían de alimentos, de combustible y de ropa de invierno. Finalmente, después de las terribles pérdidas en ambos lados, las fuerzas Rusas derrotaron a las debilitadas tropas Alemanas y las hicieron retroceder.
"Un ejército marcha sobre su estómago." Las campañas militares dependen de los suministros. Eso también es cierto en la guerra espiritual: necesitas un flujo constante de suministros. Cuando estás luchando en contra de Satanás, tienes que ser fuerte, valiente y estar bien equipado con la armadura y las armas de Dios, pero también necesitas alimentación para conservar tu energía. Necesitas buenas líneas de suministro.
Línea de Suministro
¿Cuál es tu línea de suministro espiritual? ¿Qué te conecta con el cuartel general? La oración. La oración es la línea entre Dios y tú. Es a través de la oración que Dios suple tus necesidades diarias. Es a través de la oración que eres refrescado y re energizado para servir a Jesús y para luchar en contra de Satanás.
En Efesios 6, la Biblia llama al pueblo de Dios a combatir y presenta varias piezas de armadura y arsenal espiritual. Pero no se detiene allí. Efesios 6:18 continúa diciendo, "orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos." La oración es la manera de obtener suministros frescos, alimentación interna, y todo lo necesario para que un soldado de Jesús se mantenga sano y fuerte en el espíritu.
Cuando oramos, estamos recibiendo suministros del cuartel general. Dios no tiene escasez de recursos de los cuales extraer. Anteriormente, en Efesios, el apóstol Pablo dice que Dios "es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos" (Efesios 3:20). No hay necesidad demasiado grande para que Dios supla, ninguna oración es demasiado grande para que Dios responda. Dios nunca se queda sin recursos. La Biblia dice: "Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra" (2 Corintios 9:8). Si sufro una escasez espiritual, el problema no es que el cuartel general no tenga más suministros que enviarme. El problema es que las líneas de suministro son interrumpidas por el fracaso de la oración.
Satanás hará todo lo posible para obstaculizar tus oraciones. Él no tiene que derrotarte en combate directo si es capaz de arreglárselas para hacer morir de hambre tu alma, cortando cualquier conexión de oración con Dios. Satanás puede usar un método similar al que usaron los Rusos en contra de Napoleón. Los combatientes Rusos a menudo estaban más ocupados por interrumpir las líneas de suministro que por tratar de enfrentar al ejército principal. Del mismo modo, a Satanás le puede resultar más eficaz no confrontarte directamente con una enorme tentación o con una terrible tragedia. Simplemente puede atacar tu línea de suministro y evitar que ores. Si tiene éxito al hacer eso, tu derrota será sólo cuestión de tiempo.
Tal vez no tienes interés en la oración. En ese caso, no tienes ninguna relación con Dios, y no estás en su ejército en absoluto. No eres un soldado de Cristo; estás en el reino controlado por Satanás. El diablo ya te tiene donde él quiere, y si nunca empiezas a orar, seguirás estando lejos de Dios y bajo el dominio de Satanás. Uno de los primeros signos de la salvación, una de las primeras marcas de la vida espiritual, es la oración, la comunicación real con Dios. El apóstol Pablo una vez fue un asesino y un enemigo de Jesús. Cuando Jesús transformó a Pablo, el Señor envió a otro Cristiano para ayudarlo. ¿Qué le dijo Jesús a esta persona para indicar que Pablo era una persona nueva, ya no esclavizada por Satanás? Jesús dijo: "he aquí, él ora" (Hechos 9:11).
La vida espiritual comienza en la oración, y se sostiene a través de la oración. Ser Cristiano es tener la vida de Dios en el hombre interior. Cuanto más te llene de vida y de energía el Espíritu Santo, más energía tienes para defenderte en contra de Satanás, para marchar hacia adelante en contra de él, y para rescatar a otros de su reinado malvado. La oración nutre y fortalece la vida del espíritu dentro de ti. Esta alimentación interior, esta llenura del Espíritu Santo, no es automática. Se presenta en respuesta a la oración. Dios es un Padre, dispuesto y capaz de seguir llenando tu ser interior con más y más de su de su vida, pero esto no sucederá sin oración. Para aquellos que están sufriendo escasez espiritual, la Biblia dice: "no tenéis lo que deseáis, porque no pedís" (Santiago 4:2). Jesús dice: "vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan" (Lucas 11:13). La oración es la línea de suministro. Es la manera de recibir los suministros de Dios. No puedes enfrentar a Satanás si tu ser interior está vacío y hambriento. Dondequiera que vayas, hagas lo que hagas, conserva las líneas de suministro. "orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu" (Efesios 6:18). "Orad sin cesar" (1 Tesalonicenses 5:17).
La oración es la manera en la que los guerreros espirituales reciben suministros del cuartel general. Aventurarse a nuevas situaciones sin oración es como lanzar una invasión militar sin ningún tipo de línea de suministro. Puedes probar muchas de cosas, verter tu esfuerzo y energía en ellas, y llegar a sentirte débil y vacío por dentro. Esto es cierto para cualquier guerrero que deja de orar, y es especialmente cierto para los líderes. Si eres un pastor, un anciano, o un maestro, puedes ser muy hábil y tener algunas ideas excelentes. Puedes ser como un soldado de élite con una formación excelente, con la mejor protección, con lo último en armamento, y con la estrategia más brillante. Pero, ¿cuántas victorias puedes ganar si te estás muriendo de hambre?
