Lectura: Capítulos 1 y 2 del Libro El Ministerio Juvenil Efectivo
Lucas Leys Capítulo 1 Las Variables del Ministerio Juvenil “Un joven no es un vaso que se llena, es un fuego que se enciende” Rabelais Los líderes juveniles son mi tipo de gente favorita. Tienes ganas de hacer una diferencia en las nuevas generaciones y Dios te contrató para que trabajes con la juventud. Ajustémonos el cinturón porque acá vamos: Para desarrollar un ministerio efectivo entre la juventud es indispensable reconocer los elementos esenciales de un ministerio juvenil y establecer cómo estos deben interactuar para producir mejores resultados. Una gran cantidad de líderes y ministerios juveniles exitosos han propuestos sistemas y estrategias que les han sido apropiados en su experiencia. Estos sistemas pueden haber sido muy útiles al ser copiados por otras organizaciones e iglesias pero no siempre al adaptarlos han producido los mismos resultados que en el lugar original. Por eso mi interés no es proponer otro sistema sino reconocer aquellos elementos comunes a todos los programas que han estado dando resultados y considerarlos activamente para sugerir una estructura que pueda ser fácilmente adaptada a cualquier contexto, tamaño, denominación y estilo ministerial. Pero tenemos que tirar un flechazo de entrada: Al hablar de ministerio juvenil efectivo no me estoy refiriendo a tener un grupo juvenil multitudinario ni exclusivamente a un tipo de crecimiento numérico. Los números pueden ser un elemento de evaluación pero no son “ÉL” núcleo del ministerio juvenil efectivo. Más adelante vamos a profundizar en esto. Por ahora déjame contarte que sé cómo se siente que te pregunten cuántos jóvenes tienes y tener que sentirte incómodo con la respuesta. Créeme, me la han hecho más veces de las que puedo contar y seguramente si todavía no te la hicieron pronto te la van hacer. Pero esa es una pregunta que muchas veces denota “ingenuidad.” La pregunta “cuántos” suele pasar por alto conceptos como: proceso, contexto, visión pastoral, temporadas y propósitos por nombrar algunos. El Señor me ha dado el regalo de poder servirle en una iglesia cuando apenas tenía 70 miembros y también en una de más de 7.000. De la experiencia de años trabajando en distintas iglesias locales, de distintas denominaciones y en diferentes países, más mi experiencia en diversas organizaciones, he podido precisar la consideración de algunos elementos como fundamentales para cualquier ministerio juvenil sano sea cual sea la situación contextual. Antes creía que el ministerio juvenil se trataba de hacer una linda reunión de jóvenes cada fin de semana. Para mi el liderazgo era tener acceso al micrófono y participar de las decisiones acerca de quién predicaba, quién dirigía la alabanza y cuándo y dónde iban a ser las actividades especiales. Sin ser del todo consciente de ello, lo único que me interesaba era que el resto de los jóvenes de la iglesia pensaran que yo si sabía estar al frente. Nunca había reflexionado demasiado en las verdaderas necesidades de los jóvenes que estaba afectando y menos que menos estaba pensando en los jóvenes de fuera de la frontera de las paredes del templo de mi congregación. No me mal entiendas: constantemente hablábamos de evangelismo. Se suponía que nuestros sermones de tanto en tanto eran evangelísticos y cada vez que algún grupo de música tocaba siempre se suponía que lo hacían con el “único” objetivo de evangelizar. Si bien los elementos estaban dando vueltas por el ministerio que tenía a la mano hacer, nunca había podido visualizarlos claramente y ni hablar de ubicarlos en algún tipo de estructura u orden para elaborar una estrategia inteligente a la juventud. Creo que me ocurría como tantas veces que pierdo mis llaves. Las busco y las busco como loco y termino encontrándolas en el lugar más obvio. Es que los elementos los tenemos en la nariz. Sin embargo, la gran mayoría de los líderes juveniles nunca hicieron una profunda reflexión en ellos y yo puedo dar testimonio como tantas veces no supe