Lectura: Capítulo 11 del libro El Ministerio Juvenil Efectivo
Capítulo 11El Nivel de Madurez de los Jóvenes y
los Estilos de Liderazgo
“Aquel que cree estar terminado, está terminado. Cuán cierto. Aquellos que creen haber
llegado han perdido su camino. Aquellos que creen haber alcanzado su meta la han
perdido”
Henri Nouwen
Si el blanco final del ministerio juvenil puede ser resumido en acompañar a cada
joven que tengamos el privilegio de ministrar a la madurez en Cristo (Colosenses 1:28) es
clave que el liderazgo esté preparado a dar participación, involucramiento y protagonismo a
esta generación.
La gran cuestión es que nos enfrentamos a tres desafíos: El primero es que no todos los
jóvenes son igual de maduros. La chica de trece y la de 22 están en dos etapas
completamente diferentes. Obviamente la manera de atraerlas, involucrarlas y movilizarlas
no es igual. El segundo desafío es que no todos los líderes tenemos estilos iguales. Por eso
no nos sirve que cuando se reflexiona o se escribe acerca de liderazgo juvenil no se tengan
en cuenta nuestras diferencias de personalidad, dones y talentos. Hay diferentes maneras de
ejercitar la influencia apropiada. El tercer desafío es que en la iglesia perdura una leyenda
que complica los dos desafíos anteriores. Se trata de la leyenda del llanero solitario: el líder
súper predicador que vaga solo y arregla todo detrás de un púlpito. Las iglesias suelen
“creer” que hay un solo estilo de liderazgo efectivo y en este capítulo vamos a quebrar la
leyenda.
Los Niveles de Predisposición en los Adolescentes y Jóvenes
Te invito a que llamemos al nivel de madurez: nivel de predisposición.
No se puede pretender que un adolescente se comporte y se exprese como un adulto. No
todos los jóvenes están en el mismo nivel de maduración y la maduración tiene que ver con
la resolución de las necesidades mencionadas en los capítulos anteriores. A medida que los
jóvenes van respondiendo a las necesidades que mencionamos en el capítulo 3, va
cambiando su nivel de maduración y por ende su nivel de “predisposición” para ser un
seguidor protagonista dentro del ministerio juvenil. Tres autores grandemente reconocidos
dentro del ambiente de la administración de empresas, Hersey, Blanchard y Johnson
definen predisposición como “la medida en que un seguidor demuestra la habilidad y el
deseo de cumplir una tarea específica.”31
En sentido amplio, la tarea deseada en el caso del ministerio juvenil puede ser definida
por la realización de los propósitos.
Me gusta la categorización que hacen los mismos autores acerca del nivel de
predisposición. Según su modelo los componentes principales de la predisposición son la
“habilidad” y la “disposición”. Teniendo en cuenta las características del ministerio
juvenil también vamos a agregar “madurez”. Ahora vamos a ponernos un poco técnicos y vamos a seguir diversos esquemas y
cuadros que nos van a ayudar a completar la figura que compartimos en el capítulo 1. Se
que algunos de ustedes se van a entusiasmar con esto y otros no tanto pero te prometo que
siguiéndolos con atención vas a encontrar cómo estas ideas pueden tener un impacto
poderoso en tu ministerio.
El siguiente cuadro es una adaptación personal de los cuatro niveles de predisposición
propuestos por estos autores:
Niveles de predisposición a la participación
Nivel de predisposición
P4 Alto P3 Moderado P2 Bajo P1
Dispuesto
Hábil
Jóvenes mayores —
madurez
No Dispuesto
Hábil
Adolescentes
intermedios
Dispuesto
No hábil
Adolescentes
menores
No dispuesto
No hábil
Niñez - Pre- adolescentes
Madurez Pubertad
Predisposición 1 Pre-adolescentes:
Los pre-adolescentes no tienen en ninguna manera resueltas las cinco necesidades
fundamentales de la edad. En esa realidad radica su inmadurez. Con relación a los
propósitos del ministerio juvenil los pre-adolescentes tienen poca disposición y poca
habilidad para individual e independientemente sumar los propósitos a su propia vida y
solos frente a los propósitos y las tareas o responsabilidades se sentirán intimidados.