Sin la oración, el hombre interior se vuelve más vacío, más débil y hambriento, y termina en la derrota. Algunos líderes de la iglesia caen en escándalos. Otros no hacen nada horrible; simplemente dejan el ministerio en medio de desánimo y de desesperación. ¿Cuándo es que los líderes se vuelven más vulnerables a la conducta escandalosa? A menudo esto sucede después de que han vertido su energía en todo tipo de personas y proyectos sin tomarse el tiempo para renovar sus propias almas por medio de la oración y de la comunión con Dios. ¿Qué hace que algunos líderes que se agoten, desistan, y renuncien a su vocación? A menudo no se trata de una falta de talento, de formación o de logro sino debido a que descuidan su propio espíritu por mucho tiempo y no mantienen su línea de suministro en el Espíritu Santo de Dios. Mucho antes de que Satanás ataque con una tentación escandalosa en particular o con una sensación más abrumadora de desesperación, él puede estar ocupado atacando primero las líneas de suministro, impidiéndote la conexión con Dios mediante la oración.
Mantén abierta la línea de suministro. "Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu." Mantente en contacto con Dios. Que su Espíritu nutra tu espíritu. En seguida, serás capaz de resistir la tentación y el desánimo, y podrás ayudar a aquellos que te rodean. Como dice la Biblia, "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece... Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19 NVI). Cuando tienes ese tipo de línea de suministro, puedes darte un festín con la bondad de Dios y regocijarte en él. Este es el alimento que necesitas para mantenerte firme en contra de Satanás.
Línea de Comunicación
La oración es nuestra línea de suministro. Es también nuestra línea de comunicación. La comunicación es vital para cualquier relación, y especialmente para nuestra relación con Dios. En la oración conversamos con Dios como nuestro Padre y amigo, pero aquí quiero hacer hincapié en la oración guerrera: la comunicación con el Señor como nuestro comandante supremo.
Una fuerza militar necesita una excelente comunicación y coordinación con el fin de ganar batallas. Los soldados deben saber lo que quieren sus comandantes. Los generales deben saber de dónde están viniendo los ataques, dónde se necesitan refuerzos, y cómo está progresando cada unidad. En la guerra espiritual, la oración es la forma por medio de la cual se está en contacto con el cuartel general y se coordinan nuestros propios esfuerzos con el plan de batalla del Señor.
Si eres un soldado de Jesús, él no te quiere corriendo para todos lados, luchando aquí y allá, sin conocer tus órdenes. Necesitas la dirección de tu jefe para que sirvas a su estrategia. En otras palabras, necesitas su sabiduría. ¿Cómo puedes obtenerla? La Biblia dice: "Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5). Para obtener la sabiduría y la guía de Dios, ¡sólo pídela! ¡Ora! Tu comandante no te recriminará por pedir. Él te guiará y te dirigirá al lugar donde él quiere que estés. Él te brinda una formación básica y una orientación general a través de la Biblia, y cuando necesitas una guía especial para una situación particular, su espíritu le inculca a tu espíritu el curso de acción más sabio. Pero esto no es automático. Debes pedir. Debes estar "orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu." Entre más te comuniques con Dios, más se comunicará él contigo y te hará saber lo que él quiere que hagas.
Puedes comunicarte con el cuartel general para averiguar lo que Dios quiere, y también puedes orar para decirle a Dios lo que necesitas. Esto te da una gran ventaja en la guerra espiritual. A veces puedes sentirte abrumado por las fuerzas de Satanás. Sentirte rodeado y sin salida. Pero todavía puedes orar. Puedes llamar al cuartel general para que lleve a cabo un ataque aéreo. Los soldados que están respaldados por el poder superior aéreo no son necesariamente derrotados sólo porque su unidad es sobrepasada en armamento y le es ganada la partida en el suelo. Pueden usar la radio para pedir ayuda adicional, y en pocos minutos, aviones de combate o helicópteros de ataque serán lanzados para hacer frente al enemigo. Incluso si eres un humilde soldado de infantería del ejército de Dios, el apoyo aéreo se trata sólo de una oración a distancia. Dios puede enviar ángeles adicionales para tu defensa, y puede dirigir su propia gran poder en contra de las fuerzas del mal que te tienen identificado.
En Éxodo 17, la Biblia describe una batalla entre el pueblo de Dios, los hijos de Israel, y sus enemigos mortales, los Amalecitas. Los soldados israelitas bajo el mando de Josué marcharon contra el enemigo, mientras Moisés subió a la cima de una colina para orar. "Cuando alzaba Moisés su mano [en oración], Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec" (Éxodo 17:12). Los soldados sobre el terreno podrían ganar únicamente con el apoyo aéreo del cielo. Moisés se cansaba demasiado para mantener sus manos al aire y otros dos hombres lo apoyaban "Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol". (17:13). Eso le permitió al pueblo de Dios derrotar a sus enemigos.
La victoria depende de la oración. ¿Por qué? Porque la victoria depende de Dios. Jesús nos dice: "Sin mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). El apóstol Pablo, quien escribió Efesios 6 y que conocía mucho sobre la guerra espiritual, sabía que por su cuenta, él no tenía lo que se necesitaba para llevar a cabo su misión. Pablo dijo: "Nuestra competencia proviene de Dios" (2 Corintios 3:5).