ni de qué se trataban. Pero no te hago esperar más; acá van: Los Elementos Básicos del Ministerio Juvenil Efectivo Los siguientes son los elementos sobre las que vamos a ahondar en este libro: Elemento 1. Adolescentes y jóvenes (¿Qué sucede en sus interiores y qué verdaderamente necesitan?) Elemento 2. Propósitos (¿A dónde nos dirigimos en el ministerio juvenil y qué queremos lograr?) Elemento 3. Programas (¿Cómo deben ser las actividades y la programación para atraerlos a la iglesia, satisfacer sus necesidades y movilizarlos a los propósitos?) Elemento 4. Relaciones (¿Cómo retener a los jóvenes en la iglesia y lograr mejores resultados con sus vidas personales?) Elemento 5. Liderazgo (¿Cuáles son las características fundamentales de los y las líderes juveniles efectivos y qué de los distintos estilos?) Elemento 6. Contexto Cultural (¿Cómo es la cultura y cuáles son las tendencias en los comportamientos de los adolescentes que queremos alcanzar?) Estos 6 elementos no se tratan de componentes aislados. Es muy importante analizar cómo interactúan y por esa razón también los vamos a llamar variables. Sea tu iglesia carismática o conservadora, grande o pequeña, histórica o independiente, se encuentre en Alaska o la India, estos elementos variables deben ser cuidadosamente puestos en su lugar. El siguiente diagrama representa los que estaremos desmenuzando en los siguientes capítulos del libro. Allí están los 6 elementos y están colocados en una estructura que nos va a dejar ver como estos elementos varían y se interrelacionan. Del diálogo variable entre estos elementos desprenderemos 6 claves para un ministerio juvenil efectivo. Seis dispositivos que al ser detonados correctamente pueden hacer explotar una expansión sana en tu ministerio juvenil Las Víctimas Ahora detengámonos unos minutos a conversar de las víctimas de nuestros ministerios. Si, los chicos … Al pensar en la presente generación un adulto no puede dejar de experimentar sentimientos confusos. Por un lado los jóvenes representan la energía, los sueños, las ganas y el futuro. Por el otro, como decía Mark Twain, a veces da ganas de meterlos en un barril y alimentarlos por un hoyo hasta que sean adultos. De hecho, eso es exactamente lo que muchas iglesias han pretendido hacer. Hace poco un pastor me decía sin la menor sospecha de que a mi me parecía una barbaridad lo que estaba diciendo, que los sábados tenían las reuniones para que los jóvenes se “entretengan” y los líderes en formación “practiquen.” Y ojo, quizás te parezca muy descarado usar la palabra “entretenimiento.” Usualmente no se usa, pero te hago una confesión: personalmente ya me estoy cansando de escuchar a cada músico cristiano decir que no está en el escenario para entretener. Yo no tengo ningún problema con el entretenimiento. Creo que en cada reunión debe haber buen entretenimiento y obviamente todo lo que tiene que ver con la música tiene la posibilidad de serlo. De hecho lo hay, solo que nos da demasiado miedo llamarlo así. Mi problema con lo que me dijo este pastor era la visión del ministerio juvenil que había dejado asomar. Definitivamente el ministerio juvenil no se trata de entretener a los jóvenes para que mientras pasan por la adolescencia no se metan en problemas y menos que menos se trata de una práctica hacia el ministerio “en serio.” Siempre digo en broma, pero también en serio, que no podemos pensar que el ministerio más trascendente es aquel que se hace con personas que solo cambian por milagro como es el caso de los adultos … Los jóvenes de hoy NO necesitan líderes que “practiquen” con ellos mientras se van preparando para su carrera de política ministerial. Ellos necesitan líderes que tengan la suficiente visión como para entender que el ministerio juvenil no se trata de tenerlos adentro de un barril llamado templo para darle comida llamada Biblia por un hoyo llamado predicación de micrófono. Este es un libro acerca de alcanzar y discipular a una generación que va alterar la historia de la tierra y necesita urgentemente