Artículo: Aquel Que Bautiza Con el Espíritu Santo (John Piper)
Este Es Quien Bautiza con el Espíritu
Santo
23 de Noviembre de 2008 por John Piper
Escritura: Juan 1:25-34
Tema: El Espíritu Santo
Serie: El Evangelio de Juan
Juan 1:25-34
Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? 26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. 27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. 28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando. El Cordero de Dios 29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. 31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
La última vez nos enfocamos en uno de los testimonios de Juan el Bautista acerca de Jesús. Él dijo que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Juan 1:29: "El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Esta es la mejor noticia: el Hijo eterno de Dios vino al mundo no para juzgarnos, sino para quitar nuestro pecado. Espero que estés disfrutando de esta libertad de la culpa de tu pecado.
Hoy nos enfocamos en otro gran testimonio que Juan dio acerca de Jesús, a saber, que él es el que bautiza con el Espíritu Santo. Juan 1:33: "Y yo no le conocía; pero el que me envió [Dios] a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo." Ese es nuestro enfoque hoy—lo que significa el bautismo de Jesús con el Espíritu Santo. ¿Por qué Juan hizo de esto parte de su mensaje? De todas las cosas que pudo haber dicho sobre Jesús y sobre su ministerio, ¿por qué dijo esto? ¿Por qué decir esto es, de hecho, un gran testimonio de Jesús? ¿Por qué no es principalmente un testimonio del Espíritu Santo?
Un Contraste entre Bautismo de Juan y el de Jesús
Nota primero que Juan el escritor del Evangelio establece un contraste entre el bautismo de Juan con agua y el bautismo de Jesús con el Espíritu. Veamos cómo lo hace. Primero, el versículo 31: "Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua". Así que Juan enfatiza nuevamente el gran no que está sobre su vida: No el Cristo. No el profeta. No Elías reencarnado. No el gran conocedor de Jesús. Solo una voz que dice: Prepárense para encontrarse con el Dios de Isaías 40 en forma humana. Y solo un bautizador en agua pura de manera que pueda preparar a algunas personas para reconocer a Jesús.
El Espíritu como una Paloma
Luego, el versículo 32: "También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él". Sorprendentemente, el Evangelio de Juan no informa sobre el bautismo de Jesús. Sabemos por los otros Evangelios que la descensión de la paloma ocurrió en el bautismo de Jesús (Mateo 3:16). Pero Juan simplemente dice que el Espíritu vino como una paloma, sin mencionar el bautismo de Jesús.
¿Por qué una paloma? La paloma era uno de los animales limpios que podrías sacrificar si eras demasiado pobre para permitirte un cordero (Levítico 5:7). Por lo tanto, representaba pureza, bajeza o humildad. Entonces, de todas las aves que conectan el cielo y la tierra mediante su vuelo y aterrizaje, la paloma era la que parecía el símbolo más adecuado del Espíritu Santo. ¡El Espíritu Santo es santo! El Espíritu Santo es puro. Y el Espíritu Santo, lo veremos en unos minutos, es la persona más modesta (es decir, sencilla o humilde) de la Trinidad.
El Espíritu Permaneció en Jesús
Así que el Evangelio de Juan omite el bautismo de Jesús sin una mención para enfocar toda la atención en una sola cosa: el Espíritu Santo puro y manso vino sobre Jesús y permaneció sobre él. Mira esa frase al final del versículo 32: "Y permaneció sobre él". No pienses que el Espíritu Santo es una cosa y no una persona. Ese pasaje menciona a la paloma. Pero en realidad es el Espíritu Santo quien permanece. Y veremos muchas pruebas de que el Espíritu Santo es una persona por derecho propio. Una persona, no una cosa, vino a Jesús.
El punto de enfatizar que el Espíritu Santo vino sobre Jesús y permaneció en él es que esto deja en claro que él puede bautizar en el Espíritu Santo. Ahí es a donde Juan se dirige. ¿No es asombroso que Juan el Evangelista no solo no exponga el bautismo de Jesús, sino que tampoco diga una palabra sobre el significado del bautismo de Juan, como que es un bautismo de arrepentimiento (Marcos 1:4)? Él solo dice que está destinado a revelar a Cristo (versículo 31). La razón de este pobre informe es que Juan está fascinado con una cosa: El agua de Juan contra el Espíritu de Jesús.
La Enorme Superioridad de Jesús
Él quiere que nosotros experimentemos la gran superioridad de Jesús en este contraste. Bautizar con el Espíritu y bautizar con agua es la diferencia entre un rayo y una luciérnaga. Es la diferencia entre una persona y una pintura, entre un matrimonio y un anillo, entre un nacimiento y un certificado de nacimiento, entre la inmersión en agua y la inmersión en Dios.
Entonces, lo que Juan está diciendo en este contraste es lo que ha estado diciendo todo el tiempo: no soy nada comparado con aquel. Lo que yo hago y lo que él hace se ubica en dos categorías radicalmente diferentes. No me atrevo a desatar sus sandalias. Él estaba absolutamente delante de mí. Él se ubica infinitamente por encima de mí. Yo soy la voz. Él es el Mensaje. Yo soy el puntero temporal. Él es la Persona eterna. Soy un simple hombre. Él es el Dios-hombre.