Un hombre una vez les pidió a los discípulos de Jesús que se hicieran cargo de un demonio de su hijo. Los discípulos ya habían tenido éxito expulsando algunos otros demonios, pero no eran capaces de hacer salir a éste. Entonces Jesús vino a la escena, y él tuvo éxito en hacer que el demonio se marchara. Más tarde, sus discípulos le preguntaron en privado: "¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración" (Marcos 9:28-29).
Eso es cierto para muchos enemigos que enfrentamos y para muchos problemas que tenemos: estos géneros pueden ser manejados solamente mediante la oración. Puede haber algunas cosas a las que podemos hacer frente simplemente mediante el uso de la fuerza que Dios ya nos ha dado, pero algunos enemigos son tan fuertes que necesitamos más energía de la que hemos recibido hasta ahora. La manera de obtener ese poder es la oración. Cuando el enemigo es demasiado para ti, utiliza tu línea de comunicación para llamar al cuartel general de manera que te envíen más apoyo aéreo.
Orando por Todos los Santos
La oración es la línea de suministro y de comunicación para cada soldado individual de Cristo, y recuerda: tú no eres el único soldado en la lucha. Si eres Cristiano, eres parte de un ejército. No sólo debes cuidar de ti mismo, sino de tus compañeros de armas en la lucha en contra de Satanás. Lo que le ocurra a cualquier parte de la iglesia afecta a toda la iglesia (1 Corintios 12:26). Si tienes éxito en contra de Satanás, esto ayuda a tus compañeros de armas; si ellos tienen éxito, eso te ayuda. Si fallas, eso daña su posición; si ellos fallan, eso te daña. El apóstol Pablo dice: "¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?" (2 Corintios 11:29). En el ejército del Señor, son todos para uno, y uno para todos. Por eso, cuando ores, no sólo ora por ti mismo. Ora por todos aquellos que están luchando por el Señor junto contigo. "Velando en ello [en oración] con toda perseverancia y súplica por todos los santos." (Efesios 6:18) No te limites a orar por tu propia congregación o denominación. Ora por la iglesia de Jesús en todo el mundo.
A veces, cuando alguien está pasando por un momento de terrible estrés o sufrimiento, le resulta difícil orar. Su mente está girando, su espíritu se agota, y ya ha orado tanto se siente que ya no tienen más oraciones. Pero incluso si ellos están tan abrumados que apenas pueden orar, tú puedes orar por ellos. Un gran número de Cristianos que han pasado por tiempos difíciles me han contado acerca del consuelo que era saber que incluso cuando ellos no podían orar, otros estaban orando por ellos, y Dios estaba escuchando esas oraciones. Parte de la guerra espiritual es estar alerta no sólo ante los ataques de Satanás hacia ti, sino ante sus ataques hacia los demás, y orar no sólo por ti mismo, sino por aquellos que se enfrentan a los ataques más feroces.
Cuando oras por otros, esto es bueno para ellos, y es bueno para ti. Uno de los problemas más graves para muchos de nosotros hoy en día es simplemente el egocentrismo. Es posible estar tan concentrado en mi salud, en mi éxito, en mi aspecto, en mi reputación, en mi posición espiritual que me enfermo en el espíritu. Si todo en lo que pienso es en mí, y si todo lo que pido es sobre mí, eso me pone espiritualmente enfermo. Muchos individuos e iglesias podrían pasar de los pequeños problemas si sólo reconocieran la gran amenaza de Satanás, confiaran en el poder de Dios, y oraran los unos por los otros, por todos los santos y por el avance del reino de Dios, en lugar de centrarse en sí mismos.
Ora por todos los santos. Ora por los jóvenes Cristianos que están rodeados por más tentaciones que cualquier generación de la juventud en la historia. Ora por los padres Cristianos que no están seguros de estar listos para el reto de criar hijos. Ora por los Cristianos individuales que luchan contra la soledad. Ora por los Cristianos de mediana edad que se preguntan si su vida cuenta mucho. Ora por los Cristianos de edad avanzada que se encuentran en un estado de salud delicado y que pueden estar enfrentando los crueles ataques demoníacos de la duda y del miedo a medida que la muerte se acerca.
Ora por todos los santos. Ora por los maestros Cristianos que son mentores de los niños. Ora por los Cristianos en los negocios que batallan por ser honestos. Ora por los agricultores Cristianos y por los obreros, abogados cristianos, médicos, y por otros profesionistas, que luchan para aplicar su fe en su profesión. Ora por todos los Cristianos de todas partes que deben ser luz para Cristo mientras luchan en contra de los ataques de Satanás.
Ora por todos los santos, especialmente por aquellos que son perseguidos o que están encarcelados. La Biblia dice: "Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo" (Hebreos 13:3). Muchos Cristianos perseguidos dicen que esto es lo que más desean: ser recordados, que oren por ellos, saber que no han sido abandonados por Dios u olvidados por los hermanos en la fe.