a Jesucristo ahora. Esta es la generación de la multimedia, del ciberespacio y del pensamiento mosaico: la posibilidad de captar varios mensajes al mismo tiempo y construir las ideas como ninguna generación lo hizo antes. Una generación que no puede ser tipificada tan fácilmente como las generaciones del siglo pasado. En los capítulos que siguen vamos a hablar de posmodernidad pero déjame decirte algo ahora: esta no es la generación X, Y ni Z. Ni siquiera es la de los mileniales como pronto podrás escuchar en casi todas las universidades de sociología de Hispanoamérica. Esta es la generación del vitró. La de una infinita cantidad de piezas diversas que se entrelazan al mismo tiempo en la capilla de la globalización. Por eso en este libro vamos a conversar de las tendencias generales y de los cambios que estamos experimentando en la sociedad de hoy, y tengo el anhelo de que tu puedas concentrarte en “tus víctimas”, los jóvenes a los que Él te llamó, y los tengas presentes al pensar en cada idea que conversemos en estas páginas. Al referirme a los jóvenes lo hago en especial pensando en lo que comúnmente es considerado la adolescencia hasta que se gradúan de adultos jóvenes. Es decir, a aquellos jóvenes que se encuentran entre los doce y aproximadamente el fin de la universidad.2 Claro que vamos a conversar de todas las edades y particularmente vamos a notar las enormes diferencias que hay en ambos extremos. Pero aunque los términos jóvenes y adolescentes se usen indistintamente en diferentes oportunidades, son mayoritariamente los adolescentes el eje de esta investigación y la masa protagonista del ministerio juvenil de hoy. Se que al pensar en adolescentes más de un líder se asusta. Piensan: bueno a mi me gustan los más grandes porque ellos se saben portar mejor en las reuniones y me puedo comunicar mejor con ellos. Claro, vaya novedad. Cuanto más grande un joven es, por regla general debería ser más maduro y poder relacionarse mejor con su medio ambiente. La mayor parte de las iglesias tienen actividades o programas para los jóvenes más grandes pero descuidan a los que están en edad secundaria. Y lo entiendo. Quizás alguna vez te pasó como a mi. Llamaste a un adolescente por teléfono y descubriste lo que verdaderamente era un monólogo: 2 Hay distintas discusiones de a qué edad termina la adolescencia. Los que ponen la barra más abajo señalan el fin de la secundaria mientras los que la ponen más arriba mencionar hasta los veinticuatro o veinticinco. Este estudio coloca la barra en los veintiuno teniendo en cuenta a esa edad son considerados adultos por la ley de la mayoría de los países y por ende hay un dramático cambio de obligaciones. L: ¡Hola Juan! J: ¿Quién habla? L: Lucas J: (silencio) ¿qué Lucas? L: el pastor J: mmhe … (crece el nerviosismo de ambos lados) L: ¿Llegas recién de la escuela? ¿Qué hiciste hoy? J: Nada L: mmm, ¿y ahora qué vas a hacer? J: Nada L: Ah ¿y el sábado? ¿qué vas a hacer el sábado? J: Nada Aprendiste la actividad más popular entre los adolescentes varones: “nada.” Pero hay toda una sociedad de consumo que está orientada hacia ellos y definitivamente son ellos los que tienen más posibilidades de hacer cambios en sus hábitos, carácter, identidades y futuros. Por eso es indispensable reconocer los elementos de un ministerio juvenil inteligente y ponerlos en su lugar para ser efectivos. Las 6 Claves del Ministerio Juvenil Efectivo Las seis claves tienen que ver con poner los elementos a trabajar como engranajes. Aquí están 1. Los adolescentes y jóvenes son el eje, el engranaje central. El ministerio es a ellos y para ellos. No es para satisfacer mis necesidades personales. No es para hacer carrera hacia el ministerio en serio. No es porque alguien tiene que hacerlo porque siempre se hizo ni porque el pastor manda. Lo que a ellos les sucede tiene que estar en el centro de nuestros intereses si queremos ser líderes juveniles efectivos. 