Usualmente estos son los de doce y trece años.
Predisposición 2 Adolescentes menores:
A medida que se van integrando en el ministerio juvenil empiezan a mostrar más
disposición personal a hacer lo que los líderes están intentando hacer. Tareas específicas y
creativas seguirán acrecentando su disposición en tanto reciban una afirmación positiva del
resto del grupo. En términos generales en cuanto a habilidad, todavía no estarán lo
suficientemente experimentados como para desarrollar alguna tarea esperada que requiera
iniciativa individual. En los de esta edad se puede notar una evolución respecto a la
madurez en sus intentos de aparentarla. Usualmente estos son los de catorce a quince años.
Predisposición 3 Adolescentes intermedios:
31 (Hersey, Blanchard y Johnson 1996:193)
Lo curioso en este nuevo nivel es que el individuo ya puede considerarse hábil por
haber acumulado suficiente experiencia y ya puede visualizar la tarea (los propósitos) en
forma clara e individual, pero baja su nivel de disposición. ¿Por qué? Por dos razones: Por
un lado en esta edad dependen muchísimo del grupo de pares y es la edad dónde la escuela
los tiene más pendientes. Por el otro, el nivel de disposición baja en comparación con P 2
porque ahora son ellos los que empiezan a estar a cargo de ciertas cosas.
Sin embargo los que están en este nivel son los que generalmente son buscados para el
voluntariado en la mayoría de las iglesias que conozco. Dejan de ser jóvenes y adolescentes
que solo reciben para convertirse en dadores. Su cercanía con los líderes les brinda la
oportunidad de ser los nuevos encargados de alcanzar los propósitos. Sin embargo al
todavía estar inmaduros en la resolución de sus necesidades fundamentales suelen encontrar
dificultades sobre todo en sus relaciones interpersonales (Noviazgo, crisis familiares etc).
Usualmente estos son los de quince a dieciocho o diecinueve años dependiendo el contexto.
Predisposición 4 Adolescentes mayores o jóvenes:
Los jóvenes de este nivel son los que tienen la posibilidad de alcanzar los propósitos de
forma autónoma. Son capaces de tomar decisiones ejecutivas efectivas y pueden estar
pendientes de la productividad del ministerio si son lo suficiente mente estimulados y
maduros espiritualmente. Estos jóvenes se hacen cargo no por autorización del líder sino
por reconocimiento del grupo. Su liderazgo es natural. Tienen disposición, habilidad y sus
necesidades fundamentales están lo suficientemente resueltas como para ir concentrándose
en la productividad. Usualmente estos son los de diecinueve años para arriba.
El Nivel de Predisposición con Relación a las Variables
P1 es el que tienen más dificultades en moverse en torno a los propósitos del ministerio
juvenil de manera personal, mientras que P4 es el que tiene más facilidad. Veamos como
engancha estas subdivisiones a lo que veníamos conversando en los capítulos anteriores
respecto a Propósitos, Programas y Relaciones:
necesita un fuerte trabajo relacional y un programa lo suficientemente atractivo para
asimilar los propósitos a su vida.
está involucrándose. Todo es más novedoso y muestra entusiasmo. En este nivel los
adolescentes son proclives a prestar más atención al programa que a las relaciones. De
todas maneras, ya no necesitan un liderazgo tan directivo como en el nivel anterior (-ups, lo
de “directivo” se me escapó, ya pronto viene-). ya es candidato al voluntariado o ya lo es, y tiene una relación natural cercana con los
líderes. Esas relaciones significativas son las que definen el desempeño de P3 aunque ya no
necesita la cercanía de los niveles anteriores. Lo mismo ocurre con el programa, ya no tiene
el mismo grado de indispensable para aplicar los propósitos a su vida.
demanda menos atención cercana y menos dirección específica. Es capaz de asimilar
los propósitos sin un fuerte comportamiento relacional de parte de los líderes y sin
depender de la atracción del programa.
