Solamente la Biblia (Dr. Feddes)
Solamente la Biblia
Por David Feddes
Encendí el televisor justo a tiempo para ver a un predicador que decía: "Si tienes problemas financieros, problemas familiares, depresión, o una enfermedad como artritis o cáncer, Dios te puede ayudar. Todo lo que necesitas hacer para liberar su poder en tu situación es sembrar una semilla de fe".
Su rostro se volvió más intencionado a medida que avanzaba. "El Señor me dijo que aquellos que siembren una semilla de fe en este ministerio prometiendo un dólar por día durante el próximo año verán que sus problemas se desvanecen y la bendición de Dios se desbordará en sus vidas".
La voz del predicador se hizo más urgente: "Si quieres que Dios bendiga a tu familia, tus finanzas, tu salud o cualquier otra cosa, escucha a Dios. Toma ese teléfono ahora. Siembra esa semilla de fe. Promete un dólar por día durante el próximo año, o da una ofrenda de una sola vez de $365. Podrías decir: 'Realmente no puedo pagar eso ahora. No tengo mucho dinero, y tengo cuentas que pagar'. ¡No digas eso! Necesitas actuar en fe. No esperes hasta que pienses que puedes pagarla. Siembra esa semilla de fe ahora, o nunca serás capaz de pagarla".
La voz del predicador se redujo a un murmullo piadoso. "No estoy inventando esto", dijo. "Te digo ante Dios, con toda la integridad de mi espíritu, que Dios mismo me habló, y eso es exactamente lo que dijo: resolverá el problema de cualquiera que siembre una semilla de un dólar por día. Entonces llama al número que aparece en pantalla en este momento, y ten lista tu tarjeta de crédito".
Cogí el control remoto de mi TV y presioné el botón "apagar". Se sintió bien silenciar esa súplica piadosa y hacer desaparecer ese rostro codicioso. No estoy en contra de donar dinero para buenas causas, pero si estoy en contra de los predicadores que afirman que sus trucos para recaudar fondos fueron una revelación directa de Dios. Yo sabía que en ese mismo momento, algunas personas crédulas estarían al teléfono, dando sus números de tarjeta de crédito con la esperanza de que Dios pueda ser sobornado por un dólar al día. Demasiadas personas religiosas se apresuran a creerle a cualquier persona que diga: "El Señor me dijo".
Luego están las líneas directas psíquicas que publican anuncios en algunos canales de TV. Algunas celebridades desaparecidas aparecen en pantalla y te instan a que llames a un número inmediatamente para hablar con tu psíquico personal. Ella dice que tu vidente puede decirte lo que te depara el futuro y brindarte ayuda sobrenatural. Mientras tanto, a medida que el rostro de la televisión hace estas grandes promesas sobre revelaciones sobrenaturales que cambiarán tu vida para siempre, una letra pequeña en la parte inferior de la pantalla dice "Solo para entretenimiento" y establece que se te cobrarán $4 por minuto de tu llamada. Creo que esa letra pequeña protege a esos falsificadores de los cargos por fraude, pero no impide que las personas llamen y paguen $4 por minuto para buscar un mensaje de otro reino.
¿Qué tal si le agregas algo más a esos anuncios de línea directa psíquica? ¿Qué hay de poner en la pantalla una advertencia con estas palabras de la Biblia de Isaías 8:20? "Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios?... ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido... Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas." Es suficientemente malo perder $4 por minuto ante un vidente telefónico falso, pero es mucho peor perder tu alma.
Si deseas la verdad sobrenatural, no recurras a un psíquico. Dirígete a Dios. Y si quieres saber lo que Dios dice, no vayas con un predicador que siempre dice: "El Señor me dijo". Ve a la Biblia "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido".