2. Los ministerios juveniles efectivos saben a dónde se dirigen. Tienen metas y objetivos. Se han detenido a pensar en qué es lo que Dios pretende de ellos y se lanzan a cumplir su parte en el propósito general de la Iglesia de Cristo sin importar el precio. 3. Los ministerios que funcionan establecen estrategias apropiadas para conseguir los objetivos. Dejan de lado los “siempre se hizo así” y los reemplazan con métodos pertinentes para un espacio y un tiempo determinado. Paran la rueda de la inercia y evalúan cuál es el mejor medio para llevar a los jóvenes y adolescentes a la madurez en Cristo y el crecimiento de la Iglesia. 4. Los ministerios juveniles efectivos trabajan inteligentemente las relaciones. Reconocen el estilo de discipulado del mismo Cristo. Tienen líderes dispuestos y disponibles que hacen contactos personalizado con las necesidades de los jóvenes y generan una atmósfera de aceptación y amistad entre la juventud. 5. Los ministerios sanos tienen líderes sanos que ejercitan apropiadamente los distintos estilos de liderazgo para poner claro los propósitos, establecer los programas y cultivar las relaciones buscando el bien común. Están íntimamente conectados a Cristo y trabajan en sus vidas ciertas características que son apropiadas para el ministerio juvenil. 6. Los ministerios juveniles efectivos son relevantes para la cultura de los jóvenes. Saben diferenciar lo que es central y lo que es periférico del evangelio y entablan diálogo con lo que la juventud vive fuera de la frontera de los templos con el fin de hacer un evangelismo y un discipulado cada vez más efectivo. Capítulo 1 Hoja de Trabajo para uso personal o equipo de trabajo 1. ¿Cuáles son los elementos básicos del Ministerio Juvenil? 2. ¿Por qué se llaman variables? 3. ¿Cuáles son las 6 claves de los ministerios juveniles efectivos? 4. Una frase que me impresionó de este capítulo es … 5. Mencionar 3 ideas de cómo se implementaría el contenido de este capítulo desde tu posición entre la juventud www.especialidadesjuveniles.com 1 1Leys, L. (2009). El Ministerio Juvenil Efectivo: El arte de alcanzar y discipular a las nuevas generaciones (21). Miami, FL: Editorial Vida. Capítulo 2 Los Cinco Carriles del Desarrollo “Todas las crisis tienen sus peligros y sus oportunidades” Martin Luther King Cada etapa de la vida tiene sus únicas características y sus más peligrosos desafíos. La adolescencia y la juventud no son la excepción. Durante la adolescencia los seres humanos empezamos a definir una identidad única e independiente de nuestros gestores o de los primeros referentes si los padres de sangre han estado ausentes. La identidad se convierte en el objetivo del desarrollo. Cuerpo, intelecto, experiencias y reacciones, relaciones y un sentido de trascendencia son las avenidas por los que corre la maduración hacia la meta de definir a un individuo independiente. Si deseas desarrollar una pastoral juvenil efectiva es indefectiblemente necesario detenerse a considerar las características y necesidades propias de la edad depositaria del ministerio juvenil ¿Qué les sucede por dentro? ¿Cómo funcionan en su psiquis de acuerdo a su desarrollo? ¿Por qué manifiestan sus emociones de esa manera? Son preguntas importantes para quienes desean desarrollar un ministerio efectivo. Es muy fácil catalogar a los adolescentes por lo que les sucede por fuera. Cómo se visten, que palabras usan y a dónde les gusta salir de noche suele ocupar la atención de los adultos desplazando estas cuestiones más importantes y al fin al cabo las que producen que los adolescentes hagan lo que hacen. Me imagino que estarás recordando tantas oportunidades en que viste como se juzgaba a algún chico simplemente por lo aparente. La adolescencia se trata de “adolecer,” de experimentar el dolor de crecer en cada área del desarrollo en búsqueda de definir a un individuo maduro. La adolescencia y también la juventud son una avenida de transición que va desde la niñez a la adultez, y esta avenida tiene cinco carriles principales: • Físico • Intelectual • Emocional • Social • Espiritual En cada uno de estos 5 carriles hay factores propios