Orando por los Líderes de la Iglesia
Por favor, ora también por los pastores y por los misioneros. Cuando Pablo les dijo a los Efesios que oraran por todos los santos, agregó, "[Oren] por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar" (6:19-20). Si este poderoso hombre de Dios pedía oraciones por él, entonces seguramente tu pastor necesita tus oraciones. Otros líderes Cristianos necesitan tus oraciones. La efectividad de un predicador no depende sólo de su talento o incluso de sus propias oraciones, sino de las oraciones de su pueblo. Una vez alguien le preguntó al predicador inglés Charles Spurgeon el secreto de su éxito para ganar a tantos miles para Cristo. Spurgeon respondió: "Mi gente ora por mí".
¿Por qué cosa debes orar? ¿Qué debes pedirle a Dios que haga por los predicadores y los líderes? Ora para que Dios les dé un mensaje y el denuedo de hablar claramente ese mensaje. Eso es lo que Pablo quería. Él estaba en la cárcel, pero no le pidió a los Efesios que oraran por su libertad. Se encontraba en mal estado de salud, pero que no les pidió que oraran para que prosperara y tuviera éxito. Pablo les pidió que oraran para que él fuera capaz de anunciar a Cristo sin miedo.
Siempre me siento motivado cuando alguien dice, "Oro por ti." Al igual que Pablo, aprecio especialmente las oraciones para que Dios me dé palabra y me haga valiente. ¿Sabes lo difícil que puede ser para un predicador preparar un mensaje y hablar las palabras adecuadas? ¿Sabes lo difícil que es tener denuedo? Soy tímido por naturaleza. El denuedo no es algo natural para mí. me gusta llevarme bien con las personas. No me gusta ofender a nadie. Y sin embargo, si hablo el mensaje de Dios, algunos se ofenderán. Necesito oraciones acerca de que estaré libre de preocupaciones sobre la opinión humana y simplemente hablaré el mensaje de Dios sin temor alguno, cualquiera que pudiera ser la reacción.
Para algunos pastores, tener denuedo es más peligroso de lo que lo es para mí. Algunos pueden poner en peligro su libertad y su vida si los funcionarios del gobierno se oponen a su mensaje. Otros pueden poner en peligro sus ingresos y su posición si un miembro rico de su congregación es ofendido, quiere al pastor fuera y retiene el dinero. Otros pastores pueden sólo desgastarse tanto en el espíritu que se quedan sin palabras de entusiasmo y no tienen energía para tener denuedo. Cuando se levantan y predican, es porque tienen que decir algo, no porque tengan algo que decir. Necesitan las palabras de Dios y el denuedo de Dios. Su propia vida de oración puede volverse peligrosamente débil, pero si los creyentes están con ellos y oran por ellos, el Señor puede hacerlos fuertes y con denuedo nuevamente.
La iglesia necesita desesperadamente pastores y líderes que prediquen claramente la Palabra de Dios y que envían su señal de batalla fuerte y clara. "Si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?" (1 Corintios 14:8). Así que ora por los predicadores. ¡Ora para que tengan el denuedo para hacer sonar la trompeta de Dios! Ora para digan la verdad como deben hacerlo: sin miedo, con verdad, con amor y con eficacia.
Estamos en una guerra. Satanás y sus fuerzas del mal están tratando de destruirnos. Así que se fuerte en el Señor y en el poder de su fuerza. Ponte toda la armadura de Dios. Utiliza la máxima arma en contra de Satanás, la espada del Espíritu, la Palabra de Dios. Y no descuides tus líneas de suministro y de comunicación. Ora en el Espíritu en todo momento.
Epílogo
Un Espíritu Ganador
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7).
En la guerra espiritual, necesitas el corazón de un águila, no el corazón de una gallina. Las águilas son audaces y fuertes, y se elevan en los cielos. "Gallina" es el apodo que te ganas si eres tímido y cobarde. Las gallinas no vuelan. Su peso es demasiado. La preocupación y el miedo las hacen demasiado pesados para volar. Pero si eres un águila audaz, tu espíritu es más ligero y tus alas son más fuertes. Si deseas elevarte a nuevos niveles, se un águila, no una gallina. Una gallina tiene un espíritu perdedor; un águila tiene un espíritu ganador ¿Qué es lo que tiene un espíritu ganador que le hace falta a un espíritu perdedor? Por lo menos tres cosas: poder, amor y dominio propio.
En primer lugar, un espíritu ganador tiene poder, mientras que un espíritu perdedor no. Un espíritu perdedor se siente como una víctima. Todo parece estar en su contra, y no tiene la fuerza para tratar con ello. Un espíritu perdedor espera fallar. Sin embargo, un espíritu ganador espera tener éxito. Un espíritu ganador puede hacer frente a grandes desafíos, pero se basa en una fuente de fuerza interior más poderosa que cualquier cosa que está en su contra. Es un espíritu de poder.
En segundo lugar, un espíritu ganador tiene amor; un espíritu perdedor carece de ello. Un espíritu perdedor se siente abandonado, solo, maltratado, no amado. Al sentirse tan poco amado, un espíritu perdedor no puede dar amor de una manera sana o construir relaciones sólidas. Un espíritu ganador, por el contrario, se siente apreciado, aceptado, bendecido, amado. Un espíritu ganador--seguro de ser amado con un amor enorme y sin fin--está dispuesto a ampliar el círculo del amor y construye relaciones prosperas y amorosas con los demás. Es un espíritu de amor.