La Biblia, y solamente la Biblia, debe ser nuestra autoridad definitiva. La Biblia revela a Jesús, y dado que Jesús es la revelación definitiva de Dios, el testimonio de la Biblia sobre él es la palabra de Dios definitiva para nosotros. El hecho de que la Biblia tenga autoridad significa que cualquier cosa que contradiga la Biblia no es de Dios. Todo lo que la Biblia revela es verdad, y no se le puede restar nada. Además, el hecho de que solamente la Biblia es la autoridad final significa que cualquier afirmación acerca de revelar algo sobre Dios más allá de lo que la Biblia revela, no es de Dios. La Biblia es completa, es definitiva y no le puede ser añadido nada a su mensaje.
Esto significa que debemos tener cuidado no solo de los ataques a la Biblia, sino también de las adiciones a la Biblia. Cuando comenzamos a buscar fuentes distintas a la Biblia para revelar a Dios y sus caminos, cuando volvemos nuestra autoridad definitiva a la Biblia más otra cosa, nos dirigimos hacia problemas. Hay varias formas de hacer esto. Puede ser la Biblia más las experiencias y las visiones personales; la Biblia más algún otro libro supuestamente sagrado; la Biblia más las tradiciones de la iglesia que van más allá de las Escrituras; la Biblia más los esfuerzos modernos para "mejorar" lo que escribieron los profetas y apóstoles--pero sea lo que sea, en el momento en que le demos a cualquier otra cosa el mismo nivel de autoridad espiritual que a la Biblia, estamos en un camino que nos aleja de Dios y de su verdad. Veamos cómo otras afirmaciones de autoridad contrastan con la autoridad definitiva de contar solamente con la Biblia.
Experiencias Personales
En primer lugar, pensemos en las experiencias personales y en las revelaciones privadas. A algunas personas les gusta decir: "El Señor me dijo esto" o "El Señor me dijo que". Si cuestionas una creencia suya con una declaración de la Biblia, ellos podrían decir: "Tú solo tienes tu teología, yo tengo mi experiencia". Pero el hecho es que la Palabra de Dios escrita está por encima de las experiencias personales y de las revelaciones.
Dios inspiró a Moisés a escribir los primeros cinco libros de la Biblia como un registro de quién es Dios y de qué quiere. El Señor dijo muy claramente que cualquier desviación de ese registro escrito, incluso si viniera con predicciones asombrosas, señales y maravillas milagrosas, no podría ser de Dios. Dios dijo a través de Moisés:
Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás. Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. (Deuteronomio 12:32-13:4).
Todo tipo de personas dicen tener un mensaje para otros que viene directamente del reino sobrenatural. A menudo, estas afirmaciones están compuestas por farsantes que llevan a cabo una estafa para hacerse ricos rápidamente. Pero, ¿y si ellos creen sinceramente en lo que están haciendo? Supongamos que ellos realmente tienen una visión o que escuchan una voz del reino espiritual. Supongamos que obtienen una capacidad sobrenatural para hacer predicciones o para realizar señales y maravillas. Según Dios, eso no prueba nada. El hecho de que algo sea espiritual no significa que sea el Espíritu de Dios. También hay espíritus malignos. El hecho de que algo sea sobrenatural no significa que sea divino. Podría ser demoníaco.
Es por eso que Dios, hablando a través de Moisés, nos advirtió que no debíamos escuchar a ningún soñador u obrador de milagros que hable en contra de la revelación escrita de Dios. Es por eso que Dios, hablando a través del profeta Isaías, denunció a médiums y a adivinos, y dirigió al pueblo de regreso hacia la ley escrita y hacia el testimonio de Dios. Y es por eso que Dios, hablando a través del profeta Jeremías, dijo que dejaran de igualar la experiencia, la imaginación y los sueños con la revelación divina. El Señor dijo a través de Jeremías,
"He oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé"... El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera... ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?... yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: El ha dicho. He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé." (Jeremías 23:25-32).