de la etapa que son muy importantes para empezar a entender a nuestros jóvenes y empezar a evaluar las mejores maneras de liderarlos. Físico La pubertad marca el ingreso a la adolescencia. Del latín “pubescere” la palabra indica la aparición del bello púbico. Suena la alarma biológica y despiertan los órganos genitales. Niñas y niños sorprendidos se llenan de curiosidad por saber qué les esta pasando. Es un hecho biológico que la pubertad llega cada vez a edad más temprana. Lo que documentos señalan que hace siglos ocurría a los quince o dieciséis, hoy ocurre a los once o doce años de edad. De todas maneras el tiempo para este evento varia de persona en persona además de la diferencia de tiempo entre niñas y niños. El cuerpo empieza a dejar su aspecto aniñado y comienza a tomar formas adultas. En las niñas se ensanchan las caderas y en los varones los hombros. Aunque el vértice de la adolescencia es el desarrollo sexual, también cambian la voz y sobre todo se crece en estatura a partir de elongaciones en el esqueleto. Pero los cambios externos que ocurren en la adolescencia son iniciados por dentro en el sistema endocrino. El proceso empieza cuando el hipotálamo, parte del cerebro, instruye a la glándula pituitaria a activar las glándulas suprarrenales y a las gónadas (ovarios o testículos). Las gónadas producen testosterona en los varones y estrógeno y progesterona en las mujeres que son los responsables de la diferenciación del sistema reproductivo y en el caso del estrógeno y la progesterona son responsables de regular el ciclo menstrual. También el ambiente y circunstancias afectan el desarrollo físico: “Muchos factores afectan el crecimiento y el desarrollo físico. Entre los contribuyentes biológicos, el genotipo, la maduración y las hormonas. Pero también una adecuada nutrición, buena salud, y estar librados de traumas emocionales prolongados son necesarios para asegurar normal crecimiento y desarrollo.”3 El cuerpo es la parte siempre visible de quienes somos y las alteraciones que se van sufriendo en la adolescencia son parte de una batalla con consecuencias importantes. Todos estos cambios muchas veces resultan en problemas de coordinación, especialmente en varones “pegando el estirón,” en alteraciones en la alimentación ya sea comer por demás o comer menos de lo apropiado o en erupciones en la piel, debidas a la actividad glandular. Lo físico adquiere una importancia que no tenía ni volverá a tener y esto se traduce en hiper-sensibilidad a cada signo de cambio aunque sea un nuevo granito. Intelectual El desarrollo en este carril se inicia con la aparición del pensamiento abstracto. Jean Piaget lo pone en estos términos: “La gran novedad resultante (de la adolescencia) reside en la novedad de manipular ideas, en lugar de limitarse a manipular objetos.”4Si bien este área va a tener que ver mucho con la emocional debido a que el pensamiento abstracto esta 3 (Shaffer 1989:182) 4 (Piaget 1977:49) caracterizado por la reflexión en las propias emociones, tiene sus propias señales y facetas. El pensamiento abstracto es la posibilidad de reflexionar en cosas inmateriales. Los niños y niñas que convivían primordialmente con lo que veían y tocaban, empiezan a cuestionarse acerca del mundo que no ven. En el intelecto es donde se fundan las conclusiones fundamentales que van a regir el accionar de tus jóvenes. Algunos denominan este carril como el “área cognitiva.”5Los adolescentes sanos se mostrarán curiosos, inventivos y abiertos a nuevas ideas. La posibilidad de reflexionar en abstracto sumada a la de no tener fuertes juicios basados en la experiencia, es la formula justa para una edad de aventura intelectual. Por eso es que se conoce a los adolescentes como dispuestos a soñar y a la vez criticones. Dos características que a los líderes no nos gustaría que fueran de la mano. Es que para el desarrollo intelectual del adolescente es necesario también el “pensamiento crítico,” esa manía que tiene la mayoría de los adolescentes de cuestionar todo y hacer planteos