En tercer lugar, un espíritu ganador tiene autocontrol; un espíritu perdedor se siente fuera de control. Un espíritu perdedor se siente dominado por situaciones que no puede cambiar y por impulsos incontrolables, entrando en pánico, actuando tontamente por impulso o comportándose imprudentemente. Un espíritu ganador puede enfrentar cualquier desafío con una sensación de calma y de propósito. Mantiene la cabeza fría y toma decisiones con base a lo que es mejor, no al pánico o al impulso. Es un espíritu de autocontrol.
¿Eres un águila con un espíritu ganador de poder, de amor y de dominio propio? ¿O eres una gallina con un espíritu perdedor? No es divertido tener esa sensación de gallina, y no es la forma en la que estás destinado a vivir. Tal vez te sientes atrapado con un espíritu perdedor. ¿Cómo puedes deshacerte de ello? ¿Cómo puedes tener un espíritu ganador en su lugar? Bueno, no sólo trates de pensar positivo. No solo te limites a trabajar para ser un poco más valiente o para tener una perspectiva más brillante. Tratar de darte a ti mismo un espíritu ganador no funcionará. Si eres una gallina, no te ayudará mucho decidir que de ahora en adelante volarás alto en el cielo. Las gallinas pueden batir sus alas e incluso elevarse del suelo por unos momentos, pero siempre vuelven a bajar con un golpe seco. Si eres una gallina, puedes tratar de volar, puedes tratar de cambiar tu actitud y convertirte por ti mismo en la persona que deseas ser, pero hacer esfuerzos por ti mismo para hacer que un espíritu perdedor actúe como un espíritu ganador termina en un golpe seco.
Si quieres un espíritu ganador, no dependas de tu propio espíritu débil. Todos somos gallinas en el corazón. Cuanto antes lo admitamos, mejor. Carecemos de poder. Nos falta amor. Nos falta autocontrol. Para volar como un águila, tenemos que renunciar a nuestro propio espíritu tímido y buscar un espíritu superior al nuestro, el Espíritu Santo del Señor Jesucristo. La Biblia dice que en nuestro propio poder, incluso el más fuerte de nosotros, finalmente tropieza y se queda sin energía, "pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas" (Isaías 40:31).
Necesitas tener el Espíritu Santo de Dios en ti, y necesitas tener en cuenta el efecto transformador que él tiene en tu espíritu. "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7).
Espíritu de Poder
Con el fin de tener un espíritu ganador como de águila, necesitas poder: el poder para hacer frente a los retos, el poder para superar el desánimo, el poder para resistir la tentación, el poder para manejar cualquier situación que la vida te depare. Necesitas poder no sólo para sobrevivir sino para prosperar, no sólo para defenderte, sino para pasar a la ofensiva y para avanzar. Para ganar en la guerra espiritual, necesitas el tipo de poder del cual habló el apóstol Pablo cuando dijo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).
Un espíritu ganador de águila exclama, "¡Puedo hacer todas las cosas!” Pero un espíritu perdedor de una gallina se queja, "no puedo hacer nada". Es horrible tener una mentalidad de víctima. La mentalidad de víctima viene de muchas formas. Fuiste abusado de niño, por lo que eres inútil y nunca llegaras a nada. O te has sumergió en el alcohol y en las drogas, y nada puede romper tu adicción. O tu vida matrimonial y familiar es un desastre, y no hay manera de que jamás puedas disfrutar de relaciones alegres y positivas. O has perdido tu trabajo, y no tienes lo que se requiere para tener éxito en el mundo de hoy. O has hecho algo tan horrible que Dios posiblemente no puede perdonarte o amarte. Estás sucio. Eres impotente. Estás desesperado. ¿Cuál es la razón para tratar de seguir adelante? De todos modos vas a fracasar. Tú simplemente eres una gallina que se dirige hacia el matadero.
Oigo a varias personas que hablan de esa manera. Escucho fracaso en sus voces. Veo desesperación en sus ojos. A medida que hablan de sus problemas y de cuan sombrío se ve el futuro, me pone triste, y me enoja. Me da pena que se sienten tan desesperados, y me da coraje que Satanás les ha estado mintiendo.
Satanás quiere que pensemos que no hay manera de superar las fuerzas que están en contra de nosotros. Satanás quiere que creamos que el pecado, la tristeza, el fracaso y la muerte son todo lo que nos depara el futuro. ¡Pero Satanás es un mentiroso! Él quiere que te sientas indefenso y que pienses que no hay manera en la que puedas ganar. Pero eso es una mentira.
La verdad es esta. Satanás no tiene oportunidad en contra del poder de Dios. Satanás es más fuerte que nosotros por nuestra cuenta, pero Satanás y todos sus demonios combinados no tienen ninguna posibilidad en contra de una sola persona que tiene el poder del Espíritu Santo de Dios. La única forma en la que Satanás puede derribarte es al alimentarte de mentiras.
Satanás puede empezar diciéndonos la mentira de que te puede ir muy bien por tu cuenta sin Dios. Te sientes inteligente, fuerte y seguro de tener éxito. ¿Quién necesita a Dios? Pero en algún momento, esa mentira por lo general es expuesta. Tu vida empieza a derrumbarse. Se hace evidente que no puedes hacerlo por tu cuenta. En ese momento, Satanás cambia a una nueva mentira. Dice que eres un perdedor, que siempre serás un perdedor, que no tienes ninguna posibilidad de ser nadie ni de hacer nada. Solo aceptas que eres una gallina condenada a ser devorada.