¿La Biblia es la autoridad final para tu fe? ¿Amas al Dios de la Biblia? ¿Crees y obedeces lo que él dice en las páginas de la Biblia? ¿O cuentas con sentimientos y experiencias aisladas de la Biblia, y sigues el ejemplo de aquellos que afirman tener poderes especiales y conocimientos espirituales más allá de lo que revela la Biblia? La Biblia, no la experiencia, es la autoridad definitiva.
No estoy diciendo que los Cristianos que creen en la Biblia nunca tengan experiencias espirituales. Las tienen. Pero esas experiencias, si son verdaderamente de Dios, vienen cuando el Espíritu Santo aplica la verdad bíblica a nuestros corazones, no cuando nos conmueve un sueño, una voz o un sentimiento que no tiene fundamento en la verdad bíblica. El Espíritu Santo de Dios usa las leyes y las advertencias de la Biblia para mostrarnos nuestro pecado y para humillarnos; él usa la verdad bíblica acerca de Jesús para llenarnos de fe y de confianza en el Salvador; él usa las promesas de la Biblia para llenarnos de paz y de alegría; y él usa la revelación bíblica de la majestad de Dios para llenarnos de asombro. Estas son experiencias profundas, pero son experiencias que no pueden ser separadas de las Escrituras, y que no añaden a las Escrituras.
He tenido varias experiencias espirituales. A veces he experimentado una tristeza horrible por mi pecado y siento un hambre abrumadora por Dios. En otras ocasiones, he sentido la dirección de Dios y he estado entusiasmado con la bondad de Dios. Incluso he soñado con el cielo. Pero mis experiencias, sentimientos y sueños no pueden reemplazar a la Biblia ni añadir a lo que Dios dice en la Biblia. En el mejor de los casos, estas cosas solo pueden confirmar lo que Dios dice en la Biblia. Cualesquiera que sean las experiencias que tengo o que no tengo, baso mi relación con Dios en su Palabra, no en mis sentimientos. Y cuando te hablo, no quiero que bases tu fe en ninguna experiencia mía, sino solo en la verdad segura de Dios revelada en las Escrituras. Mis experiencias podrían engañarme, y si predicara mis propias experiencias como evangelio, podría engañarte. Pero la Palabra de Dios nunca engaña.
El Espíritu Santo aplica la verdad bíblica en nosotros y nos ayuda a crecer en nuestro entendimiento y experiencia sobre aquello que él dice en la Biblia. Pero el Espíritu nunca revela nada acerca de Dios que no haya sido revelado en las páginas de la Biblia, y el Espíritu nunca contradice lo que dice en la Biblia. Entonces, aunque la experiencia espiritual y el sentido de la dirección de Dios fluyen de la verdad de Dios en las Escrituras, la autoridad definitiva es solamente la Biblia, no la Biblia más las experiencias personales.
Otros Libros
Estrechamente conectada con la experiencia y con las afirmaciones de sueños y de revelaciones personales está la cuestión de si alguien desde los tiempos de los apóstoles de Jesús ha escrito algo que tenga una autoridad igual a los libros de la Biblia. En los siglos posteriores a Jesús, varias personas han afirmado revelaciones asombrosas, y algunos han escrito libros. Como resultado, hay ciertos grupos religiosos que dicen que la Biblia es la Palabra de Dios pero no la Palabra completa de Dios. Otro libro (escrito por el fundador de su grupo) es también Palabra de Dios. ¿Es posible que la Biblia no sea definitiva y que otros libros puedan ser agregados a ella?
La respuesta es no. La Biblia está completa. Ninguna experiencia nueva puede añadir a la Biblia, y ningún libro nuevo tendrá la misma autoridad infalible y definitiva que la Biblia. En la Biblia, Dios ya ha dicho todo lo que quiere que sepamos sobre él y sobre su salvación, o al menos tanto como él quiere que sepamos hasta que lo veamos cara a cara en el cielo.