difíciles (claro si es que los dejamos expresarse naturalmente). La argumentación del adolescente tan temida por el adulto no es ni más ni menos que el pensamiento crítico en desarrollo. Los adolescentes tienen mucho respeto por la verdad y bien motivados la búsqueda de la misma será toda una aventura. Adquirir conocimientos, elaborar juicios de valor, la formación de conductas morales y la evaluación ética son todos aspectos del desarrollo intelectual que, aunque relacionados con las otras áreas, se basan en la posibilidad de razonar y mis amigos — es tan importante que los líderes facilitemos este desarrollo. Emocional Alguien inmaduro buscando saber si tiene valor, sufre cambios extremos en sus sentimientos. Primero que todo no sabe a quién creerle. Las preguntas (y respuestas que muchas veces encuentran) acerca de la identidad y el valor propios originan intensas y contradictorias emociones. Inseguridad, timidez, arrojo, ansiedad, hostilidad, miedo, vaivén entre superioridad e inferioridad, frustración, enamoramiento y otras emociones cobrarán gran intensidad acompañando a los jóvenes durante todo el camino hacia la adultez. Una pregunta importante: ¿cómo debería darse el desarrollo lógico de esta etapa? De una dependencia pura en las emociones los jóvenes deberían ser acompañados a un mayor uso de la razón ante los distintos estímulos y a una mejor comprensión de sus propios sentimientos. En el universo interior de los jóvenes varias necesidades emocionales cobran el status de urgentes. Sentirse amados, útiles, atractivos, respetados nunca “se sintió” tan importante. Y es bueno saber que la posibilidad de satisfacer o no estas necesidades determinará los extremos emocionales de tus jóvenes. Por eso es que la transición entre depresión y momentos de euforia se hace tan común. Termina un campamento y están en el cielo pero al siguiente fin de semana está enamorados de la persona equivocada. Tan extremas se tornan las emociones que ellos mismos luchan por tomar control y es en esta lucha que muchas veces aunque no logran controlar sus emociones aprenden a manipularlas a corto plazo. Placer, deseo, consumo, drogas y vicios todos tienen que ver con esta realidad Estabilidad, control, aceptación y regulación son los objetivos a lograr en el desarrollo emocional de los adolescentes. Por este carril los jóvenes desarrollan los sentimientos hacia ellos mismos y hacia el prójimo y aprenden a lidiar con esos sentimientos. Este es el área en 5 Por ejemplo John Dettoni en los apuntes de clase de “Filosofía y modelos de ministerio juvenil.” que se hace más notorio que la adolescencia es un tiempo de hiper sensibilidad y los buenos líderes son conscientes de estas cuestiones para saber cómo abordar a sus jóvenes. Un dato importante también es que sabiendo esto los líderes podemos ajustar mejor nuestras expectativas y no decepcionarnos tanto cuando nuestros jóvenes se nos van tan rápido del cielo al pozo. Social Este es el área de la interacción de los individuos con su medio, con sus pares y con aquellos que son diferentes. El ser humano es un ente social debido a que solo en un contexto puede definirse y la juventud es la edad en que los terráqueos verdaderamente nos vamos amoldando a cómo funcionan las ciudades de este planeta. La niñez es una etapa de protección donde el contacto social esta delimitado por la voluntad de los padres, mientras que en la adolescencia la familia cede la preponderancia que hasta ahora tenía a otros vínculos y medios donde los jóvenes se desenvuelven. En estos nuevos medios y vínculos se dan nuevas preguntas y se da la practica de distintos roles para encontrar el propio lugar. Por este carril del desarrollo se corre la carrera de la convivencia y la adaptación. Las preguntas ¿Quién soy? ¿Me veo bien? ¿Quién quiero ser? ¿Qué piensan los demás de mí? Son las cuestiones en juego detrás de las relaciones y grupos que los adolescentes forman. La aceptación de los compañeros es parte obvia de la película y hasta puede ser de gran beneficio