Satanás trata de enterrarte en tales mentiras para que no puedas centrarte en el hecho de que Dios es mucho más poderoso que Satanás y que de esa manera nunca te conectes con el poder de Dios mediante la fe. En el momento en el que empieces a creer en el poder de Dios y percibas su poder que actúa en ti, Satanás no tiene ninguna posibilidad. Satanás tratando de vencer a Dios es como un mosquito que intenta vencer a un tigre. Mediante la fe en el poder de Dios, puedes aplastar bajo tus pies a Satanás (Romanos 16:20), y él lo sabe. Nada asusta más al diablo que la fe. El diablo tiembla cada vez que una persona rechaza sus mentiras, que cree en la fuerza omnipotente del Dios vivo, y que está en contra de Satanás por medio del poder del Espíritu Santo.
Si pones tu fe en Jesús y tienes al Espíritu Santo viviendo en ti, entonces tienes un poder dentro de ti mayor que cualquier poder en todo el mundo, mayor que el poder de Satanás mismo. La Biblia les dice a los Cristianos: "Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4). ¿Cómo puedes poner en acción el poder de Dios en tu lucha en contra de Satanás? Por medio de la fe. Por medio de la fe rechazas las mentiras de Satanás. Por medio de la fe crees la verdad de Dios en Cristo. "Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?" (1 Juan 5:4, 5).
La fe es la manera de recibir el perdón de los pecados y la vida eterna, y la fe es también la forma de derrotar a Satanás y sus esquemas.
La fe en Jesús es la tubería a través de la cual fluye el poder del Espíritu Santo. El poder del Espíritu Santo es el mismo poder por el cual Jesús hizo sus milagros. Jesús predicó el evangelio en el poder del Espíritu Santo. Jesús echaba fuera demonios en el poder del Espíritu Santo. Jesús daba vista a los ciegos y oído a los sordos por medio del poder del Espíritu Santo. Jesús hizo que los cojos caminaran y que las personas paralizadas bailaran por medio del poder del Espíritu Santo. Jesús incluso levantó a los muertos a la vida por medio del poder del Espíritu Santo. De hecho, fue el poder del Espíritu Santo el que levantó a Jesús de la tumba y le dio la victoria decisiva sobre la muerte, sobre el pecado y sobre Satanás.
Todos estos milagros fueron sorprendentes, pero igual de sorprendente es el milagro que Cristo hace cada vez que toma un alma muerta en pecado y la lleva a la vida por medio de su Espíritu. Todavía hoy el Espíritu Santo echa fuera demonios y libera a las personas de Satanás. Todavía hoy el Espíritu Santo rompe barreras y trae sanidad e integridad. Todavía hoy el Espíritu Santo llena a los individuos y transforma a las familias. Todavía hoy el Espíritu transforma a las gallinas terrestres en águilas voladoras. Todavía hoy el Espíritu Santo trae el poder de la resurrección de Cristo a la vida de la gente común.
Jesucristo es omnipotente, y ese mismo poder está en nuestros corazones si tenemos a su Espíritu Santo viviendo en nosotros. Algunas religiones son en su mayoría rituales y palabras sin vida o sin poder, pero la verdadera fe en el Señor Jesús vivo es mucho más que eso. "El reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder" (1 Corintios 4:20).
Este poder es una gran protección. Si confías en el Cristo resucitado y tienes a su Espíritu habitando en ti, entonces "sois guardados por el poder de Dios mediante la fe" (1 Pedro 1:5) Este escudo no es sólo algo que debes tener, sino algo que debes utilizar. "Tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno" (Efesios 6:16).
No estás solo en contra de las cosas desagradables o de las fuerzas vagas. Estás en contra de espíritus de maldad personales y de odio, dirigidos por el mismo Satanás. Satanás va a seguir disparándote dardos de fuego, pero no tengas miedo. La fe es a prueba de fuego. Con cada nuevo ataque de Satanás, ocúpate de renovar tu fe. Serás guardado por el poder de Dios de aquello que Satanás haga. El diablo quiere que pienses que él no puede ser vencido, pero el Espíritu Santo dentro de ti es mayor que el diablo fuera de ti. La fe te dará la victoria, incluso si Satanás y el mundo entero están en tu contra.
Todos necesitamos este estímulo, incluso los líderes Cristianos--¡especialmente los líderes Cristianos! Nadie se enfrenta a ataques más feroces por parte de Satanás que aquellos de nosotros que tenemos un llamado especial para guiar a otros en la fe. Podemos desanimarnos por nuestros propios pecados y capacidades limitadas. Podemos decepcionarnos por una iglesia que parece estar anclada en un bache o por una comunidad que no parece responder al Evangelio. Podemos desalentarnos por los resultados que no están a la altura de nuestras esperanzas. Podemos quedar desorientados y engañados por las mentiras astutas que Satanás dice a través de los estudiosos que niegan o que distorsionan la Biblia. Podemos llegar a estar dudosos, tímidos y cansados. Podemos preguntarnos por qué estamos en el ministerio. Podemos preguntarnos si hay algún punto para seguir a Jesús.
Sin embargo, compañero líder, ¡no te rindas! ¡no tengas miedo! "Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7 NVI). Estas palabras de Dios fueron dadas primero para animar a un pastor. El joven pastor Timoteo tendía a ser tímido, por lo que el apóstol Pablo lo animaba. Nosotros los líderes necesitamos animar a los demás y recordarles qué tipo de espíritu nos ha dado Dios--no es un espíritu tímido, sino el espíritu Santo poderoso de Cristo mismo.