¡Los Días del Mesías Están Aquí!
Y el enfoque de la superioridad de Cristo en este pasaje es el hecho de que él bautiza en el Espíritu Santo, mientras que Juan simplemente bautiza en agua. ¿Por qué? ¿Por qué Juan decidió mencionar esto aquí al comienzo de su Evangelio? Aquí hay una razón.
El Antiguo Testamento deja en claro que el esperado Mesías sería fortalecido por el Espíritu de Dios y que en su momento, el Espíritu sería derramado sobre todo su pueblo de formas nuevas y maravillosas.
El Espíritu y el Mesías de Dios
Por ejemplo,
Isaías 11:1-2: " Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová".
Isaías 42:1: "He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.
Isaías 61:1: (este es el texto citado de Jesús acerca de sí mismo en Lucas 4:18) "El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos.
Esta es la razón por la cual Dios le dijo a Juan en Juan 1:33: "Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo". En otras palabras, los profetas dijeron que esto ocurriría de esta manera; así, cuando vieras que sucede, sabrías que ha venido el que bautiza con el Espíritu.
El Espíritu y el Pueblo de Dios
Y el Antiguo Testamento describió lo que sucedería para el pueblo del Mesías. Por ejemplo,
Joel 2:28: "Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne." Isaías 44:3: "Derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos".
Ezequiel 36:27: "Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos".
Esto es al menos parte de lo que se incluiría en este bautismo con el Espíritu Santo. Entonces Juan menciona el Espíritu Santo y su venida sobre Jesús, y el bautismo de Jesús con el Espíritu, para enfatizar que los días del Mesías están aquí. Las promesas tan esperadas se están cumpliendo.
¿Qué Significa el Bautismo de Jesús con el Espíritu Santo?
Entonces, ¿qué significa esto? ¿Qué tiene en mente Juan el escritor de los Evangelios cuando nos dice lo que dice Juan el Bautista en el versículo 33, "ése es el que bautiza con el Espíritu Santo”? ¿Qué significa el bautismo con el Espíritu Santo?
1) El Espíritu Santo Viene A Través de Jesús
Primero, significa que de ahora en adelante, ahora que Dios ha venido en carne, el Espíritu Santo vendrá a las personas por medio de Jesucristo. El Espíritu vino sobre Jesús y permanece sobre Jesús, y por lo tanto, Jesús es quien da el Espíritu (Juan 15:26). El Espíritu Santo no hará su obra redentora independientemente de Jesús. Jesús será el medio por el cual cualquiera recibirá el Espíritu. Cualquier obra de salvación que el Espíritu haga, la hace por causa de Jesús. El Espíritu no fluye como un fluido a través del mundo desapegado de Jesús. Donde quiera que éste se mueve, se mueve con Jesús y por Jesús. Eso es lo primero que significa decir que "Jesús bautiza con el Espíritu".
2) Jesús Sumerge a las Personas en el Espíritu
Segundo, significa que Jesús sumerge a las personas en el Espíritu. Eso es lo que significa la palabra bautizar. Hay representaciones en la Biblia del Espíritu siendo derramado. Pero cuando se introduce la idea del bautismo (es decir, inmersión), el punto es que el Espíritu se derrama sobre nosotros hasta tal punto que nos envolvemos en él.
El objetivo de esta representación es que el Espíritu se vuelve profundo e influyente en nuestras vidas. Cuando estás inmerso en algo, ello te toca en todas partes. Entonces, cuando Juan dice que Jesús bautizará con el Espíritu, quiere decir que llegará el día en que la vida del pueblo de Dios se sumergirá en la vida del Espíritu con efectos profundos y penetrantes.
3) El Bautismo Representa Todo lo que el Espíritu Hace por Nosotros
En tercer lugar, ¿cuáles son esos efectos? Ahora aquí podríamos dejarnos llevar directamente al debate sobre si el término "bautismo con el Espíritu" se refiere a una segunda bendición en la vida cristiana algún tiempo después de la conversión marcada por hablar en lenguas, o si se refiere al punto de la conversión. Pero no creo que la forma en que se plantea esa pregunta nos ayude aún.
Como he tratado de dejar que Juan defina lo que quiere decir con el bautismo con el Espíritu, me parece que se trata de un término amplio y abarcador, que incluye toda la gran obra de salvación, santificación y empoderamiento del Espíritu en esta época. No creo que se trate de un término técnico que se refiera a una parte de la vida cristiana, digamos conversión, hablar en lenguas, o un acto audaz de testimonio. Es el derramamiento continuo y a veces extraordinario del Espíritu Santo sobre el pueblo de Dios. Los sumerge no solo en una o dos, sino en cientos de sus poderosas influencias.