para el desarrollo, aunque mucho de lo que trae consigo sea fuente de molestia y ansiedad para los adultos. La aceptación y el reconocimiento de un grupo proporcionan apoyo al titubeante adolescente que aún se siente poco confiado para desenvolverse por si mismo, en forma independiente de su familia, que está tratando de adaptarse a su sexualidad y quiere desarrollar su habilidad para pensar y formar su propia identidad. Los líderes no podemos olvidar que la manera en que puedan aprender a relacionarse durante esta etapa determinará mecanismos en su conducta, en sus respuestas emocionales y en su confianza para empezar nuevas relaciones y variarlas cuando sean adultos. La autonomía y madurez necesarias para que los individuos puedan habitar en cooperación con sus pares son las perlas que los adolescentes buscan mediante el proceso de ensayo y error con que manejan sus relaciones. El aula, el patio de recreo, el club, el grupo de adolescentes de la iglesia, las casa de algún amigo o la esquina de siempre son los escenarios donde practican su manera de relacionarse con este mundo en el que quieren encontrar su lugar. Presión de grupo, pertenencia, vocación, ética, valores, cultura, modelos son todas variables por donde lo social toma su parte en la búsqueda de la identidad y de eso vamos a seguir conversando más adelante. Espiritual Cristianos o ateos los seres humanos tenemos un área espiritual que nos fue dada por Dios desde el taller de diseño. ¿Qué sucede en esta área durante la adolescencia? Buenas noticias: Aún el adolescente que viene del círculo más agnóstico o anti religioso se hace preguntas acerca de su trascendencia. En algún momento están en sus camas mirando el techo y se preguntan si en verdad no hay algo más allá. Hay un vacío y una sospecha que sienten como nunca en esta etapa ya que identidad y propósito crean una ecuación sin resultado si no se responde al área espiritual. Identidad, libertad y verdad son tres palabras claves para los adolescentes y también para la Biblia. Todos los que han escrito y estudiado la temática juvenil prestan atención a estos tres conceptos. Curiosamente para algunos, los tres temas encuentran eco en la Biblia e íntimamente relacionados al igual que en la etapa adolescente. Cuando Jesús le dijo a algunos judíos: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan. 8:32). Estaba ligando a las tres. La verdad de la nueva identidad en Cristo que obtiene el cristiano nacido de nuevo lo libera de las ataduras que niegan la vida espiritual y le abren la posibilidad de desarrollarse también en esta dimensión. La búsqueda de verdad es una búsqueda de Dios porque Él es la verdad (Juan. 14:6), la búsqueda de libertad es una búsqueda de Dios porque Él es el Señor (Filipenses 2:11, 1 Timoteo 6:15) y la búsqueda de identidad es una búsqueda de Dios porque Él es el creador (Isaías. 42:5). El desarrollo en cada área estimula el desarrollo de las otras áreas. Por eso los jóvenes que se desarrollan espiritualmente tienen más posibilidades de ser sanos emocionalmente, ser agentes positivos en la convivencia social, sentirse seguros en el desarrollo de su intelecto y también encontrar equilibro orgánico con más facilidad. Capítulo 2 Hoja de Trabajo para uso personal o equipo de trabajo 1. ¿Por qué es importante considerar las características del desarrollo adolescente para hacer una pastoral juvenil efectiva? 2. Resume en breves palabras qué es lo que ocurre en los cinco carriles: Físico: Intelectual: Emocional: Social: Espiritual: 3. ¿Cuál es el impacto que puede traer al ministerio identificar claramente qué es lo que los jóvenes están experimentando en su camino a la madurez? 4. Identifica al menos un componente concreto de tu ministerio que debe cambiar o mejorar a consecuencia de lo que ocurre en los carriles del desarrollo. ¿Qué puedes hacer al respecto? www.especialidadesjuveniles.com 2 2Leys, L. (2009). El Ministerio Juvenil Efectivo: El arte de alcanzar y discipular a las nuevas generaciones (32). Miami, FL: Editorial Vida.