Si eres un Cristiano y tienes el Espíritu Santo viviendo en ti, entonces ¡sé audaz! ¡sé fuerte! ¡Se valiente! ¡alégrate ferozmente! No dejes que los ataques de Satanás te derrumben. Cada nuevo ataque que enfrentas es una oportunidad para ganar otra victoria. Cuando Satanás te ataque, contratácalo. No dejes que sus ataques te asusten. Deja que te alegren. Si Satanás está lanzándote descarga tras descarga de dardos de fuego, significa que está preocupado por ti. Eres una amenaza para él. Alégrate por eso.
"Resistid al diablo, y huirá de vosotros" (Santiago 4:7). Lucha en el poder del Espíritu, y ganarás. Satanás quiere asustarte con la mentira de que él está ganando, pero la verdad es que él ya ha perdido. Cristo está en el trono, y él les da a los creyentes el Espíritu de poder.
Espíritu de Amor
Junto con el poder, otra bendición del Espíritu Santo que cambia nuestra vida es el amor. Nada en todo el mundo importa tanto como saber que eres amado y que eres capaz de amar a otros. La Biblia dice que aquellos que confían en Cristo son capaces de regocijarse incluso en medio de los problemas y que tienen una gran esperanza para el futuro, "porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5).
Dios mostró su gran amor al enviar a su Hijo, Jesús, para morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores impíos y enemigos del Señor (Romanos 5:8). La muerte de Jesús en la cruz fue una vez y para siempre el pago más que suficiente para cubrir los pecados del mundo. Si Dios nos amó tanto, cuando éramos enemigos que luchaban contra él, ¿qué puede hacer que deje de amarnos una vez que hemos sido hechos sus amigos? Una de las principales obras del Espíritu Santo es simplemente sellar el amor de Dios en nuestros corazones.
Siempre me sorprendo cada vez que veo el cambio que ocurre en las personas que realmente empiezan a conocer en su corazón que Dios las ama. Su exterior duro y rebelde se ablanda y se derrite. Su percepción de estar podridos y de ser indignos de ser amados da paso a la alegría y a la calidez de ser apreciados por Dios. Las adicciones auto destructivas y los pensamientos suicidas comienzan a encogerse y una nueva voluntad por vivir se hace cargo. En algunos casos, el cambio es repentino y sorprendente. En otros casos se produce durante un período de tiempo, con muchos altibajos. Pero el cambio es inconfundible. El amor de Dios puede derramarse de prisa, o puede gotear lentamente y en secreto, pero el resultado es el mismo: un corazón lleno del amor de Dios.
Una vez que el amor de Dios fluye hacia ti, el amor de Dios también comienza a fluir desde tu interior hacia los demás. He visto que mujeres que alguna vez fueron perversas se convirtieron en algunas de las esposas más fieles y madres más tiernas que conozco, gracias al amor de Dios. He visto que hombres que eran duros y egoístas se vuelven esposos cuidadosos y padres cariñosos y sabios, gracias al amor de Dios. He visto parejas al borde del divorcio renovados en el amor el uno al otro después de que el amor de Dios entró en su vida, gracias al amor de Dios. He visto que aquellos que son esclavos de las drogas y del alcohol son liberados y hechos activos en llevarles libertad a los demás, gracias al amor de Dios. He visto que los adictos al trabajo codiciosos y duros de corazón se vuelven amables y generosos, gracias al amor de Dios. He visto que los adolescentes suicidas y odiosos se vuelven esperanzadores y serviciales, gracias al amor de Dios. He visto que los criminales que crecieron en hogares sin amor y que cometieron terribles hechos se vuelven ansiosos por rescatar a otros del odio y de las mentiras de Satanás, gracias al amor de Dios. Nada es más letal que ser un aborrecedor que se siente odiado, y no hay nada que cambie más nuestra vida que ser un amante que se siente amado.
Sin embargo, incluso los seguidores de Jesús a veces se olvidan de lo mucho que son amados y pueden dejar de amar a los demás. Ellos se vuelven temerosos en sus propios corazones y ásperos en sus actitudes hacia los demás. La Biblia habla de un tiempo cuando un pueblo no acogió a Jesús y a sus discípulos a causa de los prejuicios raciales y políticos. Eso puso furiosos a los seguidores de Jesús. "Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió… Y se fueron a otra aldea" (Lucas 9:54, 56).
Algunos manuscritos bíblicos antiguos dicen que cuando Jesús los reprendió, dijo, "Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas." Si quieres que Dios arruine a tus enemigos al instante, no está en armonía con el Espíritu Santo de Cristo. Él no es un espíritu de odio y de venganza constante; es un Espíritu de amor, de paciencia, y de otra oportunidad.
Si esa no es nuestra actitud hacia los demás, si tenemos una actitud dura y vengativa hacia ellos, puede significar que nosotros mismos aún no nos sentimos seguros en el amor de Dios. La "ira justa" puede ser una máscara de angustia interior. Una actitud fría y cruel hacia los demás puede fluir de una falta de fe en el amor de Dios por nosotros. Incluso si le pertenecemos, todavía podemos carecer de la seguridad plena y de la experiencia de su amor, y esto puede envenenar nuestro comportamiento hacia los demás y robarnos la alegría que Dios quiere que tengamos. la Biblia dice en repetidas ocasiones que el Espíritu Santo reemplaza el miedo con amor. "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor" (1 Juan 4:18). "Los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios" (Romanos 8:14-16).