El siguiente diagrama muestra lo que acabamos de conversar en relación a las tres
variables centrales del diagrama principal:
Estilos de Liderazgo
Blake y Mouton en su libro “The managerial Grid” (La cuadrícula administrativa)
proponen un estilo ideal de liderazgo. Según su cuadrícula hay dos variables fundamentales
que son: interés por la producción e interés por las personas. En comparación con el
esquema que estamos usando, estas variables cumplen la misma función que la variable de
relaciones y la de programas. La tesis de Blake y Mouton es que el nivel de resultados de
una organización depende de que los líderes pongan un alto interés en relaciones cercanas y
un alto interés en la producción o en las actividades y programas.
A primera vista esto es correcto y esta es la presuposición de la mayoría de las iglesias
por lo menos en América. Esta es la posición tradicional de aquellos que han estado
involucrados en el entrenamiento de líderes juveniles por años (se pude notar en algunos
libros) y también fue mi posición por largo tiempo. Tiene que ver con la leyenda que antes
mencionaba. Pero el estudio de Hersey, Blanchard y Johnson significó un cambio de
paradigma en el mundo de la administración organizacional y cambió mi compresión de los
estilos de liderazgo. Estos autores proponen que no hay un estilo ideal para conseguir el
desempeño deseado en una organización sino que hay distintos estilos que son productivos
en situaciones diferentes y el mejor liderazgo es el que “aprende” a adaptarse a distintos
estilos.
Vamos a los estilos. Los cuatro estilos adaptables propuestos por Hersey, Blanchard y
Jhonson son los siguientes según las correspondientes características:
1. Estilo 1 (E1) - Liderazgo altamente directivo.
Se trata de alguien que ordena. Pone mucho énfasis en los programas, actividades y resultados.
Poco cuidado en las relaciones cercanas.
Toma la mayoría de las decisiones.
Da instrucciones precisas.
Alta supervisión de los resultados.
Establece metas para toda la organización.
Define los roles de los demás.
2. Estilo 2 (E2) - Liderazgo altamente directivo a la vez que altamente relacional.
Se lo percibe como alguien que inspira y persuade. Mucho énfasis en los programas, actividades y resultados.
Mucho cuidado en las relaciones cercanas.
Persuade a los demás a seguir sus decisiones.
Da instrucciones abiertas dando la posibilidad a los seguidores a sumar su criterio.
Inspira a los demás a seguir sus propias metas.
Explica los roles de los demás señalando su importancia.
3. Estilo 3 (E3) - Liderazgo altamente relacional.
Le presta máxima atención a las relaciones y pone los programas y actividades en un
segundo plano.
Se lo percibe como alguien que comparte.
Bajo desempeño en los programas, actividades y resultados.
Mucho cuidado en las relaciones cercanas.
Se esfuerza por conseguir consenso en las decisiones.
Toma decisiones en conjunto.
Llega a un acuerdo en cuanto a las instrucciones.
Pregunta a los demás cuáles son sus metas.
Los dirigidos establecen sus propios roles.
4. Estilo 4 (E4) - Liderazgo minimamente directivo y relacional.
Se lo percibe como alguien que delega y deja ser y hacer.
Baja participación en los programas, actividades y resultados.
Poco cuidado en las relaciones cercanas.
Deja que los demás tomen sus propias decisiones.
Se limita a indicar el resultado final esperado o los propósitos.
Los dirigidos establecen sus propios roles
Ahora dicho en dibujo para que podamos visualizarlo:
Estilos, Programas y Relaciones
La gran idea de estos conceptos es que hay distintos estilos que pueden ser efectivos
según las distintas edades y las distintas situaciones ministeriales. Los líderes efectivos no
se comportan siempre igual y cada estilo puede ser bien o mal usado según las necesidades
situacionales de ordenar, persuadir, compartir o delegar.
