Leer: Llamado y Regeneración (Louis Berkhof)
Llamado y Regeneración
por Louis Berkhof
1. Llamado
El llamado en general puede ser definido como ese acto de gracia de parte de Dios por el cual invita a los pecadores a aceptar la salvación que es ofrecida en Cristo Jesús.
Puede ser externo o interno.
a. Llamado externo. La Biblia habla de esto o se refiere a esto en varios pasajes, Mt. 28:19; 22:14; Lucas 14: 16-24; Hechos 13:46; 2 Tes. 1:8; 1 Juan 5:10. Consiste en la presentación y la oferta de la salvación en Cristo para los pecadores, junto con una ferviente exhortación para aceptar a Cristo por medio de la fe a fin de obtener el perdón de los pecados y la vida eterna. A partir de la definición, ya parece que contiene tres elementos, a saber,
(1) Una presentación de los hechos e ideas del evangelio;
(2) una invitación a arrepentirse y creer en Jesucristo, y
(3) una promesa de perdón y de salvación.
La promesa siempre es condicional; su cumplimiento solo puede esperarse en el camino de la verdadera fe y del arrepentimiento. El llamado externo es universal en el sentido de que viene para todos los hombres a quienes se les predica el evangelio. No está limitado a ninguna edad, nación o clase de hombres, y llega al reprobado, así como al elegido, Is. 45:22; 55:1; Ez. 3:19; Joel 2:32; Mt. 22: 2-8, 14; Ap. 22:17. Naturalmente, este llamado, como viniendo de Dios, es muy en serio. Él llama a los pecadores de buena fe, desea sinceramente que acepten la invitación, y con toda sinceridad les promete vida eterna a aquellos que se arrepienten y creen. Núm. 23:19; Sal. 81: 13-16; Prv. 1:24; Is. 1:18-20; Ez. 18:23, 32; 33:11; Mt. 23:37; 2 Tim. 2:18. En el llamado externo, Dios mantiene su demanda sobre el pecador. Si el hombre no acepta el llamado, menosprecia la demanda de Dios y, por lo tanto, aumenta su culpabilidad. También es el medio designado por el cual Dios reúne a los elegidos de todas las naciones del mundo, Ro. 10:14-17, y debe ser considerado como una bendición para los pecadores, aunque pueden convertirlo en una maldición, Is. 1:18-20; Ez. 3:18, 19; Amós 8:11; Mt. 11:20-24; 23:37. Finalmente, también sirve para justificar a Dios en la condenación de los pecadores. Si desprecian la oferta de salvación, su culpa es destacada en una luz más clara, Juan 5:39, 40; Ro. 3:5, 6, 19.
b. Llamado interno. Si bien distinguimos dos aspectos del llamado de Dios, este llamado es realmente uno. El llamado interno realmente es el llamado externo hecho efectivo por medio de la operación del Espíritu Santo. Siempre llega al pecador a través de la Palabra de Dios, que es aplicada de manera salvadora mediante la operación del Espíritu Santo, 1 Cor. 1:23, 24. A diferencia del llamado externo, este un llamado poderoso que es efectivo para salvación, Hechos 13:48; 1 Cor. 1:23, 24. Además, es un llamado sin arrepentimiento, uno que no está sujeto a cambio, y que nunca es retirado, Ro. 11:29. La persona llamada seguramente será salva. El Espíritu opera a través de la predicación de la Palabra haciendo efectivas sus persuasiones, para que el hombre escuche la voz de su Dios. Está dirigida al entendimiento iluminado por el Espíritu Santo, para que el hombre sea consciente de ello. Y siempre está dirigida a un cierto fin. Es un llamado a la comunión de Jesucristo, 1 Cor. 1:9, a heredar bendición, 1 Pe. 8:9, a la libertad, Gal. 6:18, a la paz, 1 Cor. 7:15; a la santidad, 1 Tes. 4:7; a una esperanza, Ef. 4:4, a la vida eterna, 1 Tim. 6:12, y al reino y a la gloria de Dios, 1 Tes. 2:12.
2. Regeneración
El llamado divino y la regeneración se encuentran en la relación más cercana posible entre sí. Con respecto a la regeneración, varios puntos merecen consideración:
a. Su naturaleza. La palabra "regeneración" no siempre es usada en el mismo sentido. Nuestra Confesión la usa en un sentido amplio, que incluye incluso la conversión. En la actualidad tiene un significado más restringido. En el sentido más restringido, denota ese acto de Dios mediante el cual el principio de la nueva vida es implantado en el hombre, y la disposición gobernante del alma es santificada. En un sentido un poco más amplio, designa, además de lo anterior, el nuevo nacimiento o la primera manifestación de la vida nueva. Es un cambio fundamental en el principio de la vida y la disposición gobernante del alma, y por lo tanto afecta a todo el hombre, 1 Cor. 2:14; 2 Cor. 4:6; Fil. 2:13; 1 Pe. 1:8. Es completada en un momento del tiempo, y no es un proceso gradual como la santificación. A través de ella pasamos de la muerte a la vida, 1 Juan 3:14. Es una obra secreta e inescrutable de Dios que nunca es percibida directamente por el hombre, pero que solo puede ser conocida por sus efectos.
b. Su autor. Dios es el autor de la regeneración. Las Escrituras la representan como la obra del Espíritu Santo, Juan 1:13; Hechos 16:14; Juan 3:5, 8. En contra de los arminianos mantenemos que es exclusivamente obra del Espíritu de Dios, y no en parte obra del hombre.
