Lectura: Encuentro
Levítico 19:17-18
No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
Mateo 5:7, 9
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.... Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Mateo 18:15-16
Si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
Gálatas 6:1a
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre.
Reflexión sobre el encuentro
Como hemos visto, una comprensión de la justicia restaurativa del delito se centra en las personas y en las relaciones involucradas y afectadas por el mal comportamiento criminal. El crimen es más que violar una ley o leyes. También daña a las personas y las relaciones.
Entonces resulta que una respuesta de justicia restaurativa hacia el crimen se centra en las personas y en las relaciones. Tal respuesta busca brindar oportunidades para que los delincuentes, las víctimas, las familias, los amigos y los miembros de la comunidad se reúnan – para que se encuentren y debatan sobre el delito y sus efectos sobre ellos y sobre sus relaciones.
Todo esto es profundamente consistente con los principios y prácticas bíblicas para responder a las malas acciones. Compara los pasajes de Levítico 19, Mateo 5 y 18 y Gálatas 6. Dios reconoce la realidad y el poder dañinos de la maldad. Los textos muestran que Dios se preocupa por las víctimas y por los delincuentes, ambas partes en conflicto. Dios quiere que las personas en conflicto hagan lo que puedan para reconocer el daño y sus consecuencias y luego buscar la restauración y la reconciliación. Los textos de Levítico, Mateo y Gálatas sugieren que esto se debe hacer a través de un compromiso personal entre personas que se enfrentan entre sí debido a malas acciones o conflictos.
El encuentro, entonces, es uno de los principios o valores clave en la práctica de la justicia restaurativa. Un encuentro puede ocurrir directamente en una reunión entre las partes involucradas. Alternativamente, puede ocurrir indirectamente a través de una secuencia de reuniones separadas con las partes involucradas, o mediante cartas, videos y similares.
Sean cuales sean los medios, un proceso de encuentro restaurativo tiene como objetivo lograr los siguientes objetivos:
· Reunir a las partes en conflicto en un proceso interactivo (por ejemplo, mediación, conferencias, círculos, intercambio de cartas o mensajes)
· Proporcionar un lugar para que las víctimas les cuenten su historia a otros, particularmente al delincuente
· Ofrecer a los delincuentes la oportunidad de reconocer sus acciones y comprender el daño que han causado.
· Hacer espacio para la comunicación y para la verdad, lo que lleva al intercambio de emociones, a la comprensión y a la empatía, e incluso a la confesión y al arrepentimiento.
· Llegar a un acuerdo sobre cómo lidiar con los efectos del crimen, especialmente a través de acciones que el delincuente emprenderá
· Crear el potencial para reconstruir o para transformar las relaciones
En resumen, la forma adecuada y eficaz para perseguir la justicia y el shalom después de un crimen es reunir a quienes están involucrados y afectados por ello, directa o indirectamente, en un encuentro personal.
A través del encuentro del uno con el otro, las partes pueden tomar responsabilidad de sus acciones y de sus reacciones. Pueden ejercer responsabilidad y compasión, y buscar restauración y transformación para sí mismos y para sus relaciones, al tratar personal y positivamente con el crimen y con sus efectos.
Usado con permiso - www.restorativejustice.org - un Ministerio de Confraternidad Carcelaria Internacional