Hubo un tiempo, por supuesto, cuando la Biblia aún no estaba completa y el proceso de revelación todavía se estaba desarrollando. Durante el período del Antiguo Testamento, los escritos inspirados se añadían a las Escrituras de vez en cuando. Pero incluso estos escritos no eran solo una cuestión de experiencia personal. Cada libro que fue añadido a la Biblia era consistente con los libros que ya eran parte de las Escrituras, ya que era el mismo Dios el que habla en cada libro, y cada libro apuntaba hacia la venida del Salvador.
Por fin vino Jesús, en cumplimiento de la revelación del Antiguo Testamento. Luego, mientras los testigos oculares de la vida, de la muerte y de la resurrección de Jesús aún estaban vivos, Dios inspiró la escritura de la verdad de Cristo en su forma más clara y plena. Esos escritos ahora forman parte del Nuevo Testamento de la Biblia. Una vez que Jesús había venido y se había escrito el testimonio completo sobre él, la Biblia estaba completa. Lo que había comenzado a desarrollarse en el Antiguo Testamento había sido completamente revelado en Jesús y en el testimonio del Nuevo Testamento acerca de él. Como dice el libro del Nuevo Testamento de Hebreos: "Dios ha hablado por su Hijo Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo" (Hebreos 1:1- 2). Jesús es la revelación definitiva de Dios, y los libros que testifican sobre él son la Palabra definitiva de Dios. Ningún otro libro puede añadir al libro de Dios.
¿Esto significa que todos los libros, excepto la Biblia, son malos? No, pero significa que cualquier libro que afirme estar a la par con la Biblia es malo. Muchos grandes libros Cristianos han sido escritos a lo largo de los siglos, y ciertamente puedes beneficiarte al leer algunos de ellos. Pero estos libros no tienen la misma autoridad e infalibilidad que la Biblia, y no afirman tenerlas. En cambio, buscan basar su contenido en la Biblia, y animan a los lectores a verificar la exactitud de sus ideas volviendo a la Biblia misma. La autoridad definitiva es solamente la Biblia, no la Biblia más algún libro sagrado posterior.
Tradición
Solamente la Biblia es la autoridad definitiva. Esto excluye "la Biblia más las revelaciones privadas" y "la Biblia más otras escrituras sagradas", y también descarta "la Biblia más la tradición". Algunos grupos principales de iglesias afirman la verdad de la Biblia, pero dicen que la Sagrada Tradición se encuentra junto a la Sagrada Escritura y que tiene la misma autoridad. Los pronunciamientos de los concilios de la iglesia y los decretos de los líderes de la iglesia reciben el mismo peso que la Biblia. De hecho, ha habido momentos en la historia en que la Tradición no solo se hizo igual a las Escrituras, sino que, en la práctica, fue exaltada por encima de las Escrituras. Los líderes religiosos desalentaban la lectura de la Biblia y querían que sus seguidores dependieran solamente de su liderazgo y de sus tradiciones.
Situar la tradición al lado o por encima de las Escrituras ya era un problema en la época de Jesús. Jesús y sus amigos no siempre seguían las tradiciones de la élite religiosa. Por ejemplo, no llevaban a cabo ceremonias elaboradas para el lavado de manos y para la purificación ritual de tazas, jarras y de calderos antes de comer. Entonces los fariseos y los maestros de la ley le preguntaron a Jesús: "¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos?".
Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?... Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres" (Mateo 15:1-9). Jesús insistía en que cuando se trata de elegir entre las tradiciones humanas y la Biblia, la Biblia siempre debe ser la autoridad definitiva.
Cada nueva generación debe poner a prueba sus tradiciones, sus creencias y sus prácticas heredadas, sobre lo que está en contra de la Palabra de Dios. De lo contrario, terminamos haciendo lo que hicieron los fariseos. Hacemos nuestras tradiciones exigentes más importantes que los mandamientos de Dios. Peor aún, comenzamos a tratar estas cosas como parte del camino hacia la salvación, en lugar de confiar en que la salvación es solo por el don de Dios y que es recibida por la fe solamente en Cristo. Los líderes religiosos constantemente se ven tentados a agregarle algo propio a la Palabra de Dios y a su camino de salvación en Cristo.