No hay cooperación de Dios y el hombre en la obra de regeneración, como la hay en la obra de conversión. Por otra parte, se debe decir que la regeneración en el más restringido sentido de la palabra, es decir, como el implante de la vida nueva, es una obra directa e inmediata del Espíritu Santo. Es una obra creativa en la que, por esa misma razón, la palabra del evangelio no puede ser usada como instrumento. Se puede decir que St. 1:18 y 1 Pe. 1:23 prueban que la palabra de la predicación es usada como un instrumento en la regeneración, pero estos pasajes se refieren a la regeneración en un sentido más amplio, como incluir el nuevo nacimiento. En ese sentido más inclusivo, la regeneración es producida indudablemente a través de la instrumentalidad de la Palabra.
c. Su necesidad y lugar en el orden de la salvación. Las Escrituras no dejan dudas sobre la necesidad absoluta de la regeneración, pero la afirma en términos más claros, Juan 3:3, 5, 7; 1 Cor. 2:14; Gal. 6:15. Esto se desprende del hecho de que, por naturaleza, estamos muertos en nuestros delitos y pecados, y debemos ser dotados de una nueva vida espiritual, a fin de disfrutar del favor divino y de la comunión con Dios. A menudo es planteada la pregunta sobre cuál de los dos es primero, el llamando o la regeneración. En respuesta a esto, se puede decir que, en el caso de los adultos, el llamado externo generalmente precede o coincide con la regeneración en el sentido restringido. La regeneración, como implantación de la nueva vida, precede al llamado interno, y el llamado interno precede a la regeneración en el sentido más amplio, o al nuevo nacimiento. Encontramos que la mayor parte de este orden está indicado en el registro de la conversión de Lidia, Hechos 16:14, "Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo (llamado externa); y el Señor abrió el corazón de ella (regeneración en el sentido restringido) para que estuviese atenta a lo que Pablo decía (llamado interno).”
Para memorizar. Pasajes que prueban:
a Llamado externo:
Marcos 16:15, 16. “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
Mt. 22:14. “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.”
Hechos 13:46. “Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.”
b. Llamado del réprobo:
Prv. 1:24-26. “Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, Sino que desechasteis todo consejo mío y mi reprensión no quisisteis, también yo me reiré en vuestra calamidad, y me burlaré cuando os viniere lo que teméis.”
1 Pe. 3:19, 20a. “En el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé.”
Confiere también las parábolas de Mt. 22:1-8, 14; Lucas 14:16-24.
c. Seriedad de este llamado:
Prv. 1:24-26, cf. abajo sobre b.
Ez. 18:23, 32. “¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?... Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.” Cf. también 33:11.
Mt. 23:37. “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”
d. La necesidad de la regeneración:
Jer. 13:23. “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?”
Juan 3:3, 7. “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.... No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.”
e. La Regeneración y la Palabra:
St. 1:18. “El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.”
1 Pe. 1:23. “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”
Para Estudio Adicional:
a. ¿El llamado es obra de una Persona de la Trinidad o de las tres? 1 Cor. 1: 9; 1 Tes. 2:12; Mt. 11:28; Lucas 5:32; Mt. 10:20; Hechos 5:31, 32.
b. ¿La palabra "regeneración" es usada en la Biblia? Tito 3: 5. ¿Qué otros términos son usados para expresar esta idea? Juan 3:3, 5, 7, 8; 2 Cor. 5:17; Ef. 2:5; Col. 2:13; St. 1:18; 1 Pe. 1:23.
c. ¿Tito 3:5 prueba que somos regenerados por medio del bautismo? Si no, ¿cómo lo explicarías?
Preguntas para Repaso:
1. ¿Qué queremos decir con llamado?
2. ¿Cómo difieren el llamado externo y el interno?
3. ¿Qué elementos están incluidos en el llamado externo?
4. ¿En qué sentido son universales?
5. ¿Cuál es su propósito?
6. ¿Cómo se relaciona el llamado interno con el externo?
7. ¿Somos conscientes de eso?
8. ¿A qué fin está dirigido?
9. ¿Qué significados distintos tiene la palabra "regeneración"?
10. ¿Qué es en el sentido más restringido?
11. ¿Cuál es la naturaleza del cambio forjado en la regeneración?
12. ¿La regeneración es una obra solo de Dios o de Dios y el hombre?
13. ¿La Palabra es utilizada como un instrumento de la regeneración?
14. ¿La regeneración es absolutamente necesaria? Pruébalo.
15. ¿Cuál es el orden del llamado y de la regeneración?