En otras palabras, si no has nacido de nuevo, una forma de describir tu necesidad es que debes ser bautizado con el Espíritu. Es decir, necesitas sumergirte en el Espíritu de Dios con el efecto de que nacerás de nuevo y llegarás a la fe en Cristo. Si naces de nuevo, pero estás languideciendo en un tiempo de debilidad, de miedo y de derrota, una manera de describir lo que necesitas es bautizarte en el Espíritu. Es decir, necesitas un nuevo derramamiento de su poder audaz revelador de Cristo, que despierte el corazón, que venza el pecado. Cada necesidad espiritual que tenemos antes y después de la conversión es suministrada por Cristo, sumergiéndonos en mayor y menor grado en el Espíritu Santo.
Así que no tomo el bautismo con el Espíritu en Juan como un término técnico para una experiencia de la vida cristiana, sino como un término general para todo lo que el Espíritu Santo hace por nosotros a causa de Cristo.
Cuatro Efectos del Espíritu Santo en Nuestras Vidas
Seamos específicos y veamos por el resto del Evangelio por qué creo que esta es la forma en la que Juan lo veía. Aquí hay un examen rápido del resto del Evangelio. Mencionaré cuatro efectos del Espíritu Santo en nuestras vidas. Hay más.
1. El Espíritu Santo da vida nueva.
Juan 6:63: "El Espíritu es el que da vida." ¿Cómo? Por causa del nuevo nacimiento. "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. . . . Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es" (Juan 3:3, 6). El primer gran efecto salvador de ser bautizado en el Espíritu Santo es nacer de nuevo.
2. El Espíritu Santo nos hace no solo triunfadores, sino también vivificantes.
Juan 7:38-39: "El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu." El Espíritu no sólo nos hace vivos; él nos hace vivificantes. Él fluye hacia fuera como una primavera rebosante.
3. El Espíritu Santo, testifica de Jesús.
Juan 15:26: "Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí." Tendremos mucho que decir acerca de este glorioso testimonio interno del Espíritu hacia Jesucristo, pero baste decir por ahora, que si alguno ve a Cristo como convincentemente digno y verdadero, es por la obra del Espíritu en su vida. Como dijo Pablo en 1 Corintios 12:3, "nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo".
4. El Espíritu Santo glorifica a Jesús.
Juan 16:14: "Cuando venga el Espíritu de la verdad . . . El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber." La obra del Espíritu Santo que todo lo integra es hacer que veamos a Jesús como alguien magnífico.
El Miembro Más Modesto de la Trinidad
Estos dos últimos puntos (3 y 4) dan una respuesta a una de las preguntas que formulamos pero que no han sido respondidas del todo. Preguntamos, ¿por qué el hecho de decir que Jesús bautiza con el Espíritu Santo es testimonio principalmente de Jesús, y no principalmente del Espíritu Santo? En otras palabras, ¿por qué decir esto exalta a Jesús y no al Espíritu? Puede sonar como si Jesús fuera solo un escalón para la persona realmente grandiosa, es decir, el Espíritu—que Jesús es grandioso porque derrama a aquel realmente grande.
Pero, ¿qué hemos visto en Juan 15:26 y 16:14? Cuando el Espíritu venga, ¡dará testimonio de Jesús! Cuando el Espíritu venga, ¡glorificará a Jesús! Es por eso que dije al principio que el Espíritu Santo es la persona más modesta y humilde de la Trinidad. Cuando él viene, viene a dar testimonio de Cristo y a glorificar a Cristo.
Jesús: El Fundamento y el Objetivo del Bautismo en el Espíritu
Entonces volvamos a Juan el Bautista. Juan dice que Jesús te bautizará con el Espíritu Santo. Ahora vemos por qué ese es un gran tributo a la grandeza de Jesús. No es solo porque Jesús es la base de todo el bien que el Espíritu hace en nosotros y para nosotros. Si Jesús no hubiese sido el primer Cordero de Dios que quita el pecado al morir, nunca hubiese podido ser el bautizador que da el Espíritu al resucitar. Pero él no es solo la base de la obra del Espíritu.
Jesús también es el objetivo de todo lo que el Espíritu hace en nosotros y para nosotros. Él nos sumerge en el Espíritu, y nadie más puede hacerlo. Y luego aquel en quien nos sumerge, testifica de Jesús y glorifica a Jesús. Jesús es la base y la meta del bautismo en el Espíritu.
Todas las cosas de Jesús y por Jesús
Entonces, el punto final del testimonio de Juan es que, bajo Dios el Padre, todas las cosas son de Cristo y todas las cosas son para Cristo, incluyendo el Espíritu Santo.
La razón principal por la que necesitamos el bautismo del Espíritu Santo—el gran derramamiento del Espíritu, la gran inmersión de cada parte de nuestras vidas en el Espíritu—se debe a que el objetivo de Dios en cada parte de nuestras vidas es la gloria de Jesucristo. ¿Tu vida magnifica a Cristo en cada parte? Si no, ora, como yo lo hago a menudo, por un bautismo nuevo y más completo en el Espíritu Santo. Oh Espíritu Santo, ven. Oh Cristo resucitado, por tu gran nombre, concédenos un nuevo bautismo en tu Espíritu Santo.
©2013 Fundación Deseando a Dios. Usado con Permiso.
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