Pero la Biblia dice: "Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso" (Proverbios 30:5-6). En otro lugar, la Biblia dice: "para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito" (1 Corintios 4:6). Y cerca del final del último libro de la Biblia, en el libro de Apocalipsis hay una severa advertencia acerca de no alterar lo que Dios ha dicho: "Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" (Apocalipsis 22:18-19).
Agregar tradición humana a la Palabra de Dios y darle la misma autoridad divina es un asunto mortalmente serio. ¿Esto significa que todas las tradiciones son malas? No, pero cualquier tradición que no tenga raíz en la Biblia y, sin embargo, afirme la misma autoridad que la Biblia--tal tradición ciertamente es muy mala.
La tradición puede ser buena, sin embargo, en su lugar apropiado. Puede desempeñar un papel positivo cuando es una tradición de estudiar y aplicar la Biblia. Este es el verdadero valor de la tradición. No deberíamos pretender que somos el primer y el único pueblo en leer la Biblia. Otros Cristianos a través de las épocas también han estudiado la Palabra de Dios. La han aplicado a muchas situaciones y la han usado para refutar muchos errores. Esta tradición de estudio bíblico y de aplicación es enormemente importante. La sabiduría combinada de la iglesia es muy valiosa. Pero es valiosa solo en la medida en que su autoridad esté enraizada en la Biblia, y siempre debe ser probada y corregida por la Biblia. La autoridad definitiva es solamente la Biblia, no la Biblia más la tradición.
Ideas Modernas
Ahora, si incluso la tradición de la iglesia no puede ponerse a la par con la Biblia, entonces seguramente las nuevas ideas acerca de Dios y las innovaciones en la enseñanza moral no deben recibir la misma autoridad que la Biblia. Hacer que tu autoridad final sea la Biblia más la filosofía moderna, o la Biblia más la psicología moderna, o la Biblia más la ciencia moderna, o la Biblia más la teoría literaria o histórica moderna, o la Biblia más el feminismo moderno, o la Biblia más una ideología política moderna, es negar la autoridad definitiva de la Biblia.
Muchos de nosotros confiamos demasiado en lo que sea que resulte ser la última investigación y la última moda pasajera. Pensamos que si aquello no es nuevo, no es verdad. Para aquellos de nosotros que somos así, la Biblia dice en Jeremías: "Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos." (Jeremías 6:16).
Sendas antiguas--esto no significa que tengas que vivir en el pasado e ignorar las nuevas percepciones y descubrimientos. Esto no significa que la Biblia enseñe todo lo que hay que saber acerca de todo. Pero la Biblia enseña todo lo que Dios quiere que sepamos acerca de Jesucristo, del camino de la salvación y del camino de la vida santa. Las sendas antiguas son el buen camino, porque el patrón sagrado de Dios es antiguo e inalterado, y porque su camino de salvación a través de la fe en sus promesas es antiguo e inalterado, así como siempre es fresco y animado.
En todas las épocas, existe la tentación de dejar que las ideas de esa época se mantengan al lado de la Palabra de Dios e incluso que tengan prioridad sobre ella. La investigación moderna puede tener un gran valor, pero no cuando se entromete con lo que Dios ha revelado en la Biblia. La Biblia debe estar por encima de estos otros campos de investigación; las ideas modernas no deben estar al lado o encima de la Biblia. Solamente la Biblia es la autoridad final para la fe y para la vida, no la Biblia más la investigación reciente.
"¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido". Solamente la Biblia enseña todo lo que es necesario para nuestra salvación del pecado. Solamente la Biblia es el estándar por el cual todas las enseñanzas y las conductas Cristianas deben ser medidas. Solamente la Biblia, ¡no la Biblia más! "Toda palabra de Dios es limpia… No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso". Solamente la Biblia es la autoridad definitiva. Ahora la única pregunta es, ¿aceptas solamente la Biblia como tu autoridad definitiva?