Veamos el siguiente cuadro:
EFECTIVO NO EFECTIVO
E 1 Dice Demanda
Guía Domina
Dirige Ataca
Establece Limita
E 2 Persuade Manipula
Vende Sermonea
Inspira Miente
Explica Racionaliza
E 3 Da participación Condescendiente
Anima Indefinido
Acompaña Inseguro
Respeta Queda bien con todos
E 4 Delega Abandona
Observa Esquiva
Asigna No quiere trabajar
Da libertad No le importa
Si miras las palabras dentro de la columna EFECTIVO te vas a dar cuenta que son sea
cuál sea el estilo, todas positivas. Dios me regaló el privilegio de trabajar con una cantidad
increíble de líderes de distintos estilos y de todos he aprendido muchísimo. Lo que si me ha
preocupado es que muchos fueron “convencidos” de que no solo existía un solo estilo
válido (el del líder directivo sumado a todo lo que tiene que ver con la cultura machista)
sino que ellos mismos estaban condenados a trabajar desde uno solo de estos estilos. Es
cierto que todos tenemos tendencias y cualquiera que me conoce hace años sabe cuáles son
las mías. Pero en lo últimos años me ha reconfortado encontrar cierta confusión respecto a
mi estilo y es porque ya no tengo solo uno, sino que uso diversos para distintas
circunstancias.
Si Hersey, Blanchard y Johnson estuvieran en nuestra conversación dirían:
“Usando el liderazgo situacional, uno siempre debe recordar que no hay una manera
mejor que siempre es efectiva para influenciar a otros en torno a los resultados esperados.”
Liderazgo Situacional: Los Estilos y el Nivel de Predisposición de los
Seguidores en el Ministerio Juvenil
Vamos a nuestro diagrama original y veamos como todo esto se inserta. La siguiente
figura representa como los distintos estilos se mueven en relación a las distintas variables y
al nivel de predisposición de los adolescentes y jóvenes.
E1
• Es un estilo muy efectivo para definir el programa y las actividades en torno a los
propósitos. Los líderes utilizando este estilo ponen mucho énfasis en el programa. Respecto
de los adolescentes y jóvenes este estilo suele funcionar mejor cuando los seguidores son
P1. Para los P1 los programa son fundamentales. Para las relaciones cercanas todavía no
están del todo listos y a su vez todavía están bastante protegidos por papá y mamá y no les
hace falta líderes tan cercanos. Ellos necesitan dirección, parámetros y límites. También E1
funciona muy bien cuando hay que poner el programa en su lugar. Por ejemplo en la
fundación de una organización o el comienzo de un nuevo ministerio o actividad, E1 es el
liderazgo que consigue resultados más fácil. (algunos señalan que P1 es la descripción de la
tarea apostólica de empezar donde no hay nada).
E2
• Es el gran motivador. Es ideal para un adolescente P2 con la disposición de participar pero
sin la habilidad y la madurez para desempeñarse de manera autónoma en el nivel ideal. E2
es excelente para llevar a los miembros del ministerio juvenil a un nivel superior de
madurez porque sabe hacerlo siendo altamente programático y altamente relacional.
E3
• Es el democrático. Consenso y equilibro son dos palabras importantes. No se deja fascinar
por las actividades grandes coloridas y atractivas sino que su énfasis está en el discipulado
y la pastoral. Si bien no son los más populares en la iglesia en general, es fácil ver al líder
E3 diciendo que para él o ella los números no son lo importante y estar convencidos de que
el suyo es el verdadero liderazgo espiritual. E3 es ideal para adolescentes P3. Miembros
que tienen la habilidad para ejecutar pero que necesitan un fuerte respaldo emocional para
largarse. Los P3 necesitan sentirse respetados para poder ejecutar al nivel de su habilidad y
este estilo de liderazgo les da la compañía necesaria.