¿Sabes en tu espíritu que eres un hijo amado de Dios a través de Jesucristo? ¿El Espíritu Santo ha inundado tu corazón con mucho del amor de Dios que el miedo ha sido expulsado? Te sentirás como una gallina y un perdedor, siempre y cuando temas que nadie te ama realmente--al menos nadie que sepa cómo eres realmente. Pero si sabes que Dios te ama totalmente y para siempre, a pesar de que él conoce todas las cosas malas que has hecho y el mal que aún se esconde en tu corazón, entonces el amor de Dios te da un espíritu ganador, un espíritu que se eleva sobre alas de águila.
Espíritu de Dominio Propio
Una tercera bendición del Espíritu Santo, junto con el poder y el amor, es el autocontrol. De hecho, el poder y el amor son la clave para el autocontrol.
El poder del Espíritu construye el autocontrol que te impide entrar en pánico y perder el control al enfrentar las cosas que suceden a tu alrededor. El hecho de saber que tienes poder interior para ganar, te mantiene en calma y te hace disfrutar de la paz que sobrepasa todo entendimiento. Tú dominas la situación; la situación no te domina. El poder de Dios te permite controlarte.
El amor del Espíritu construye el autocontrol que te da una mente sana, un realismo sano y una personalidad estable. Las personas que están fuera de control a menudo son impulsadas por el odio o por un ansia desesperada de amor que nunca ha sido satisfecha. La grave falta de autocontrol aparece de diversas formas--alcoholismo, adicción a las drogas, problemas de alimentación, compulsiones sexuales, obsesión por el trabajo, incapacidad para controlar la ira--pero sea cual sea la forma, estos problemas suelen surgir en un espíritu hambriento de amor. Una vez que el deseo es satisfecho mediante el Espíritu Santo derramando el amor de Dios en tu corazón, los viejos impulsos ya no te dominan. El amor de Dios te pone en tu sano juicio y te da autocontrol.
¿Tienes un espíritu ganador? ¿Tienes el poder, el amor y el autocontrol que te permiten volar como un águila? Sólo el Espíritu Santo puede hacer que esto sea una realidad para ti. Sólo el Espíritu puede elevarte del suelo, y sólo el Espíritu puede mantenerte en las alturas. Como dice la Biblia, "la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros" (2 Corintios 4:7). El Espíritu que Dios nos dio no nos hace tímidos, sino que nos da poder, amor y dominio propio. Sólo a través de la fuerza del Espíritu puedes seguir a Jesús a la victoria sobre el diablo, sobre el mundo y sobre la carne. ¡Así que sé fuerte en el Señor y en el poder de su fuerza!
Agradecimientos
En mi propia guerra espiritual y al escribir este libro, he encontrado mucha ayuda en los escritos de los guerreros Cristianos de los primeros siglos: William Gurnall, El Cristiano en Armadura Completa; John Bunyan, El progreso del Peregrino y La Guerra Santa; Martyn Lloyd-Jones, La Guerra Cristiana y el Soldado Cristiano; y C.S. Lewis, Cartas del Diablo a su Sobrino. Incluso cuando no cito estas fuentes, les debo una gran deuda en casi todas las páginas.
Como pastor de las iglesias de Strathroy, Ontario, y Monee, Illinois, he aprendido y enseñado mucho de lo que digo en este libro. En Ministerios de Regreso a Dios, he compartido estas cosas con una audiencia internacional, y he aprendido mucho de aquellos que respondieron. Como Rector del Instituto de Líderes Cristianos, interactúo con estudiantes de muchos países y me hago una idea de las batallas que enfrentan. Me regocijo en su ahínco para llevar a cabo la misión que Jesús les ha dado, y admiro su coraje dado por el Espíritu para permanecer de pie en contra del mal.
Aquellos que me conocen mejor y me aman más--mi familia y, sobre todo, el Señor de los ejércitos--permanecen fieles a mí a pesar de mis defectos y derrotas. La gracia me hace seguir adelante. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).
Instituto de Líderes Cristianos
El Instituto de Líderes Cristianos ofrece una formación gratuita en línea para todo el mundo. Todas las personas llamadas por Dios, a pesar de sus ingresos, pueden convertirse en líderes bien entrenados sin costo alguno para ellos. Mentores locales y pastores de muchos países colaboran con la facultad de ILC en la tarea de equipar a miles de nuevos líderes.
David Feddes sirve como Rector del Instituto de Líderes Cristianos. Está a cargo del plan de estudios y trabaja con otros profesores para asegurarse de que cada curso proporcione una formación ministerial de alta calidad. Muchas clases presentan videos y escritos del Dr. Feddes. El objetivo del ILC es levantar líderes de avivamiento con corazones llenos del fuego del Espíritu Santo y con mentes formadas por la verdad bíblica.
Si estás buscando una formación para el ministerio sin costo y de alta calidad o si deseas apoyar financieramente al ILC para que más líderes pueden estar equipados para la misión de Dios, por favor visita el sitio web del ILC: www.christianleadersinstitute.org