E4
• Es el estilo que suele funcionar mejor con los P4. Los jóvenes P4 tuvieron suficiente
oportunidad de práctica, se sienten seguros en poder alcanzar los resultados y tienen la
madurez necesaria para funcionar de manera autónoma. No hace falta que el líder les diga
todo lo que tienen que hacer, ni que les venda o persuada en torno a los propósitos.
Tampoco necesitan consensuar todo con él o ella acerca de los procedimientos. Los P4 son
los nuevos líderes dentro de la organización y son ellos mismos los que trabajan las
relaciones y los programas en torno a los propósitos. Cuando E4 funciona bien, delega sin
abandonar y da mayor libertad para que los jóvenes le den forma a las estrategias.
Variables del Ministerio Juvenil Efectivo y el Liderazgo Situacional
Siguiendo el esquema en el que venimos avanzando, el liderazgo situacional sugiere la
siguiente secuencia: • Identificar las necesidades esenciales y el nivel de predisposición de los involucrados en el
ministerio juvenil. • Definir los propósitos del ministerio juvenil. • Considerar el programa y las relaciones como los medios para alcanzar los propósitos y
planificarlos de manera productiva. • Evaluar los distintos estilos de liderazgo aplicables para cada nivel a la luz de las
actividades y las distintas variantes programáticas.
¡Si no eres directivo, no eres una gran predicadora, no tocas el teclado ni la guitarra, ni
te gusta estar siempre al frente puedes ser un o una excelente líder de jóvenes! Los líderes
sobresalientes en esta nueva era de la lglesia son personas todo terreno que aprenden a
adaptarse a distintas circunstancias y varían sus estilos de acuerdo a la situación. Si al ver
las descripciones identificaste una tendencia en tu estilo de liderazgo y dijiste acá estoy yo,
te animo a con seguridad enfocar tu ministerio hacia aquellas situaciones que te son más
propicias pero por favor no te conformes siempre con eso. Recuerda que todos los
cristianos, incluyendo a los líderes estamos en proceso de seguir creciendo. No te olvides:
Teniendo en cuenta el modelo situacional, distintos estilos son óptimos en distintas
características y situaciones.
Una Última Reflexión en Cuanto a los Estilos
Te habrás dado cuenta que salta a la luz la necesidad de un liderazgo que sepa trabajar
en equipo. Es obvio que si bien debemos ensanchar nuestro territorio de tendencias y a la
vez no dejar que nadie nos desanime de que no tenemos el estilo aclamado por la iglesia,
tenemos que darnos cuenta que el panorama ideal se da cuando podemos contar con un
equipo de personas con estilos y habilidades diferentes. Ya nos decía Eclesiastés: “Más
vale dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo.” (Eclesiastés 4:9). Para el liderazgo efectivo hacen falta estilos distintos en situaciones diferentes. Nos
necesitamos unos a otros para el desarrollo del gran mandamiento y la gran comisión. Por
eso la comunión es un medio para alcanzar todo nuestro potencial en la riqueza del cuerpo
de Cristo. También es evidente que el estilo apropiado no solo es una cuestión de los líderes
sino de la madurez de los liderados. Ejercitar el liderazgo apropiado es el complejo
resultado de una diversidad de factores y es mi oración que sigan levantándose líderes que
no se estanquen en su desarrollo. Líderes que sigamos aprendiendo a celebrar la diversidad
adentro del cuerpo y ser los mejores con lo que nos dio el Señor.
Capítulo 11 Hoja de Trabajo
para uso personal o equipo de trabajo
1. ¿Cuál estilo de liderazgo te identificas más? (o por cuál tienes mayor tendencia).
2. ¿Con qué estilo tienes mayor dificultad?
3. En tus palabras, ¿cuáles son las habilidades que distinguen a P1 y P4 cuando son efectivos
y cuáles cuando no lo son?
4. ¿Cómo se relacionan los 4 estilos con los 4 niveles de madurez?
5. ¿Cuál es la idea central con respecto al liderazgo situacional?
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